“La nueva fórmula está mal y permite bajar las jubilaciones”

“La nueva fórmula está mal y permite bajar las jubilaciones”

Entrevistado por LA GACETA, el abogado previsional Adrián Tróccoli explicó cuáles son las fallas que encuentra en la reforma de la movilidad jubilatoria que quiere aprobar el oficialismo.

DEFENSOR. Tróccoli lleva una demanda colectiva contra el Gobierno.  DEFENSOR. Tróccoli lleva una demanda colectiva contra el Gobierno.

El deterioro de las jubilaciones no es un fenómeno muy original: se ha repetido varias veces desde la hiperinflación del final del Gobierno de Raúl Alfonsín y el principio del de Carlos Menem. Sin embargo, hace un año el Congreso avanzó un paso más: suspendió la movilidad jubilatoria y dejó a discreción de Alberto Fernández la suba de los haberes. Y a pesar de las promesas de recomposición del presidente, los números evidencian que, frente a la fórmula interrumpida, sus decretos les quitaron entre 5,8 % y 16,8 % a los jubilados.

Esta historia, resumida así por Adrián Tróccoli (Bahía Blanca, 1975), socio del estudio jurídico que lleva su apellido y se especializa en el sistema previsional, tiene ahora un nuevo capítulo con la posible aprobación de otra reforma de la movilidad jubilatoria. En diálogo telefónico con LA GACETA, Tróccoli advirtió que la nueva fórmula no cubriría el aumento de los precios y consideró que el Gobierno aprovecha los largos tiempos de la Justicia para financiarse con las jubilaciones.

-En relación con la movilidad anterior, ¿el proyecto de reforma previsional propuesto por el oficialismo favorece o perjudica a los jubilados?

-Yo creo que la fórmula de (Mauricio) Macri era mala, pero por lo menos dejaba alguna posibilidad de que los haberes mejoraran. En cambio, a la nueva la veo complicada y con complicada quiero decir que no van a mejorar. La mitad de la fórmula toma dos índices salariales que son un desastre. El primero es el Ripte (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables), que no tiene en cuenta ni las subas de los salarios altos ni los aumentos no remunerativos. O sea, de esos dos ítems a los jubilados no les trasladarán nada. El segundo índice es el de salarios del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo), que es un disparate. Se hace en función de la EPH (encuesta permanente de hogares), que está suspendida, desconoce los salarios informales y, lo que es más grosero, toma las proporciones de tipos de empleo que había en el ¡cuarto trimestre de 2001! Entonces, la primera mitad de la fórmula está mal. La otra mitad es la recaudación previsional. El proyecto establece que las actualizaciones no pueden superar en ningún caso esa recaudación, lo cual casi garantiza una rebaja de las jubilaciones. Y a todo esto lo van a dividir por un número mágico, que es la cantidad de jubilados y pensionados. Como este año la Anses (Administración Nacional de la Seguridad Social) sumó el 25 % de los nuevos jubilados que suma normalmente, en algún momento va a meter en la bolsa a muchas más personas y el resultado de la fórmula va a bajar. Con todo esto quiero decir que la nueva fórmula está mal y que permite que siguiendo la ley el Gobierno baje las jubilaciones.

-¿Cómo debería estar compuesta una fórmula más justa?

-Una movilidad más equitativa, más razonable, podría tomar la inflación y cuánto recauda el Estado por cada punto que sube el PBI (producto bruto interno). Podríamos decir, por ejemplo, que durante los primeros cinco años vamos a destinar el 70 % del crecimiento de los recursos fiscales al aumento de las jubilaciones para garantizar un 20 % de recuperación. Desde entonces, podríamos dar subas iguales a la inflación y crear un fondo anticíclico con un porcentaje del PBI. Pero hay 1.000 métodos para construir una fórmula más justa. Yo hablo del PBI porque me parece más lindo pensar en un país que crece y en el que festejan sus jubilados.

-¿Por qué no hay una ley que establezca una fórmula como esa? ¿El sistema previsional es sustentable?

-Si los jubilados fueran los que aportaron durante buena parte de su vida y llegaron a los requisitos, podríamos cubrir el 95 % de las jubilaciones con los ingresos genuinos de la Anses y el sistema previsional estaría equilibrado. Pero nosotros crecimos en el gasto en jubilaciones cerca de 20 % del presupuesto en 10 años porque metimos por la ventana a adultos mayores que no las necesitaban. Jubilaron a una o dos generaciones de personas que no aportaron. Si un hogar de dos antes se sostenía con un solo sueldo, ahora, si se jubiló el que trabajaba, no hay que crear un ingreso que no existía sino dar una sola y buena jubilación. Entonces, si le pagás bien la jubilación a él, ella no necesita la suya. Puede sonar machista, pero yo lo veo en el trabajo todos los días: el 90 % de las mujeres que se jubilaron lo hicieron por moratoria. Ahí, cuando convirtieron las jubilaciones en dádivas, rompieron todo. Pero si ahora tienen 54 % de jubilados sin aportes por sus propias moratorias, yo les diría que lo hubieran pensado antes.

-¿Qué va a pasar con los reclamos judiciales por la suspensión de la fórmula de Macri y los decretos de aumento de Fernández?

-Un juicio de reajuste suele tomar de cuatro a seis años. Si no hay algo demasiado grosero, como sacarles 50 % a los jubilados, la gente va empezar a hacer juicios de a poco y todo va a ir por juicio ordinario. De hecho, la jurisprudencia hoy es muy incipiente, hay cuatro sentencias y una sola declara la inconstitucionalidad. El tema después va a llegar a la Corte, pero los plazos de la Corte son largos. O sea, no va a tratarse hasta dentro de un año, con suerte. Dependerá de cuántas decisiones de los tribunales inferiores elija esperar la Corte, que querrá ver cuál es el criterio que más se ha seguido. Pero, en todo caso, lo más grave es que dentro de unos siete años, cuando la Anses pague los juicios, en el 80 % de los casos van a estar mal pagos. Esto pasa desde siempre y es la razón por la que (Martín) Guzmán hace todo lo que hace: el Estado, aun perdiendo los juicios, gana plata. El Gobierno se está financiando barato con los jubilados. No es otra cosa.

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