No se despejan las dudas en un juicio por un femicidio

Los profesionales no aclararon si María Cristina Ávila se quitó la vida, fue arrojada al vacío o si se cayó accidentalmente. Lesiones previas.

EN LA SALA. Gabriel Pérez Soto (izquierda y de remera) escuchó junto con su abogado los testimonios.  EN LA SALA. Gabriel Pérez Soto (izquierda y de remera) escuchó junto con su abogado los testimonios.

“Los allegados definen a la relación como violenta, dicen que no era algo conveniente para ella, que dejó de ser alegre y se volvió una persona triste”, señaló la licenciada Susana Barrionuevo, quien elaboró un informe psicológico sobre los rasgos de la personalidad de María Cristina Ávila, víctima de un supuesto femicidio por el que está siendo juzgado Gabriel Hernán Pérez Soto.

El 9 de abril de 2018, la joven de 23 años, murió tras caer desde el cuarto piso de un edificio ubicado en Congreso al 800. Ayer declararon los peritos e investigadores que intervinieron en la causa, pero hasta hoy ninguno pudo confirmar si se trató de un crimen, un suicidio o un accidente.

La fiscala de instrucción, Adriana Giannoni sostuvo la hipótesis de que Ávila, de 1,57 metro de altura, no podría haber saltado del balcón que tenía una baranda de un poco más de un metro de alto. La fiscala de Cámara, Estela Giofoniello defiende esa teoría.

Barrionuevo, durante su declaración, señaló que la relación ya no hacía feliz a Ávila pero que ella tampoco podía concluirla. “Ella intentaba formar una familia estable. Aparentemente era una persona con mucha fuerza (emocional), que manifestaba amor por su vida, la de su hijo y el deseo de progresar”, argumentó.

VÍCTIMA. El caso María Cristina Ávila, podría haber sido femicidio. VÍCTIMA. El caso María Cristina Ávila, podría haber sido femicidio.

La profesional explicó que su informe se basa en cómo era María Cristina antes y después de la relación. La psicóloga consideró que el hecho de que la joven haya denunciado a su pareja anteriormente por violencia de género implicaba que se había llegado a un límite y que temía por su vida.

Por otro lado, María Silvia Morales, la psicóloga la Unidad Fiscal de Homicidio I detalló sobre la pericia que le realizó a Pérez Soto. Indicó que el imputado encajaba en la estructura clínica de personalidad neurótica, descartando así la psicótica. También detalló al respecto: “posee rasgos narcisistas y el mecanismo de defensa de reprimir las emociones. Presenta inmadurez emocional para expresar sus sentimientos, pero distingue entre la realidad: no sufre alucinaciones ni delirios”.

Ante la consulta de la defensa, la profesional aclaró: “no tiene una personalidad perversa”.

Peritajes e incertidumbre

Médicos de distintas especialidades y peritos de diversas áreas declararon ante los jueces. Hasta el momento ninguno dio algún detalle revelador que pueda esclarecer cómo ocurrieron las cosas. Los médicos, Rodolfo Lobo y Omar Francisco Jiménez, señalaron que el cuerpo de la víctima presentaba moretones y excoriaciones anteriores al golpe de la caída; pero ninguno profundizó en cuál podía ser el origen de esas lesiones.

El día del hecho, el imputado tenía arañazos en los brazos, tórax, rostro y pies. En su declaración escrita reconoció que habían peleado con su pareja; sin embargo, asegura que ella lo atacó y que él sólo la detuvo poniéndole la mano al cuello. Según su testimonio, luego de la pelea, Ávila se fue hacia el balcón y al momento escuchó el estruendo de la caída.

TENSIÓN. El perito de parte Terraza fue cuestionado por una jueza. TENSIÓN. El perito de parte Terraza fue cuestionado por una jueza.

Otros peritos explicaron que la víctima impactó con la cabeza y las manos en el suelo, pero que eso no determinaba si se trataba de un hecho accidental o provocado. “Al caer al vacío desde determinada altura, el cuerpo de una persona comienza a girar en el aire y puede caer de cualquier manera”, precisó la forense Ana Ruiz.

El perito Augusto Aybar Cristo dijo que Ávila estaba consciente al caer, no presentaba lesiones marcas de apoyo en la zona lumbar y, finalmente, ante la consulta fiscal, aseguró que si Pérez Soto (1,87 metro) hubiese estirado el brazo para alejar a su pareja, ella nunca habría logrado alcanzado (para defenderse o atacarlo) por la diferencia de altura.

“No se contradiga”

Oscar Alberto Terraza, licenciado en Criminalística y perito de parte, explicó que fue contratado por la anterior defensa del acusado para observar las tareas que los peritos de ECIF harían en el lugar del hecho el 7 de junio de 2019. Indicó que sus colegas observaban las huellas de manos que había sobre la baranda del balcón (las cuales habrían permanecido ahí por más de un año), también dijo que para entonces el departamento había sufrido una modificación ya que ahora tenía toldo. La jueza Bahler lo reprendió: “entiendo entonces que usted está mintiendo; sea claro y no se contradiga”. La magistrada le dijo que en abril de 2018 un perito había tenido que efectuar pruebas con un químico para detectar las huellas y que él ahora decía verlas a simple vista. El hombre sostuvo que sólo estaba contando lo que observó del trabajo de sus pares del ECIF y reafirmó su postura. La jueza le advirtió que podrían apercibirlo si se constata que mintió.

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