Unas Fiestas con menos ruidos y más tranquilidad

Unas Fiestas con menos ruidos y más tranquilidad

18 Diciembre 2020

Finalmente, años de lucha, de campañas de concientización en los medios de comunicación y en las redes sociales, de videos, discursos, afiches, etcétera, comienzan a dar sus frutos, y estamos por atravesar unas Fiestas de fin de año con mucho menos ruido de pirotecnia. Sin dudas es un gran avance que la demanda de vastos sectores de la sociedad haya llegado a oídos de las autoridades, que han dispuesto prohibiciones y sanciones en contra de la pirotecnia ruidosa. Claro que lo más importante es que el tema del daño que causan estos cohetes estruendosos ha calado en la sociedad toda. Esto se ha visto reflejado en un reciente sondeo llevado a cabo por nuestro diario, en sus distintas plataformas. En el sitio web, el 85 de los votantes se manifestó de acuerdo con prohibir la pirotecnia ruidosa mientras que en Instagram y en Facebook, donde votaron unos 8.000 lectores, más del 90% estuvo de acuerdo con la prohibición. Esto habla de una población más consciente de los innumerables perjuicios de esta práctica. Uno de los males que ocasionan los cohetes son las lesiones. Año a año, en las páginas de LA GACETA –como en las de los diarios de todo el país- se reflejan las historias trágicas de niños y adultos que han perdido un ojo, uno o más dedos o que han sufrido quemaduras graves en manos, piernas o rostro como consecuencia de que le explotó un cohete. A veces, el día de Nochebuena, y muchas veces también al día siguiente, caso más frecuente entre los niños. Porque ellos se ponen a buscar entre los residuos que quedaron de los cohetes para ver si hay alguno que no estalló. Y los encuentran, pero se revientan en sus manos. Otro de los males es el que se causa a los niños con Trastorno del Espectro Autista, que presentan una hipersensibilidad a los sonidos en general. Eso tiene que ver –según explicaron repetidas veces los expertos- con unas conexiones entre la amígdala y la corteza cerebral, que están disfuncionadas, lo que hace que frente a mínimas cuestiones sonoras, estos niños las perciban y reaccionen. Los especialistas explican que para estos chicos, el ruido de un petardo u otro cohete estruendoso equivale a estar en medio de un bombardeo en una guerra, como si cayeran las bombas a su lado. Y también afecta a las mascotas, especialmente a los perros, cuyo oído es muy agudo, que sufren severas alteraciones. Año tras año los veterinarios explican que los estruendos les provocan temblores musculares, taquicardia y salivación excesiva. Incluso, si el animal es viejo o sufre una cardiopatía, el ruido de los cohetes le puede causar la muerte. Por todos estos motivos es de celebrar la sanción, este año, de una ley que prohíbe el uso de los artefactos de alto impacto sonoro en toda la provincia. Está limitado su uso y también la venta. Incluso, quienes no cumplan con la norma deberán pagar multas que van desde los $ 8.300 a los $ 190.000. A esto se suman las disposiciones de varias municipalidades, entre las que se destacan las de la capital, de Yerba Buena, de Tafí Viejo, de Famaillá y de Monteros. Claro que esto ha sido posible gracias a la acción inclaudicable e incansable de asociaciones de padres de niños con TEA y de organizaciones mascoteras, que han llegado al corazón y a la cabeza de los ciudadanos. De hecho, un empresario del sector de la pirotecnia reconoció hace poco que hace dos años los artículos estruendosos equivalían al 80% de las ventas, pero la demanda fue bajando y este año no estarán en disposición.

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