Pareceres II: La Ergastula

Pareceres II: La Ergastula

Pareceres II: La Ergastula
02 Diciembre 2020

Marcelo Daniel Cena

Ergastula eran las cárceles de la antigua Roma. No existía -en realidad- un sistema penitenciario como el actual, que está para que las personas privadas de libertad cumplan una pena. En Roma estar ad-ergastula era la situación de un esclavo con sospecha de fuga, motivo por el cual el amo lo ataba con grilletes; luego esa situación se extendió al derecho de los esclavistas de retener y hacer trabajar a los vagabundos. Como esa institución era utilizada por los patricios para apoderarse de los esclavos de otros patricios, dio lugar a pleitos y disidencias.

Durante un prolongado período de tiempo todos estuvimos ad-ergastula, con prohibición de transitar. Esa situación totalmente excepcional tuvo su justificación en la pandemia y dio lugar también a excesos y aprovechamientos que, si bien no fueron mayoritarios, tuvieron gravedad. Una situación particular se dio en el acceso a la ruta a los Valles, donde al parecer la administración del paso de la ruta provincial N° 307 quedó delegada por la autoridad sanitaria central a la decisión de asociaciones vecinales de residentes aledaños a la ruta. Para el futuro debería quedar perfectamente claro que la ruta provincial 307 fue construida y mantenida transitable por el esfuerzo del conjunto de la población de Tucumán y no por los habitantes de los pueblos que la circundan. Ese esfuerzo solidario de toda una provincia tuvo como principales destinatarios a aquellos habitantes que, gracias a esa conexión, reciben obvias y numerosas ventajas.

Pretender que las posibilidades de uso de esa vía queden sujetas a la voluntad de las comunidades vecinas no sólo es inconstitucional e ilegal, sino completamente inmoral, porque no es de personas decentes pretender usar en beneficio propio una cosa que pertenece a todos y que muchos otros comprovincianos que contribuyen a su mantenimiento con impuestos, no gozan en sus propias localidades.

La ergastula fue suprimida en Roma por el emperador Adriano -cuatro siglos de vigencia, mucho tiempo-. Para nosotros no deberìa durar nada. Porque, como dice el poeta, “si la ley dice: ¡Sé sectario! Las mariposas no se acercarán a las flores y nos quedaremos sin primavera”.

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