26 Noviembre 2020
ESTÁNDAR. La medida mediana, de 2,70 x 1,60 x 0,65, sigue siendo la más vendida por su precio y porque se adapta a todos los jardines.
El fondo de la casa -o el balcón, por qué no- hierve a 40 grados de calor y pide una pileta. Pero la pide ya, de inmediato, sin esperas de instalaciones ni excavaciones ni de grandes obras. El verano está encima y para los apurados, o para los que no disponen de una abultada inversión para hacer la pileta, las viejas y tradicionales “pelopinchos” salen al rescate.
Más allá de los formatos y de las dimensiones, existen dos tipos principales de piletas de lona: las estructurales y las no estructurales. Los vendedores explican que las primeras son más resistentes, seguras y duraderas, mientras que las segundas corren con la única ventaja de armarse y desarmarse en pocos minutos.
“Nosotros recomendamos siempre las estructurales, que son mejores en cuanto a calidad y durabilidad en comparación con las que se inflan. Estas últimas suelen tener un borde inflable (que le brinda rigidez una vez que está llena de agua), pero ese borde es de un material más fino que el resto de la pileta y, si se pincha, es casi imposible de recuperar. Hay que tener muchos cuidados”, explica Gabriel Kaethner, representante de Castillo.
SEGURIDAD. Si tus hijos son muy chicos, elegí las piletas más pequeñas.
Las medidas de las estructurales van desde los 1.55 x 1.00 x 0.30 m, hasta las de 4,45 x 2,25 x y 0,80 m de alto. En ese rango se puede encontrar la pileta justa para el uso que queramos darle. “La elección del tamaño depende esencialmente del espacio donde se la vaya a instalar y de lo que uno esté dispuesto a gastar. Por supuesto, también hay que tener en cuenta el mantenimiento, sobre todo quién lo va hacer: cuanto más grande, más trabajoso es limpiarla”, sostiene Carolina Barrientos, vendedora de Yubrín.
Además del espacio, precisa Kaethner, hay que tener en cuenta el lugar donde se la va a armar: “tiene que ser un lugar ventilado, donde dé el sol y que tenga espacio suficiente para el acceso. Otro aspecto a tener en cuenta es que hay que limpiarla con cierta periodicidad, por lo cual, se debe saber que habrá que comprar elementos y líquidos para mantenerla. De esta manera evitamos estar cambiando el agua frecuentemente. Con una buena limpieza se la puede mantener durante mucho tiempo”, agrega.
REDONDAS. Son las que menos se eligen, pero la opción está disponible.
Otro aspecto a tener en cuenta es la calidad de la lona y de los caños de la pileta. En eso, la marca líder del mercado (y también la más cara) lleva ventaja, explican los vendedores. “Comprar en un local que brinde garantía es importante, por cualquier problema que surja”, destaca Kaethner. A eso se le suma la posventa, los repuestos, y los accesorios de la marca, como el piso y el cubrepileta, que aseguran la durabilidad.
Cuestión de tamaños
Una vez definido el espacio y la marca, resta elegir el tamaño de la pileta. “Siempre hay que tener en cuenta quiénes usarán la pileta. Si es una familia tipo de cuatro personas, se recomienda una pileta intermedia o la más grande para tener más espacio para juegos y diversión. Si se busca solo para uno o dos niños, los modelos más pequeños son los ideales. De todos modos, siempre, si la van a usar menores, deben tener la supervisión de un mayor”, finalizó Kaethner.
Precios: haciendo números
- La pileta estructural de 4,45 m de largo x 2,25m de ancho y 0,80 m de alto, de primera marca, cuesta $ 25.000. Una de segunda marca, de dimensiones similares, cuesta $ 20.500.
- La pileta estructural de 3 m de largo x 2 m de ancho y 0,70 m de alto, de primera marca, cuesta aproximadamente $ 20.000, mientras que la de segunda marca ronda los $ 14.000.
- La pileta inflable de 1,80 m de diámetro, con inflador, cuesta alrededor de $ 7.500. Una de 2,20 m se puede conseguir online por $ 8.500.
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