OTRA MIRADA. Un trabajo realizado con un concepto fotográfico.
El color azul habla de mares y de cielos, de serenidad, de protección y confianza. La psicología lo asocia a estados emocionales positivos, un color relajante, y desde Hesíodo y otros griegos se podría escribir un tratado del azul. Los colores hablan, dicen, informan, no son inocentes. Roland Barthes reflexionaba que todo significa aunque no esté puesto en función de significar.
El azul es una herencia de su madre en Virginia Serrano; una devolución con la que ella la homenajea. “Llegué a pintar, coser, bordar y trabajar con varias técnicas gracias a mi mamá, una mujer muy habilidosa que me transmitió mucho”, le cuenta a este columnista durante una entrevista.
Virginia Serrano es una de las artistas cuya historia se inicia ante de serlo; en la casa, en un ambiente en el que no es la única; la pandemia impidió que abra un taller de cerámica con una de sus hermanas. Pero como si toda su actividad incluso personal se encerrara en el arte, su pareja también es artista y trabaja en la docencia y en el Espacio Abasto.
Pero allá en El Corte, comparte su vida con sus dos hijos pequeños en medio de las yungas; “han sido un disparador en mi arte, he sentido como un deseo de producir de acuerdo a las circunstancias de lo cotidiano, es así que decidí incursionar en lo textil”.
La artista tiene 33 años; trabaja con la galería El Taller y con otra en Cariló. En su taller tiene menor disponibilidad para sus alumnos, pero la adaptación forzosa al modo virtual tuvo sus puntos a favor: el seguimiento personalizado de cada estudiante en proyectos personales, lo que es muy importante, dice.
Algunas de sus obras pueden observarse en el interior de edificios, pero también una empresa utilizó sus imágenes en el cerco de obra de una construcción.
En la conversación, a través de mensajes de whatsapp, chats o llamadas, aparece un dato llamativo al momento de hablar de las ventas. “La situación que generó la cuarentena fue al revés de lo que esperaba, quizá la gente al estar más en sus casas, tuvieron más tiempo para rediseñar su espacio cotidiano y ‘ponerle una onda’ con obras de arte”, señala en respuesta a una pregunta.
Y otra consideración curiosa: “en estos últimos años he utilizado mucho el trueque, un medio de cambio en el que puedo prescindir del dinero. Esto me hizo pensar qué interesante es utilizar este medio tan antiguo y esto no tiene un límite, a veces nos pudimos dar ‘lujos’ que con el dinero siempre quedaban para después”.
MURAL. La artista durante una intervención en la pared de una casa.
En 2016 escribí; “sus obras planteaban una mirada distinta a la común: sus autorretratos semejan una toma fotográfica capturada desde arriba, como una de esas imágenes frecuentes de la selfies. Una pintura realizada desde un concepto fotográfico”.
- ¿La maternidad te afectó en tu producción?
- Tener hijos ha sido un disparador muy importante en mi arte, he sentido como un deseo de producir y seguir produciendo, sí he tenido que cambiar de disciplina de acuerdo a las circunstancias de lo cotidiano; es así que decidí incursionar en lo textil, ya que era más viable esa técnica en ese momento, esto me parecía maravilloso, poder conocerme y encontrarme haciendo técnicas que ni sabia que las conocía.
- Pintura, textil, grabado...
- Y ahora cerámica también. Creo que en mi caso veo los límites borrados, me da lo mismo un día pintar, otro bordar y otro hacer monocopias. Me siento con la misma libertad en todas, en definitiva lo que importa es ‘la idea’, porque las disciplinas van y vienen.
- Hay unas pinturas tuyas que tienen una mirada fotográfica, como selfies.
-En esta serie de pinturas utilizo parto de proyectar las piernas. Esta serie surgió después de estar obsesionada con otra parte del cuerpo (el torso y cuello); me di cuenta que todo el tiempo me sacaba esas selfies de piernas como mucha gente más, en diferentes lugares, recuerdos de viajes, de días, de fiestas y mucho más. Elegí pintarlas, pero tienen la particularidad estas obras que ninguna de estas piernas pisa suelo firme; serían como la creación de espacios surrealistas, parada en flores, en naranjas cortadas, en bananas enteras, en un cielo con nubes algodonosas, o en vegetaciones vistas de frente.
- Con mucho color...
- Sí, muchos colores, estos meses ha predominado el azul, porque es una serie muy personal que realicé como homenaje a mi madre que le gustaba el azul. Me transmitió varias técnicas.
- ¿Te interesa el arte contemporáneo, tenés referentes?
- Al arte contemporáneo de esta provincia la verdad que no lo veo tanto, ya que siento que me contamina. No tengo artistas como referentes, creo que tengo de referente los micro mundos, lo cotidiano, mis hijos, mi historia, la pandemia ahora, bares y espacios vacíos (y luego llenos lamentablemente) y la realidad.








