Hojeando el Diario: Santa Ana se lleva el último título de la vieja Liga

Hojeando el Diario: Santa Ana se lleva el último título de la vieja Liga

Los sureños se llevaron la Copa Tomasi que se disputaba desde 1915. Impiden actos violentos.

INGENIO. El chalet de la fábrica se habrá vestido de fiesta durante aquella jornada de enero de 1926 cuando Santa Ana salió campeón. INGENIO. El chalet de la fábrica se habrá vestido de fiesta durante aquella jornada de enero de 1926 cuando Santa Ana salió campeón.

Corría el año 1871 cuando Vicente López, hermano del gobernador de aquella época, Belisario López, y administrador de la finca Santa Ana, decidió fundar una villa con el mismo nombre dentro de la propiedad. El sitio fue creciendo y al poco tiempo ya tenía iglesia y varias viviendas. El gran salto ocurrió unos 20 años más tarde cuando el empresario Clodomiro Hileret adquirió la finca y fundó el ingenio del mismo nombre.

El industrial de origen francés, nacido en Poitiers en 1850, convirtió el ingenio en el más poderoso, vasto y organizado del país. Hileret murió en 1909, pero dos años antes se fundó el Club Atlético Santa Ana, como parte de la ola de interés que se manifestó por el fútbol a lo largo de las vías del ferrocarril y que a su paso generó la creación de instituciones dedicadas a ese deporte.

Alegría popular

Según LA GACETA del 23 de enero de 1919: “apenas fundado el ingenio algunos comerciantes fueron a establecerse sobre el camino que une la fábrica con la estación del ferrocarril y como a dos kilómetros más o menos de aquella con el propósito de proveer a las peonadas (...) de la “villa vieja” como comenzó a llamarse desde entonces Santa Ana a pesar del escaso número de años que contaba de existencia”. Esta es parte de la historia comercial del lugar, pero la mayor alegría popular se produjo el 3 de enero de 1926 cuando la villa cumplió 55 años, y Santa Ana se coronó campeón del fútbol tucumano de 1925.

Ese día, en una intensa jornada de calor y en un horario desusado para hacer deportes, el mediodía, los “ingenieros” golearon a Independiente 6 a 0 y obtuvieron la Copa Tomasi, que hacía disputar la Liga Tucumana desde 1915.

Este fue el último certamen de la Liga, que se desarticuló en 1926. Quedó sólo la Federación, que se había creado en 1919.

Tomamos de la crónica de nuestro diario del 4 de enero de 1926 el relato sobre el viaje de los “rojos” hasta el sureño ingenio Hileret, como se le decía entonces: “trasladó su equipo en el primer tren de la mañana y fue así que debió efectuar el match en plena canícula, es decir a mediodía mismo, cuando más fuerte era el calor sofocante en el ingenio HIleret. Realmente es necesario que cuando haya de efectuarse un encuentro de tal importancia no se proceda con tanta precipitación y se designen esos encuentros de modo que puedan realizarse o por la mañana o por la tarde, pero nunca a mediodía, cuando humanamente hablando es imposible realizar bregas de esa naturaleza, sobre todo, si un team que va de esta (capital), llega a las 11.30 para entrar al field a las 12 sin almorzar, sin tener el menor descanso que restablezca un tanto a los jugadores”. También pide cordura para no hacer jugar encuentros de fútbol en enero “bajo la canícula tropical de Tucumán”.

El juego

Ahora vayamos al desarrollo del juego. A las 12 en punto “el juez Juan Josso hizo comenzar el juego”. Los equipos ingresan a la cancha.

Los locales formados con: Reyna, al arco; Centeno y Juárez en el fondo; en el medio campo estaban Alaniz, Carrizo y A. Toledo; y en el ataque, Avayay, Saracho, Andrade, H. Toledo y Valenzuela.

Mientras que Independiente formó así: Güemes en la valla; en la defensa, Segovia y A. Ramírez; Narváez, Vides y Córdoba en el medio juego; como delanteros: E. Ramírez, Lobo, Corbalán, Caporaletti y Caro.

Los primeros minutos muestran en mejor forma a los “ingenieros” y la visita no cuenta con un equipo en condiciones para esta lid. La resistencia dura 15 minutos. Andrade bate a Güemes a los 16 minutos.

MOMENTO FELIZ. La campana del ingenio habrá repicado con fuerza y por largo tiempo para anunciar la gran noticia de aquel 1926.  MOMENTO FELIZ. La campana del ingenio habrá repicado con fuerza y por largo tiempo para anunciar la gran noticia de aquel 1926.

Aunque los “rojos” tratan de recomponerse y tienen algunas jugadas de peligro que no pueden ser concretadas. A los 27 minutos Saracho anota el segundo tanto local y esto derrumba a la visita. Tres minutos más tarde A. Toledo marca el tercer tanto. A los 34’ Saracho vuelve a ser protagonista con el cuarto tanto.

Se iba el primer tiempo y a los 44’ H. Toledo deja el marcador 5 a 0 en favor del dueño de casa.

Ante lo abultado del resultado, “el agotado conjunto de Independiente poca resistencia opuso y sólo se limitó a evitar un “score” más subido”, dice LA GACETA.

Con el partido bajo control, Santa Ana se limita a jugar sin presiones. A los 25’ del segundo tiempo Saracho puso las cifras finales al encuentro. Llega el pitazo final y la alegría inundó todo el pequeño estadio ubicado en las instalaciones del ingenio. Y desde allí se extendió a toda la ciudad, que vivió una fiesta por largas horas mientras que la campana repicó con la misma alegría del pueblo.

El comentario del partido de LA GACETA señala: “el equipo de Santa Ana presentado en la plenitud de su forma, frente a la indiscutible inferioridad del “once” rojo.

Mientras el primero integraba su escuadra con lo mejor de sus hombres, Independiente se presentó descompaginado con la ausencia de Carabajal Posse, Montenegro y Salazar, tres elementos que hubieran contribuido grandemente a la reforma del cuadro”.

Violencia

La violencia en el fútbol o las agresiones a los árbitros no son, al parecer, exclusividad de esta época. Era abril de 1919, se enfrentaban Argentinos del Norte y San Martín, y el relato continúa así: “al llamado del referee señor Ghiringhelli, por ausencia del titular, se presentan los cuadros al field. Las acciones estuvieron repartidas en un principio, predominando luego Argentinos, cuyos hombres demostraron mayor habilidad e inteligencia que sus rivales. Como a los 20 minutos de juego, Germano recibe un bonito pase de Loza y después de esquivar a un jugador introduce la pelota en la red. A los 5 minutos de recomenzado el juego, el mismo Germano recibe un pase de Fuentes, corre hacia el arco del adversario y desde una distancia regular, enfila un potente tiro cruzado, y en momentos que el guardavalla de San Martín intenta detener la pelota, ésta con el impulso que llevaba, traspone como veinte o treinta centímetros la línea de gol, siendo fallado así por el referée”.

A partir de ese momento los hechos se vuelcan hacia la violencia: a raíz de este gol, una parte de la barra quiso agredir al árbitro, no pudiendo hacerlo por la pronta intervención de los jugadores de ambos clubes.

La actitud de los “santos” fue elogioso, no permitieron ningún tipo de agresión y al igual que los “sagrados” actuaron con caballerosidad para defender los valores deportivos del fútbol. El primer tiempo terminó. Como los insultos y amenazas continuaron, el referée decide suspender el match. De tal forma que los violentos se salieron con la suya casi un siglo atrás impidiendo al resto de los espectadores poder gozar del segundo tiempo del encuentro.

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