06 Noviembre 2020
La Legislatura probó la llamada "Ley Benicio". Esta norma establece que se deberán incorporar Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en diferentes espacios públicos y privados de concurrencia masiva. Además, el personal que trabaje en estos sitios deberá ser entrenado para hacer maniobras de reanimación cardio-pulmonar (RCP).
El proyecto fue elaborado a partir de una iniciativa de la mamá de Benicio, Valentina Bichara. El pequeño de tres años falleció el año pasado, luego de caer a la pileta en un hotel de Termas del Río Hondo. En esa ciudad, la familia disfrutaba de un fin de semana de descanso. El complejo turístico no contaba con equipo desfibrilador externo automático, ni con personal capacitado en RCP.
Valentina y su hijo Benicio.
En Tucumán
La iniciativa, que también fue presentada por la diputada nacional Beatriz Avila en la Cámara de Diputados de la Nación, fue llevada a la Legislatura por el parlamentario Raúl Pellegrini, con el aval del bloque del Partido por la Justicia Social integrado por los legisladores Raúl Albarracín y Walter Berarducci.
La idea es modificar la ley de muerte súbita, tanto a nivel nacional (Ley 27.159) como provincial (Ley 8.976), para contar con desfibriladores en entidades públicas o privadas de concurrencia masiva y con ello la respectiva capacitación del personal para realizar reanimación cardiopulmonar (RCP).
Cuestión de segundos
Valentina, quien estuvo ayer en la Legislatura, se mostró muy conmovida. “Este es un beneficio de todos. Tenemos derecho a la vida -dijo-. Si no se recibe la atención necesaria, la perdemos en un segundo”, explicó la reconocida cardióloga. “Muchos niños mueren ahogados en hoteles o piletas de natación donde hay una gran concurrencia, pero no cuentan con los cuidados básicos: no tienen salvavidas ni estos equipos desfibriladores para rescatar a alguien que está en paro. En estos accidentes, o también en las muertes súbitas que pueden ocurrir en los gimnasios, los minutos son claves para la supervivencia”, agregó.
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