Historia de una pasión por la invención

Historia de una pasión por la invención

La vida de Nikola Tesla.

Historia de una pasión por la invención
13 Diciembre 2020

Los comienzos del siglo XX fueron años signados por vertiginosas transformaciones. Una nueva fuente de energía, la electricidad, impulsaba el desarrollo industrial tanto del mundo occidental (con Estados Unidos a la cabeza) como de la incipiente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (el comunismo es el poder de los soviets más electricidad, declaraba Lenin, por ese entonces).

Pero fue en el centro del mundo capitalista donde se libró una verdadera guerra por el dominio de las patentes de los nuevos inventos y el lugar donde coincidieron Edison y Tesla, los inventores (o descubridores, la línea es muy porosa), entre otros “prodigios”, de la corriente continua y la corriente alterna, respectivamente.

La historia de su enfrentamiento fue antológica y la autobiografía que este último escribió a los 63 años, cuando terminaba la Primera Guerra Mundial, es una muestra más.

Nikola Tesla nació en Croacia, a mediados del siglo XIX, y según se lee en esta afiebrada autobiografía, su pasión por los inventos y los artificios con los que dominar la naturaleza (y la tenacidad con que la defendió del mandato familiar) lo acompañó desde muy temprano.  

Con una capacidad casi monstruosa para el estudio y el trabajo, que lo mantenía despierto durante interminables jornadas, y un impulso voraz por el conocimiento (dominaba varios idiomas y era un lector refinado de literatura y de filosofía), Tesla afirma no haber necesitado de esquemas ni tampoco de experimentos para desarrollar sus inventos ya que podía visualizarlos en su mente como si fueran reales.

Leer su autobiografía es como asistir al laboratorio del Doctor Frankenstein cuando, percibiéndose como un autómata, describe sus intuiciones como “imágenes mentales acompañadas por fuertes relámpagos”, y caracteriza sus episodios de agotamiento nervioso como “la clara sensación de que mi cerebro se estaba incendiando.”

Su encuentro con Edison -su par y contrafigura- es una marca de la contradicción entre “el sentido práctico e individualista estadounidense” y una mente nutrida por la alta cultura mitteleuropea, una diferencia que a Edison le reportó éxito económico y reconocimiento mundial, y a Tesla, la quiebra económica y la invisibilidad.

Sus más de 500 inventos permitieron el desarrollo de la robótica y la transmisión inalámbrica, con los que imaginó un mundo donde la abolición de las distancias garantizaría la paz por siempre, quizás la única de sus ideas que no pudo llegar a materializarse.

© LA GACETA

MARÍA EUGENIA VILLALONGA

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios