Filmar en Tucumán: Famaillá se convirtió en la capital de los rodajes de cine

Filmar en Tucumán: Famaillá se convirtió en la capital de los rodajes de cine

Distintas películas se grabaron en la ciudad de las réplicas y en los cañaverales cercanos, que parecen contar más que los paisajes de los valles y las yungas.

EXPERIENCIA. “Los dueños”, con Rosario Bléfari y Liliana Juárez, se filmó en la finca de Martín Ruiz Torres cerca de Famaillá y sirvió para abrir el terreno.   EXPERIENCIA. “Los dueños”, con Rosario Bléfari y Liliana Juárez, se filmó en la finca de Martín Ruiz Torres cerca de Famaillá y sirvió para abrir el terreno.

Gerardo Vallejo rodó sus últimas películas “El rigor del destino” (1985) y “Con el alma” (1995) en Tafí y en Amaicha del Valle (y la última escena de “El piano mudo”, de Jorge Zuhair Jury de 2010, se realizó en Amaicha). El paisaje de esa zona identifica inmediatamente a la región, tanto como el Pan de Azúcar o las favelas a Río de Janeiro. Pero algunas escenas de “El camino hacia la muerte del Viejo Reales”, estrenada en 1974, se trabajaron en Acheral, Santa Lucía y Famaillá.

De este modo, Vallejo anticipó el camino inverso del adoptado por las producciones posteriores. En años más recientes los directores han elegido cerros más cercanos para grabar: Villa Nougués, como lo hizo Luis Sampieri con “La hija”, y algunas secuencias de “Rumbo al mar” (interpretada por Santiago y Federico Bal), fueron tomadas también en San Javier, al igual que “El diablo blanco”, una coproducción argentina-brasileña.

Pero sin duda, ha sido Famaillá la elegida a la hora de las plantar los recientes sets de diferentes realizaciones. Tal vez porque sus paisajes no sean deslumbrantes, pero sí hablan del trabajo, de la caña de azúcar, de los cañaverales con los obreros del surco, antaño decenas de miles en toda la provincia. Ubicada a escasos 30 kilómetros de la ciudad, contiene al ya inexistente ingenio Nueva Baviera, pero también a La Fronterita (supo tener su propio centro de detención clandestino en su interior en la dictadura).

En “La ciudad de las réplicas” (filme de Belina Zavadisca, 2016), todo transcurre en la ciudad. “Llevar visitantes a Tafí del Valle, lo hace cualquiera. Llevarlos a Famaillá era más difícil que hacer gárgaras boca abajo, y sin embargo lo hicimos”, dice orgulloso el mellizo Enrique Orellana durante una entrevista en ese filme.

Tanto llegó la ciudad a la pantalla chica y grande que se hizo un documental sobre ella misma, exhibido en el Malba y en algunos festivales. Si son mellizos los que desde hace décadas gobiernan esa ciudad, parecería estar claro que las réplicas están en el mismo ADN.

Las últimas escenas de la reciente ganadora en el Festival Tucumán Cine, “Zombies en el cañaveral. El documental”, se rodaron en las cañaverales de la familia Guillén. Los vecinos de Famaillá se sorprendieron durante ese día con la presencia de extraños personajes que invadieron el paisaje de la ciudad durante la filmación de esas imágenes; tenían maquillajes dramáticos y máscaras.

El director Pablo Schembri cuenta que, por una cuestión de producción, debía coincidir en una misma geografía la realización de dos escenas: “la familia Guillén nos prestó parte de la casa y el cañaveral”, le dice a este columnista.

En esa misma finca se grabó un año atrás una serie de ficción para web, “Animales heridos” (2018) dirigida por Luz Mariel Salas, que ganó un concurso federal y que espera su estreno cuando el Incaa se acuerde de pagar la última cuota del premio. “Había una excelente predisposición de las familias que nos prestaron el lugar, lo cual no es sencillo. También nos apoyó el actual intendente, que resolvió distintos problemas. Pero además hallamos un espacio que pertenecía a nuestra estética, un gimnasio de boxeo, que antes había sido una sala cine”, cuenta Luz Salas.

“Los dueños” se filmó totalmente en Famaillá en el caluroso noviembre de 2012. Durante cinco semanas el equipo trabajó en la finca de Martín Ruiz Torres (ya entonces era directivo del Ente Cultural y ahora, su presidente). “Terminábamos de actuar y una combi nos llevaba a la ciudad y al día siguiente nos traía”, recuerda la actriz Liliana Juárez. “Para mí fue todo un descubrimiento: no sabía nada de Famaillá ni de la Fiesta de la Empanada. Estuvimos mucho tiempo en el campo filmando, pero hicimos un par de incursiones a la ciudad. Más que con los vecinos de allí, tuvimos mucha relación con los peones y los caseros reales de la finca donde filmamos y fue espectacular”, le contó a LA GACETA Rosario Bléfari (en una entrevista de 2013).

Pero Famaillá tiene otras películas: el documental de Ezequiel Monteros y Jenny Wolka que narra la instalación de la Compañía del Monte Ramón Rosa Jiménez del ERP, con las luchas entre los surcos de los azucareros y la represión de las fuerzas militares y la Triple A. El comando militar unificado se instaló en la plaza central de Famaillá y la “famosa” escuela se inauguró como el primer centro de detención clandestino del país, por el cual pasaron no menos de 2.000 personas.

Los cañaverales de Famaillá no son los más cercanos, si se tratara de ello. En San José o por la avenida Perón de Yerba Buena no faltan. Tampoco la historia de luchas; recuérdese el ingenio San José, y la figura de Leandro Fote, dirigente de FOTIA, fundador del ERP y diputado provincial.

Por un lado, pareciera que el cañaveral identifica más a la provincia que los bellos paisajes calchaquíes o la exuberante yunga de los cerros admirada por los turistas. Por otro lado, gran parte del trabajo de la región se define y se juega entre los surcos y no en el turismo for export.

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