Marco Lavagna: “es un error tratar de combatir la inflación de un día para el otro”

Marco Lavagna: “es un error tratar de combatir la inflación de un día para el otro”

“Se precisa una política antiinflacionaria de tres a cuatro años”, indicó.

SECRETO ESTADÍSTICO. Lavagna afirmó que no hay un uso fiscal de los datos que recolecta el Indec. la gaceta / Foto de José Nuno (archivo) SECRETO ESTADÍSTICO. Lavagna afirmó que no hay un uso fiscal de los datos que recolecta el Indec. la gaceta / Foto de José Nuno (archivo)

La Argentina necesita mirar más la película que las fotografías. Y más en una situación de crisis (sanitaria y económica) como la que se vive en estos momentos. Las estadísticas constituyen esas postales para que una gestión pueda diseñar políticas públicas y, paralelamente, el sector privado pueda tomar decisiones de inversión. Un censo, como el que se lanzará el lunes 30 de este mes, puede ser el punto de partida para la actualización de la estructura económica argentina, como también lo es la inflación que, si se la mira por mes, la imagen que transmitirá puede ser muy variable (al alza o a la baja). En este aspecto, Marco Lavagna, el titular del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) sugiere mirar toda la película porque, en el caso del censo económico, los datos que se obtengan, por ejemplo, permitirán que las provincias puedan tener un mejor perfil del Producto Bruto Geográfico (PBG). Mientras que, en el caso de la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que en octubre fue el más alto de la serie de este año con un 3,8%, puede variar según la estacionalidad. “Hay que ser muy cautos”, sugiere el funcionario, en una entrevista telefónica concedida ayer a LA GACETA.

-¿Cuál es el objetivo del Censo Nacional Económico?

-Es actualizar la foto que tenemos de 2004/05 para establecer la matriz productiva de la Argentina. El Indec hará un relevamiento a través de un cuestionario digital, denominado e-CNE. Creemos que más de 5,5 millones de personas humanas y jurídicas completarán el censo a través de la aplicación en línea. Hoy es imposible enviar a los censistas a la calle, debido a la pandemia del coronavirus. Entonces planteamos dos etapas. En la primera buscamos el empadronamiento y le pedimos a las empresas, a los autónomos y a los monotributistas que ingresen a la página web del Indec con su número de CUIT. Eso será validado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), único contacto con el fisco. Luego vuelve a la página del Instituto y contesta un cuestionario de entre 14 y 17 preguntas, según la modalidad de las operaciones. El formulario nos permitirá tener una buena caracterización de las actividades económicas y separar en grupos. La segunda etapa consiste en una serie de encuestas específicas, para industrias, para servicios o para comercios, entre otros sectores. Todo eso nos permitirá trabajar en la matriz productiva. A la vez, podremos trabajar en con las provincias para la elaboración del Producto Bruto Geográfico (PBG).

-¿Cómo será la tarea con las provincias?

-Se armonizan metodologías con las Direcciones de Estadísticas provinciales. A veces los PBG dan un resultado más alto que el Producto Bruto Interno (PBI) nacional. Armonizando acciones tendremos una buena distribución de la producción. Y, con el censo, podremos actualizar periódicamente la información y no esperar un relevamiento cada 10 años.

-Cuando se realizan este tipo de muestreos, entre los productores o comerciantes siempre está la duda si la información se usará fiscalmente...

-La AFIP sólo participa para validar la identidad de aquel que será censado. De todas maneras, el Indec se rige por una ley que le da origen y que tiene que ver con el secreto estadístico. Por ley está prohibido dar a conocer información sobre las personas que participan en los distintos operativos. Incluso el acceso interno tiene restricciones. Los datos se protegen con seguridad informática y se usan solo para fines estadísticos. No hay ningún fin de fiscalización. Las estadísticas sirven para tener una mejor percepción de lo que pasa en la realidad. Son como una tomografía: se saca una imagen casi nítida del paciente para que el médico decida qué hacer. A los gobernantes le sirven para diseñar políticas públicas y a los empresarios para tomar decisiones de inversión o encarar negocios.

