Cartas de lectores

¡Despierta, trabajo social!

La semana pasada recorrí en un segundo toda la praxis del Trabajo Social y quede paralizada ante la violencia que vivimos y que no intervengan los y las trabajadores sociales, cuando tuvimos este acontecimiento tan machista e inhumano ante Paola Tacacho. Me pregunto: ¿en dónde estuvo el Trabajo Social Judicial para atender a esta joven en su pedido de socorro? ¿El poder Judicial sabe sobre la función de esta profesión? ¿Si la misma está presente allí, se les otorga participación en las diferentes problemáticas sociales que se presentan a diario? ¿Los y las trabajadoras sociales allí realmente hacen notar su presencia, en  donde el trabajo en red juega un importante papel para una visión más amplia de cada caso, ya que dentro de esa red se encuentran diferentes y diversas profesiones: psicólogos, abogados, médicos, trabajadores sociales. Hoy en día la intervención de la profesión fue nula dentro de la institución; tuvieron cinco años para tratar este caso de acoso en una primera instancia, y así poder buscar una solución ante este femicidio, en donde se ven reflejadas claramente una ruptura de la sociedad e instituciones. Aquel vínculo que las mantenía entrelazadas hoy en día están más debilitados que nunca, al no garantizan los derechos y no regular lo que la Constitución establece. Es imperante la convocatoria interdisciplinaria para analizar estos acontecimientos sociales, mediante una intervención y un accionar inmediato de manera integral con todas aquellas profesiones que están íntimamente relacionados con lo social, principalmente el Trabajo Social, planteando todas aquellas cuestiones que tengan que ver con el resguardo y la garantía de los Derechos Humanos. Este año tan particular nos ha dejado muchas marcas y una de ellas es Paola, por ello es que deben despertarse los y las colegas de nuestra profesión, del Trabajo Social, deben estar presentes ante estos acontecimientos que nuestra provincia viene padeciendo y como ello impacta en nuestra sociedad. Los mismos deben cuestionarse sobre el quehacer profesional y su participación en la sociedad, ya que por más que esté sujeta a diferentes instituciones, públicas y/o privadas, deben intervenir en estas problemáticas, directa o indirectamente para evitar situaciones que puedan llegar a resultados que no tengan marcha atrás; el femicidio de esta joven fue una muerte anunciada, pudiendo haberse evitado. En el silencio de un grito perdido en las sombras, se fueron acallando en la loza del pavimento, sueños, anhelos y una larga vida por delante. ¡Despierten!

María Mercedes Caro

Avenida Alem 587

Tafí Viejo

Rousseau y las leyes

Entre los mayores deseos para vivir que sentía Juan Jacobo Rousseau, que los expresa en su libro titulado “El origen de la desigualdad de los hombres”, hay uno muy breve, que dice: “Hubiera querido vivir y morir libre, es decir, de tal manera sometido a las leyes, que ni yo ni nadie hubiese podido sacudir el honroso yugo, ese yugo suave y benéfico que las más altivas cabezas llevan tanto más dócilmente cuanto que están hechas para no soportar otro alguno”. Obsérvese cómo el brillante escritor y filósofo suizo en habla francesa, califica al deber de someterse a las leyes. Le llama “honroso yugo”, o sea, honrosa carga, honrosa obligación, honor que debería comenzar a serlo en quienes gobiernan y administran las leyes y la justicia. ¡Qué lejos estamos los argentinos de vivir como le habría gustado al filósofo! En nuestro país no hace falta ser sabio para darse cuenta de que las leyes están hechas, principalmente, para proteger los intereses espurios de quienes gobiernan u ostentan algún poder, manchando de esta manera al sistema democrático y corroyendo las bases de la república. Luego sus tentáculos se extienden hasta alcanzar con el veneno de la corrupción, a cuanto voluntario acepte ser inyectado para adherirse a este mal que nos caracteriza y por el cual somos célebres en el mundo entero. Desde otro ámbito, San Pablo nos habla de una libertad con cadenas. Nos incita a vivir responsablemente, sin faltar a la Ley de Dios ni a las leyes de los hombres. A respetar los límites que nos exige la convivencia. Nos apunta claramente que la libertad es un medio, no un fin, porque Cristo nos ha liberado de la servidumbre, pero no del servicio que se presta por amor. Por lo que sería conveniente recordar algo más de Rousseau, como ser, cuando dice: “Hubiera, pues, querido que nadie en el Estado pudiese pretender aliarse por encima de la ley, y que nadie desde fuera pudiera imponer al Estado su reconocimiento; porque cualquiera que sea la Constitución de un gobierno, si se encuentra un solo hombre que no esté sometido a la ley, todos los demás se hallan necesariamente a su merced”.

Daniel E. Chavez

Pasaje Benjamín Paz 308

San Miguel de Tucumán

¿Quién nos cuida?

