Sondeo: siete de cada 10 papás notaron en sus hijos adicción a las pantallas

Sondeo: siete de cada 10 papás notaron en sus hijos adicción a las pantallas

Así lo reveló una encuesta del estudio de Reale Dallatorre, encargada por LA GACETA.

Sin plazas ni clubes. Sin cines ni cumpleaños con amigos. Sin clases presenciales ni recreos para jugar con sus compañeros. Los chicos han pasado casi nueve meses confinados en casa y el balance que hacen los padres no es para nada positivo. El 71% asegura que, como consecuencia de la cuarentena, ha notado en sus hijos adicción a las pantallas, de acuerdo a una encuesta realizada en Tucumán por Reale Dallatorre Consultores (RDT).

En el relevamiento, encargado por LA GACETA, la mitad los progenitores consultados también vieron que sus hijos (niños y adolescentes) presentaron ansiedad e irritabilidad. Un 31% dijo que notó depresión desgano y melancolía. La encuesta fue realizada en base a respuestas múltiples, es decir, que la persona que ha sido sondeada tiene opciones para contestar en base a su valoración u opinión personal y puede elegir una o más respuestas.

Sondeo: siete de cada 10 papás notaron en sus hijos adicción a las pantallas

Tres de cada 10 padres admitieron algo que los pediatras vienen señalando desde hace al menos un par de meses: los chicos han aumentado de peso. Los meses de aislamiento impactaron en el cuerpo de muchos niños y adolescentes, indicó el pediatra Federico Caillou. No sólo fue una consecuencia cd sedentarismo sino también por un incremento del consumo de alimentos y de la ansiedad propia de este contexto que hizo que los chicos comieran más.

La mala alimentación también fue señalada por el 16% de los padres como un efecto de la cuarentena en los chicos. Un porcentaje similar dijo que soportó berrinches y llantos descontrolados. Asimismo, algunos progenitores contaron que sus hijos sufrieron pesadillas nocturnas (6%) y retrocesos en el habla o en el control de esfínteres (2,5%).

La Sociedad Argentina de Pediatría elaboró un duro informe recientemente, en el cual señala que los niños, niñas y adolescentes son, sin dudas, los más afectados en sus derechos en este contexto de pandemia. “En general, los niños mostraron un alto grado de conocimiento acerca de las razones de la cuarentena. Sienten, en cierta medida, que no se les ha permitido ser niños y que han visto sus derechos mucho más limitados que los adultos”, destacó Omar Tabacco, presidente de la SAP.

Una marca para siempre

Cecilia López, psicóloga especialista en niños, explica que todo lo que respondieron los padres en la encuesta refleja la situación actual de los chicos. “Desde los más pequeños hasta los adolescentes… en todos la pandemia ha dejado una huella. Los chicos están más irritables, bajó la tolerancia a la frustración y perdieron el autocontrol. A partir de los 6 y hasta los 11 años, se nota una alta dependencia a la tecnología, a juegos como el Among us, en el cual ellos encontraron la forma de contactarse con amigos. Al mismo tiempo, ya vemos un altísimo rechazo a las clases virtuales. Están hartos de las tareas y de los zoom. Les cuesta aceptar y acatar las normas. Después de los 12 años y hasta los 17, hay depresión, desgano, apatía y mucha ansiedad”, describe.

La experta señala que si bien los adultos ya pudimos volver más o menos a la normalidad, los chicos llevan ya demasiado tiempo sin sociabilizar. “Y ellos necesitan su grupo de pares. Es muy grave lo que está pasando. En todos la pandemia dejará una marca para siempre, especialmente los que perdieron seres queridos. Dependerá de la fortaleza que tenga cada niño y del apoyo y el acompañamiento de su familia para que las consecuencias sean mayores o menores. Quienes tengan una familia muy presente saldrán fortalecidos. Otros tendrán que pedir ayuda profesional”, advierte.

La psicóloga Natalia Gronda remarca que para muchos padres el coronavirus no es la mayor preocupación. Sí lo son las consecuencias del encierro en sus hijos. “El estrés, la irritabilidad, la ansiedad, las regresiones que presentan los chicos no hay que verlos como trastornos o desviaciones. Son esperables después de todo lo que han vivido este año”, explica la especialista en niños.

Tiene una visión positiva. “¨Pienso que cuando los chicos recuperen sus rutinas, que puedan salir de nuevo, retomar la escuela y los encuentros con sus pares, van a ir desapareciendo esas situaciones en los chicos”, agrega. Gronda opina que no es momento de juzgar a las familias. “En cada hogar hacen lo que pueden”, remarca. Sostiene que los niños tienen un gran poder de adaptación y recomienda a los padres estar muy presentes en los días que vienen para ayudarlos a salir adelante. “La clave es escucharlos; estar atentos a lo que les preocupa, acompañarlos, dejarles en claro que esto va a pasar. La palabra del adulto tranquiliza y les da seguridad”, explica.

Ahora que terminan las clases, según la especialista, es un gran momento para acompañarlos con el juego, la creatividad, entrar en contacto con la naturaleza, contarles cuentos, etcétera. “Los padres presentes marcarán la diferencia”, advierte. Y apunta que hay que estar atentos a algunos síntomas para pedir ayuda: apego extremo e irritabilidad desmesurada, por ejemplo.

En el caso de los adolescentes, es un capítulo aparte: Se muestran distantes y escatiman el contacto físico con su familia, permanecen absortos en su mundo, esquivan responsabilidades, pasan de la indiferencia al dramatismo. “También necesitan mucho acompañamiento, más que nada oído, y que se respete su privacidad y sus tiempos”, remarca.

Estrés virtual

La adicción a las pantallas o el uso excesivo de la tecnología es una de las principales consecuencias de la cuarentena en los chicos, sostiene la psicopedagoga Natalia Jiménez Terán. También se está notando un altísimo estrés virtual en los chicos. “No hay que subestimar el impacto del encierro. La falta de vínculos y los cambios extremos en sus rutinas afectaron muchísimo los estados de ánimo de los niños y adolescentes”, explica. Aunque cree que la mayoría podrá salir adelante sin demasiados sobresaltos. Para eso -y en coincidencia con las otras expertas- cree que los adultos tendrán un papel esencial.

“Algunos niños están sufriendo más dependencia y adicción al teléfono móvil y a las pantallas. Es el momento de regular el tiempo que le dedican a estos dispositivo. Durante el año se hizo difícil porque era un requerimiento escolar para vincularse con los amigos. Pero ahora será necesario poner límites y ofrecer otras alternativas a las pantallas”, aconseja. Y será en ese momento cuando saltará a la vista si hay un problema de fondo. ¿A qué hay que estar atento? A estas señales que nos muestran una posible adicción: cuando el uso excesivo empieza a interferir en la vida cotidiana de un niño porque descuidan o pierden otros intereses. Si no se pueden conectar, muestran ansiedad, irritabilidad o depresión.

Ficha técnica

El relevamiento de Reale Dallatorre Consultores fue realizado entre el 31 de octubre al 3 de noviembre en 800 casos en todo el territorio tucumano, con un margen de confianza del 95% y un error muestral del 3,8%. Se trata de una muestra aleatoria, polietápica, estratificada por región y proporcional al peso poblacional. La selección del entrevistado se realizó de acuerdo a cuotas (anidadas) de sexo y edad, siguiendo parámetros censales. Los datos se recogieron digitalmente (70% en Facebook y 30% en Instagram).

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