-Observando el comportamiento de la inflación en octubre, ¿puede decirse que hay un cambio de tendencia al alza en los precios al consumidor?

-Hay que ser cautos con ese 3,8% de inflación; hay que mirarlo. Si uno observa la evolución de los Precios Máximos, el Ministerio de la Producción ha permitido la suba de productos que no son de uso habitual en la canasta familiar, no son esenciales. En definitiva, habrá que ver el impacto. También venimos con una regulación de las tarifas y de otros precios. La clave en todo esto es cómo se administra la salida de todo esto y que se mantenga la tendencia a la baja de la inflación. Cuando se veía una inflación mensual del 1,5%, decía que hay que ser cauto, como lo sostengo ahora. Falta mucho. Sostener a la baja es lo que las autoridades deben definir en la nueva normalidad de la economía.

-Si se analiza por rubros, Alimentos y Bebidas no alcohólicas no detuvieron los aumentos y golpearon en el índice general de inflación...

-Eso responde a distintos factores. De los que vienen subiendo no están en Precios Máximos, como las verduras. Tomando octubre, se habló mucho del valor del tomate, que sí tiene impacto en la canasta familiar diaria y tuvo un aumento significativo de precios. Eso tiene que ver con cuestiones estacionales y con problemas de logística propios de la pandemia del coronavirus y de la cuarentena. Hay que ver cómo sigue todo esto porque no se puede vivir eternamente con Precios Máximos ni controles. La clave es cómo desarmarlos sin que generen picos en la tendencia. Y, ojo, no hablo de un mes en particular, sino de todo un período.

-¿La Argentina dejó de ser el país del 50% de inflación anual?

-Esperemos que sí, que dejemos de ser ese país del 50% de inflación. Pero si aplicamos las matemáticas, claramente este año está más bajo de lo que fue el año pasado. Pero, de vuelta, la clave es mantener la tendencia que vaya a la baja. Hay factores macroeconómicos, de expectativas que influyen para que eso sea posible. Cuando se viene de picos como el 54% del año pasado, combatir la inflación de un día para el otro es un error grande. Por lo menos se necesita una política antiinflacionaria de tres o cuatro años y sostener a la baja esa inflación. Si este mes nos da más bajo que en octubre, no se podrá decir que se controló la inflación. No hay que desconocer el efecto negativo que genera una inflación del 3,8% en el deterioro de los ingresos.

-¿Qué sucederá con el Censo Poblacional?

-La postergación no ha sido algo caprichoso. El día del censo necesitamos cerca de 880.000 personas para recolectar datos en todo el país, casa por casa y con entrevistas de 20 minutos. En un contexto de pandemia, iba a ser difícil lograr eso. Esto debió haberse hecho hace dos semanas, pero era algo imposible porque, lógicamente, la gente no hubiese querido recibir a un censista por el miedo al contagio de la covid-19. El censo es una inversión muy grande, que requiere mucha logística y se podría caer en el riesgo de que se postergara nuevamente. No quisimos que se mezcle en 2021 con la contienda electoral. Pensábamos hacer el Censo Poblacional en mayo, pero no sabíamos, a ciencia cierta, si la vacuna sería distribuida y aplicada hasta entonces. Por eso elegimos noviembre como el mes probable. La población podrá contestar on line el censo, generando un código, y el día del relevamiento, lo único que tendrá que hacer es entregarle ese código al censista.

-¿Las estadísticas están dominando el escenario económico?

-Nosotros nos movemos con un calendario de difusión predeterminado en el tiempo, un año antes, y con el mismo horario: se difunden a las 16 del día elegido. Desde ya que, en momentos de crisis profundas, sociales y económicas, como las que estamos atravesando, la necesidad de datos por parte de los agentes económicos es muy grande. Justamente por eso es que tenemos mucho cuidado en la elaboración. Sería muy fácil hacer una estimación con los primeros datos que nos llegan, pero la tarea del Instituto es hacer un equilibrio entre la inmediatez de la información que tenés y que, a su vez, esa información sea confiable y robusta para no tomar decisiones erradas por malas estimaciones. Somos muy rigurosos.

Comentarios