Buscan que las tucumanas de bajos recursos accedan gratis a productos de higiene menstrual

Buscan que las tucumanas de bajos recursos accedan gratis a productos de higiene menstrual

"Las chicas en situación de pobreza dejan de ir a la escuela o de ir a trabajar porque sangran y no lo pueden contener”, cuenta la autora del proyecto, Sara Alperovich.

Buscan que las tucumanas de bajos recursos accedan gratis a productos de higiene menstrual Imagen ilustrativa. Foto tomada de www.vix.com

La pobreza golpea de distintas maneras: algunas se ven y otras no. Entre esos daños imperceptibles para el resto de la sociedad está el que sufren las adolescentes y las mujeres durante el ciclo menstrual. En Argentina, siete de cada 10 de ellas se encuentran en situación de pobreza, según datos de la organización Economía Femini(s)ta, por lo que se estima que la mayoría no tienen acceso a elementos de higiene básicos como toallitas o tampones.

Ayer se conoció que Escocia acaba de convertirse en la primera región del mundo en proporcionar acceso gratuito y universal a los productos de higiene femenina. “La Ley de Productos del Período (suministro gratuito), aprobada por unanimidad el martes por la noche, impondrá a las autoridades locales la obligación legal de poner los productos de la menstruación a disposición de todas las personas que los necesiten”, precisa un artículo de The Guardian.

En el Congreso de Argentina existen varios proyectos sobre la temática, pero ninguno ha sido tratado en sesión todavía. “La menstruación representa otro factor que profundiza las desigualdades de género, ya que supone un gasto adicional que comprime los ingresos de las personas menstruantes, en un marco de fuerte deterioro de su poder adquisitivo. En un contexto donde las mujeres ganan menos, la proporción de ingresos que se destina al acceso a productos de gestión menstruante se vuelve mayor”, destaca en una de las iniciativas el senador fueguino Matías Rodríguez (Frente de Todos). Y cita datos de Economía Femini(s)ta: “una persona menstruante gasta $ 2.900 anuales en la compra de toallitas y este número asciende a $ 3.800 en el caso de comprar tampones, teniendo en cuenta una cantidad de 13 ciclos menstruales por año y 22 productos utilizados por ciclo”.

En el caso de Tucumán, fue una mujer quien se ocupó de trabajar en la temática y de elaborar un proyecto que “iba a ser tratado en la sesión de hoy, pero por falta de tiempo quedó pendiente para la próxima semana”, según explica su autora, Sara Alperovich, jefa del bloque Hacemos Tucumán. La legisladora presentó la propuesta en febrero de este año y consiste en la entrega "obligatoria y gratuita de elementos para la gestión menstrual a niñas, adolescentes y mujeres que se encuentren entre la menarca y el climaterio”. Y aclara que “se denomina elemento de gestión menstrual a todo dispositivo de contención utilizado durante la menstruación, tales como: toallas higiénicas (descartables o reutilizables), tampones, copas menstruales, esponjas marinas y/o ropa interior absorbente, o cualquier otro elemento que sea para ese fin”.

Alperovich precisa que las destinatarias son “mujeres vulnerables, gente que no puede pagarlo” y agrega que la idea es que se repartan en “instituciones educativas de gestión pública, de salud pública, también donde se encuentren recluidas personas en conflicto con la ley y en lugares de alojamiento para gente en situación de calle”.

La parlamentaria advierte que estos productos suelen ser caros y para nada accesibles en el caso de personas que tienen apenas cubiertas sus necesidades básicas. “Los pusieron dentro de los Precios Cuidados, pero es una sola marca y siguen siendo caros”, remarca. Y retrata la realidad que se vive en algunos barrios de la provincia: “las chicas lo que más piden son toallitas, las más chiquitas, que no tienen para comprar, a veces se meten trapos sucios, no esterilizados y eso causa infecciones, problemas psicológicos a largo plazo y hasta la muerte”.

“Nadie piensa tampoco en las mujeres que se encuentran en situación de calle, que cuando menstrúan van a las farmacias a pedir toallitas. Las chicas en situación de pobreza dejan de ir a la escuela o de ir a trabajar porque sangran y no lo pueden contener”, cuenta.

El proyecto de Alperovich incluye la entrega de medicamentos para dolores menstruales, como el ibuprofeno, y capacitación para adolescentes y mujeres. “La idea es empezar a hacer también un estudio de impacto ambiental de estos productos, pero la realidad nos impide avanzar demasiado ya que para usar una copa menstrual, por ejemplo, se necesitan elementos mínimos de higiene como agua y jabón, y no todas tienen acceso”, afirma. Si cuenta con el apoyo de la mayoría, la semana que viene podría convertirse en una realidad para las tucumanas.

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