Abigaíl era una niña. Fue violada y asesinada en una zona humilde y marginal de San Miguel de Tucumán. Paola era una joven mujer profesional. Fue asesinada en pleno Barrio Norte, una de las mejores zonas de San Miguel de Tucumán. El aparente violador y asesino de Abigaíl (José Antonio Guaymás, quien fue asesinado bajo la anarquía de la justicia social y cuyo cadáver no había sido reclamado por ningún familiar, 72 horas después de su muerte), tenía más de una docena de causas a las que la Justicia nunca quiso dar curso, del mismo modo que tampoco tuvo ojos -la Justicia- para ver las cicatrices que Guaymás tenía en su cuerpo, como suvenires de cada etapa de abstinencia por las que pasaba, por su crónica adicción a drogas como el “paco”. El asesino de Paola había sido denunciado por esta en 14 oportunidades y el Poder Judicial tampoco se ocupó de ella, ni de un enfermo psicótico como era Mauricio Parada Parejas (depositado por sus familiares en un departamento del paqueto Barrio Norte, a pesar de no registrar trabajo formal alguno, en sus 32 años de vida), a quien un fiscal investigaba y un Juez lo ignoraba en toda su peligrosidad. Dos femicidios más que muestran el absoluto abandono del que somos víctimas todas las tucumanas y todos los tucumanos, porque el Estado y sus tres poderes, están en sus batallas corporativas o individualistas, cuidando mantener -cada una y cada uno de nuestros notables- sus privilegios y cuotas de poder que les brindan sus pequeños feudos. El Estado -en prácticamente todo el territorio tucumano- está copado por estos especímenes. Prevalecen y prosperan, no por sus logros en beneficio de la ciudadanía, sino por el territorio que logran ocupar; los estómagos que sus doctrinas esclavistas consiguen manipular y por las nunca investigadas cuentas bancarias con que compran su certificado de idoneidad. Hay constantes malas acciones del poder, pero no hay reacciones de las buenas, por parte de la ciudadanía. No una reacción espontánea como fue el linchamiento y asesinato de Guaymás, sino una que congregue, que construya un contrapoder político y electoral; que avance sobre la representación en el Estado, entendiendo que lo que no llegue de arriba para los de abajo deberá llegar de abajo para los de arriba. Pero no deberá ser la violencia la conductora del mensaje, sino más democracia popular y participativa, alejada de las contaminadas aguas de la partidocracia y de las bancas compradas. Así como la violencia nos deja sin nada (sin verdad, sin culpables, sin justicia), del mismo modo la falta de ciudadanía nos condena a ser gobernados por lo peor de nuestra sociedad, gracias al perverso latiguillo impuesto por la derecha y las dictaduras del siglo pasado, de que la política es una basura en la que mejor no debemos meternos. Cuando la muerte se naturaliza en nuestra cotidianidad, perdemos noción del verdadero valor de una vida y el miedo comienza a habitar en algunas y en algunos, beneficiando a los pocos y paralizando al resto. Mientras, la impunidad y la indiferencia se adueñan de todo y de todos, al punto de decidir quién merece vivir y quien debe morir.

Javier Ernesto Guardia Bosñak

No al transfemicidio

Llevo más de 30 años de trabajo inclusivo, en un centro vecinal, un club de fútbol, una fundación, gremial y como subdirector de Inclusión Social, lo que me dan cierto respaldo para opinar del transfemicidio de la joven trans Alejandra Benítez, que fue acribillada a balazos en la puerta de su domicilio, convirtiéndola en la decimonovena víctima de femicidio en la provincia, según la Justicia. Alejandra, en los Corsos Interbarriales de 2019, fue una excelente bailarina en la gran comparsa “Sambando” de Lastenia, destacada por la belleza, el brillo y la majestuosidad de sus trajes, dirigidos por su coordinadora María José. Donde se presentaron actuaron con gran profesionalismo, como lo hacen todas las comparsas de nuestra Federación Tucumana de Organizadores de Corsos Eventos Art. y Culturales. Debo aclarar que estos espectáculos callejeros son populares y gratuitos; sólo se lleva sana alegría y diversión; para muchas familias son sus vacaciones en carnaval y de paso sacamos a los chicos del flagelo de la droga, ocupan su tiempo ensayando o construyendo sus trajes. Todo ese mundo distinto de los corsos hoy está de duelo y para Alejandra elevamos un minuto de sonido de batucada y un gran aplauso de despedida. Pueda ser que este lamento de tambores despierte a los señores jueces para que hagan lo que tienen hacer y que nos proteja la Justicia divina.

Francisco Amable Díaz

Pedro G.Sal 1.180 B 20 de Junio

San Miguel de Tucumán

Protección

Por la presente solicito al Defensor del Pueblo su intervención para mediar ante una de las situaciones derivadas de la pandemia por la covid-19, y que es la siguiente: muchos centros de atención al público, como sanatorios, hospitales, bancos, supermercados y otros organismos nacionales y provinciales, entre varios otros, han optado por la no entrada de personas a sus instalaciones principales. Esto ha llevado a que los ciudadanos deban esperar parados en veredas y calles, al aire libre, sin ninguna protección contra el frío, como fue en invierno, ni contra el sol y las altas temperaturas como está sucediendo en estos meses de primavera. Como es de esperar lo mismo sucederá en los meses de verano. Creo que una solución temporaria sería la instalación de bancos que pueden guardarse de noche y parasoles o toldos de fácil instalación, desmontables, que aseguren por lo menos la no incidencia del sol. Tratándose de un tema que hace a la seguridad personal y a los derechos que nos asisten como ciudadanos es que solicito al Defensor su intervención.

Juan Antonio González

San Juan 158

Lules

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