30 Noviembre 2020
Carlos Alsina
Dramaturgo
La obra “Limpieza” se estrenó el 30 de noviembre de 1985 en la sala Caviglia en el marco de un ciclo llamado “Teatro Libre” organizado por el entonces director de Teatro de la provincia, Oscar Quiroga. Este ciclo tenía como objetivo poner en escena obras de autores tucumanos, dirigidas y actuadas por colegas locales.
Yo había escrito el texto en el año 1982, aún durante la dictadura militar, después de Malvinas. Todavía no eran épocas en las que se pudiera representar un texto de ese tipo. “Limpieza” tomaba como punto de partida el terrible hecho que significó el traslado de mendigos y dementes tucumanos a zonas inhóspitas de las montañas catamarqueñas en donde fueron abandonados a su suerte. Esto sucedió durante el gobierno militar de Bussi, en 1977.
El hecho, de por sí horrible, me sirvió en ese momento como un punto de partida para metaforizar el genocidio que la dictadura había cometido. La obra intenta ser una metáfora del exterminio.
Envié, ya en 1984, en la naciente democracia argentina, el texto escrito a un concurso de dramaturgia organizado por la Municipalidad de Salta y tuve la satisfacción que obtuviera una mención.
Cuando se organizó en Tucumán el ciclo de “Teatro Libre”, a fines de 1985, dirigí la obra y tuve la suerte de contar con diez actores y actrices que se comprometieron totalmente con lo que la obra significaba. Creo que fue uno de los textos que dirigí en los que más sentí el compromiso de todos los integrantes del elenco en lo que estábamos haciendo.
La obra tuvo una recepción muy conmovedora y emotiva cuando se estrenó. Tal fue el impacto que, ya pasado el ciclo de “Teatro Libre”, decidimos con el grupo independiente “Teatro de Hoy”, ponerla en escena en la temporada 1986. Y fue un éxito de público total. Además, el elenco acompañó solidariamente a las organizaciones de DDHH que luchaban por la aparición con vida de los desaparecidos y por memoria, verdad y justicia. Llegamos a hacer funciones en la plaza Independencia acompañando ese justo reclamo.
“Limpieza” se repuso durante cuatro temporadas en Tucumán, entre 1986 y 1989. Participó en tres festivales nacionales: en Córdoba, en Buenos Aires y en Mendoza durante esos años.
El texto obtuvo, en 1987, el primer premio del Fondo Nacional de las Artes y fue publicado en 1988 por la editorial “Torres Agüero”. En 2006 fue publicada entre otros 19 textos míos, por el Instituto Nacional del Teatro, en el libro “Hacia un teatro esencial”.
La obra fue representada, a través de los años, por distintos elencos en numerosos lugares del país, como Buenos Aires, Salta, Mendoza, y también en Alemania, Colombia y Ecuador.
Marcela Serli, una excelente actriz tucumana residente en Italia desde hace muchos años, utilizó el texto para doctorarse en Letras Extranjeras en la Universidad de Trieste, en 2004, y tuve la suerte de estar presente en la presentación de su tesis.
Un tema vigente
Creo que “Limpieza” posee una actualidad total. La exclusión de los desposeídos es un tema que, en vez de atenuarse, se ha profundizado en todo el mundo. Basta citar el caso de los inmigrantes mexicanos o africanos para establecer un paragón inmediato.
Tal vez por ello la representación del texto en latitudes tan lejanas de Tucumán.
Recuerdo que cuando la obra se editó por primera vez, los correctores me preguntaban si debían imprimir el texto con las “deformaciones” lingüísticas propias del modo de hablar tucumano. Fue importante responder que sí.
“Limpieza”, a 35 años de su estreno, conserva una gran actualidad. Lamentablemente, cada vez con mayor intensidad, los excluidos de este mundo son “arrojados a la basura”.
La “limpieza” de millones de seres humanos no conoce atenuantes. Es de esperar que tal proceso se revierta. Depende, en exclusiva medida, de las acciones transformadoras de los que aún seguimos respirando, a mala pena, en este convulsionado planeta.
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