Por Jorge Figueroa
12 Noviembre 2020
REFERENTE. Marcelo Negrex Delgado lideró un proyecto más cercano al funk que al rock, que ahora revive.
Son canciones de los 90, que el grupo tocaba en La Risada, en la Facultad de Artes, en el Teatro Alberdi o en la sala Paul Groussac. Estaba invitado siempre en fiestas de alto consumo, para disfrutar de la música y bailarla a paso. Sus letras parecían delirantes por momentos. En “Al jardín de la lujuria”, por ejemplo, se puede leer:
“Maldije tanto, ser yo mismo y ser aquél.... Al anochecer un marginal junto a su Termidor y a su Poxirán pretende olvidar...”
“A principios de los 90 se sincronizaron eventos que determinaron emociones profundas, y ellas quedaron en los chicos que nos iban a escuchar. La música es una máquina del tiempo. Entre todos construimos ese instante que nos redirigió a un universo alternativo”, dice Marcelo Delgado, cabeza de El Negrex y sus Almirantes.
La banda, constituida además por José y Javier Murciélago Almirón, subió a las redes sociales hace pocas semanas su nuevo disco, “Diamantes en las tinieblas”, cuya versión física se espera tener disponible para fin de año.
El Negrex le cuenta a LA GACETA que en este segundo trabajo discográfico están los temas que tocaban hace casi dos décadas: “nos encontrábamos para amarnos, para pelearnos, para conocernos y para abandonarnos. La energia era multifactorial, venía de todos lados. Y siempre a beneficio”, aclara.
Con pocas palabras, el músico que incursionó en tocadas en el Septiembre Musical, en Villa Nougués y en bares y centros culturales en los últimos años y con diferentes formaciones, retrata a un sector juvenil que en los últimos años del anterior siglo gustaba y degustaba el under.
Era una movida más vinculada al funky que al rock, ciertamente. Por ese motivo, y fiel a sus tiempos, el Negrex y Los Almirantes no era una banda de rock. No planteaba una mirada colectiva o social, sino más bien reflejaba lo individual, lo introspectivo, el camino en una búsqueda interior.
“Nuestras canciones hablaban del amor, de seguir adelante, de torcer el destino, de encontrar una salida aunque parezca imposible”, responde el guitarrista, cantante y luthier, aunque sin dar precisiones sobre el contenido de las letras.
El Negrex y los Almirantes tuvo una corta vida: no existió más de dos años, durante los cuales grabó su único disco “Al jardín de la lujuria”. En el álbum que se lanzó hace un mes se interpretan siete canciones de ese trabajo (hoy inaccesible) y cinco nuevas.
La grabación
Grabado parcialmente on line, en el flamante disco participaron los músicos Cuervo Pajón, Leandro Kalén, Gasbeer Gasbeer, Gonzalo Aníbal Aragón, Juampi Basso y Rodrigo Villanueva, de Uruguay. El diseño de portada es de Pablo López y la asistencia de producción de Silvina Bardone. La propuesta de grabar venía planteada firmemente desde el año pasado, pero se concretó durante la pandemia, y el baterista José Almirón grabó desde Palma de Mallorca, España.
“Visiones”, “No siento pena”, “Oscilación”, “Tedio por amar igual” y “Salva tu cuerpo” son algunos de los temas de antaño que pueden escucharse, actualizados con un sonido más limpio y jazzeado.
En una declaración a LA GACETA, Murciélago Almirón destacó su afinidad musical con el Negrex, en especial con sus composiciones y sus arreglos instrumentales. El guitarrista lanzó su propio disco solista “Perro Jana”, que ganó el premio Mercedes Sosa al Mejor Álbum Instrumental en 2019. Y está preparando su próximo propio lanzamiento.
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