River fue superior, pero Boca fue más efectivo

River fue superior, pero Boca fue más efectivo

El reencuentro tras casi 500 días (no se enfrentaron en 2020) finalizó en empate. Ahora, van por la otra Copa.

Antes de intentar cualquier atisbo de análisis y de hacer mención a cualquier resultado, lo primero que cabe decir es: ¡cuánto se extrañaba ver un Superclásico! En un país tan futbolero como el nuestro, 489 días sin un Boca-River es una eternidad. Hasta eso nos quitó la pandemia. Pero bueno, si 2020 nos privó del fútbol durante más de siete meses, 2021 demoró apenas dos días en compensarnos con un reencuentro que terminó siendo un partidazo. Porque más allá de que River fue superior en el juego y mereció el triunfo sobre un Boca que abusó del juego brusco pero que fue más efectivo en ataque, ninguno mezquinó nada. Y eso es mucho decir, teniendo en cuenta que -seamos sinceros- la Copa “Diego Maradona” no es motivo de desvelo para ninguno de los dos (más allá de que hayan quedado provisoriamente juntos en la cima del grupo A) y que ambos tienen partidos chivísimos por semifinales de la Libertadores en cuestión de horas: River recibirá el martes a Palmeiras y Boca el miércoles a Santos.

Pero es así: un superclásico nunca se menosprecia, independientemente del contexto. Por eso, si bien los técnicos guardaron algunas cartas y limitaron el uso de otras, tampoco se inmolaron llenando el 11 de pibes o de habituales suplentes. Porque el resultado de anoche sí podía tener influencia en los cruces de entresemana: no en los números, pero sí en la confianza. Jugar después de ganar (o perder) un superclásico nunca da lo mismo.

Al final fue 2-2, un resultado que deja un poco más conforme al “Xeneize”, no sólo porque hizo más con menos, sino porque por diferencia de gol quedó por encima en la tabla de su zona, a falta de fecha y media por jugar. Por ello, depende de sí mismo para ganarse el pasaje a la final del torneo local. Aunque, insistimos, no sea ese su principal objetivo.

Para River, fue una confirmación de que, mientras cuente con el genio estratégico de Marcelo Gallardo en el banco, siempre será favorito en los mano a mano contra su archirrival. Otra vez la mano del “Muñeco” fue fundamental para encauzar un partido que había empezado torcido sin mucha razón: Boca lo hirió en la primera que tuvo, con la aparición de Ramón Ábila para conectar esa genial asistencia de Emmanuel Más. En esos primeros 10 minutos se pudieron resumir los 95: River controlando el juego y generando peligro con las proyecciones de Gonzalo Montiel y las gambetas de Jorge Carrascal, pero Boca agazapado y tirando algunos tarascones a contragolpe subido a la moto de Sebastián Villa y algunos chispazos de Mauro Zárate.

Si 11 contra 11 ya era superior el “Millonario”, la expulsión de Jorman Campuzano (jugó gratis 40 minutos, debió haber visto la roja en el primer tiempo por el codazo en la garganta a Carrascal) lo hizo insostenible para el local. Acertó Gallardo con los cambios: Federico Girotti se lució con un inédito gol de cabeza estando de rodillas e Ignacio Fernández entró para ponerle una sutileza en la cabeza al implacable Rafael Santos Borré. ¿Habría empatado Boca si Enzo Pérez no se hacía echar también? Vaya uno a saber. Pero ahí estuvo el inoxidable Carlos Tevez, el símbolo, para aprovechar el espacio y servirle el empate a Villa.

Quién sabe, a lo mejor este sea sólo el preludio de otro Súperclásico, pero por el trono de Sudamérica.

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