Punto de vista: Una parte de la historia, con grandes ausentes y relatos incompletos, pero disfrutable

Punto de vista: Una parte de la historia, con grandes ausentes y relatos incompletos, pero disfrutable

05 Enero 2021

Luis Octavio Corbalán

Docente, investigador y músico

El pibe ingresa a arquitectura, se aplica, en cuatro o cinco años sale con el título de arquitecto. ¿Aprendió arquitectura? En el mejor de los casos, aprendió la visión de esa disciplina que tienen los cinco o seis principales docentes que tuvo en la carrera. Si quiere aprender la disciplina, necesitará el resto de su vida y dedicación para hacerlo.

“Rompan todo” ¿es la historia del rock latinoamericano? Bueno, no lo es. Es una parte. Es la visión que cuentan sus productores, seleccionando músicos, bandas, períodos, promotores, etc. según sus criterios y preferencias.

Me parece muy bien hecha la serie. Me gusta que muestren el vínculo entre los períodos y eventos históricos y políticos con los hitos musicales que de ellos se derivan. No es poca cosa armar un documental así. Y está bien narrado. Ahora, la polémica sobre Gustavo Santaolalla que generó el documental, es entendible. Pero, bueno, Santaolalla logra que las cosas se hagan. Y eso le da ciertos derechos. El relato es, entre otras cosas, un catálogo de sus producciones. Incompleto para el relato que se propone: historia del rock latino. Pero entendible porque muchas bandas y músicos trascendentales de esa historia fueron justamente producciones suyas. Los Prisioneros, o Café Tacuba, ¿hubieran tenido la trascendencia continental que tuvieron si no fuera por Santaolalla? No lo podemos saber. Pero el lugar que ocupa él en la historia del rock latino no se puede exagerar demasiado. Desde León Gieco, su primer producido, hasta lo último que hizo, en una gran mayoría fueron éxitos e impactaron en la historia. Una visión más amplia de la misma probablemente la hubiera dado una persona menos involucrada en las producciones. Pero eso no se dio, todavía. Lo que hay es esta producción de Netflix que indudamente se logró gracias al empuje, la influencia y el acceso al financiamiento que sólo tiene Santaolalla. Y si eso genera resquemores, críticas y celos de muchos músicos, se entiende. Ahora, si vamos a abrazar a la economía de mercado, a los proyectos sustentables y con posibilidades de recaudar, esto es lo que se puede lograr. Un productor, una productora, una plataforma que lleve a todos los hogares de latinoamérica su historia. Y el resultado es esta serie “Rompan todo”. ¿Es rigurosa? No noto grandes mentiras en el relato, lo que sí se observa son grandes ausentes, relatos incompletos. Por eso me remito al estudiante de arquitectura. Es iluso pensar que en una determinada facultad, en un limitado período de tiempo, se podrá asistir e incorporar toda la disciplina. Para eso hay que buscar por fuera de la carrera. Esto es igual. La historia es linda, dinámica, agradable de seguir y aporta información valiosa. Es imposible pretender que abarque todo o que recorra todos los géneros, bandas y solistas que aparecieron en más de medio siglo de historia. Ni siquiera los más importantes. Faltó mucho, pero no la puedo descalificar.

Que Gustavo Cerati tenga más centimetraje que Luis Alberto Spinetta y Charly García juntos es sin duda un resultado de la participación de Santaolalla en el armado de la historia. Pero bueno, él produjo la serie, no la hizo ni Daniel Grinbank ni Alexis Ohanian. Yo no puedo pedir más a una producción de este tipo, masiva, continental. Celebro que se hizo, me pareció valiosa como relato. Es una versión, es una parte del rock latinoamericano. A mí me sirvió y la disfruté.

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