Por Juan Manuel Montero
12 Diciembre 2020
Remarca que el día D puede ser el lunes. Que desde ese momento deberíamos tener una actitud mucho mas responsable y cuidarnos el doble de lo que lo venimos haciendo si pretendemos pasar unas fiestas de fin de año en paz. Rodrigo Quiroga, investigador del Conicet, bioinformático y miembro del Consejo Epidemiológico del Gobierno bonaerense, no tiene dudas de que estamos subestimando la situación actual de la pandemia y que, si no tomamos precauciones, una segunda ola más virulenta puede estar a la vuelta de la esquina a pesar de que ya se avizora la llegada de la tan ansiada vacuna. El experto dialogó por teléfono con LA GACETA en estos términos:
¿Cómo ve la situación actual teniendo en cuanta los índices que se manejan?
- Se ve muchísimo relajamiento, menos uso de barbijos, más gente en la calle, reuniones. En general estamos viendo lo mismo en todos lados. A esto responde que hasta hace un mes íbamos bajando muy velozmente la cantidad de contagios y esa velocidad se frenó bastante. Tiene que ver con el relajamiento. Nos tenemos que seguir cuidando hasta que alcancemos una buena cantidad de personas vacunadas. Estamos recomendando no hacer reuniones sociales entre el 13 y el 23 de diciembre, de manera de llegar a Navidad bastante más tranquilos. La idea es quedarnos con la seguridad de que tenemos el mínimo riesgo posible de estar infectados porque seguramente mucha gente se va a reunir con sus parientes y seres queridos, que son grupo de riesgo. Hay que sostener las restricciones lo máximo posible.
Usted sostiene que la estacionalidad ayuda a combatir la propagación. ¿Qué significa eso?
- En el verano pasamos más tiempo afuera, al aire libre. Eso nos juega a favor, favorece a que los casos bajen. Pero está relacionado también con la radiación UV; el sol lo inactiva al virus. Y si hay viento o los espacios están bien ventilados, mucho mejor.
MEDIDAS BÁSICAS. Quiroga recomienda pasar las fiestas con distanciamiento, al aire libre y con barbijos.
¿Por qué tendríamos una segunda ola en Argentina con la posibilidad de una pronta llegada de la vacuna?
- A pesar de que la estacionalidad nos juega a favor, también le juega a favor a Brasil, a Uruguay y a Paraguay y en los tres países están aumentando los casos. En Brasil están con una segunda ola y el crecimiento comenzó a partir de un piso muy alto de casos. En Río de Janeiro ya colapsaron las camas. Minimizaron la pandemia. La gente no se cuida y los efectos son muy complicados. Si nosotros dejáramos de cuidarnos, sin dudas los casos volverían a aumentar mañana. Seguimos teniendo un nivel de casos diarios altos. En Europa, cuando los casos comenzaron a subir, tenían un piso de casi cero. A nosotros nos puede pasar como a Brasil, y que en uno o dos meses estemos con las terapias intensivas repletas. La vacuna es un objetivo que hay que tener en el horizonte. La solución está, pero va a demorar. No se puede vacunar rápidamente a todo el mundo. Las personas van a tener inmunidad un mes y medio luego de la primera dosis. Entonces, falta para que la vacuna sea una solución.
¿Qué tenemos que hacer para pasar unas fiestas de fin de año con una mayor normalidad?
- Primero, espaciar las actuales reuniones sociales, cinco días al menos entre una y otra. Que haya menos de 10 personas, al aire libre, si es posible durante el día, con la utilización del barbijo y sin compartir vasos ni botellas. Los eventos de fin de año son muy importantes, pero conllevan un alto riesgo. Las estimaciones más optimistas hablan de que se detectan uno de cada tres infectados, y las más dramáticas que son uno de cada seis infectados. Traslademos eso a una reunión social y vemos el peligro. Había mucha gente que se estaba cuidando y ahora ya no lo hacen. No parece haber tolerancia social para restricciones, pero nos podemos cuidar y al mismo tiempo disfrutar las fiestas. En Canadá decretaron una cuarentena obligatoria de 10 días, pero si uno decide una medida como esta y la sociedad no la acata, es peor. Deben comprender esta sugerencia.
¿Qué errores se cometieron en la lucha contra el coronavirus?
- El rastreo es una más de las medidas que se pueden tomar para disminuir la circulación viral, y tiene efecto cuando hay pocos casos. Se puede buscar contactos estrechos y aislarlos. Fue un error no haberlo hecho desde el principio. Es lo que permite evitar la transmisión comunitaria, si hubiéramos implementado rastreos en todos el país se podría haber demorado la circulación viral. De cara al verano, los casos bajan y vuelve a ser importante el rastreo.
¿Y cuándo volveremos, entonces, a la ansiada normalidad?
- Una vez que haya una buena proporción de la población vacunada vamos a estar volviendo a una vida normal, pero eso va a llevar tiempo. No creo que hasta junio eso vaya a pasar. No podemos depender de la vacuna para evitar una segunda ola. Tenemos que seguir cuidándonos.
Perfil de Rodrigo Quiroga
Es cordobés, doctor en Ciencias Químicas, Licenciado en Bioquímica Clínica, investigador del Conicet, bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y miembro del Consejo Epidemiológico del Gobierno bonaerense, que conduce el ex ministro de Economía, Axel Kicillof.
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