Por Roxana Laks, mg. sociología aplicada-Sociología y Mercado, grupo consultor.-
La pandemia y sus medidas preventivas han traído un sinfín de cambios, entre ellos, una particular movilidad social descendiente. Los que llevaban una vida de consumo acomodada (ABC1) han disminuido su participación y, los del otro extremo (D1D2), han incrementado su número y sumando carencias.
El qué consumimos ha sufrido una variación en relación con las posibilidades de presupuestos y las oportunidades. Las compras de alimentos tienen características más austeras, de segundas y terceras marcas. Otros rubros han sufrido modificaciones vinculadas con las medidas de aislamiento: quedarse en casa significó disminuir y variar las compras en indumentaria, artículos escolares y esparcimiento, entre otros. La necesidad de un ambiente más confortable ha visto su correlato en mejoras en la vivienda, lo que redundó en mano de obra, materiales de construcción y objetos que modifiquen el espacio cotidiano. Por otra parte, para quienes trasladaron el espacio laboral al hogar, las necesidades de consumo informático han sido una prioridad no planificada.
Los sectores vulnerables son quienes más sintieron las consecuencias en los ítems alimentación. Este rubro es el que más aumentos tuvo a nivel de precios, en porcentajes mayores a los índices promedios de inflación.
El cómo forma parte de los canales de compra. Quienes nunca quisieron otra opción que entregar dinero o tarjetas en manos visibles, decidieron y aprendieron a plasmar sus datos en las pantallas. Muchos de los que no resignaban ver y tocar los productos apelaron al llamado telefónico.
El dónde no es menos importante, muchos de los que hacían de las compras un paseo familiar se adecuaron al comercio de cercanía, en soledad y de forma cuidada. El hipermercado requirió de muchas medidas de bioseguridad.
La recuperación de los niveles de consumo se dará en la medida en que se fortalezca la actividad económica y, con ello, la mejora del poder adquisitivo y la vuelta a la ansiada movilidad social ascendente. Muchas modificaciones han llegado para quedarse y otras esperan los avances de la ciencia para evaluar su rumbo.