Langostas: en Tucumán se controlan dos mangas gracias al trabajo conjunto entre el Estado y los productores

Langostas: en Tucumán se controlan dos mangas gracias al trabajo conjunto entre el Estado y los productores

Palomo, vicepresidente de Apronor, contó cómo trabajaron junto con el Senasa y con la Dirección provincial de Agricultura.

MÉTODO. Una vez detectada la manga, gracias al aviso de productores o de vecinos, el Senasa marca la zona y comunica al piloto, que hace la aplicación.  MÉTODO. Una vez detectada la manga, gracias al aviso de productores o de vecinos, el Senasa marca la zona y comunica al piloto, que hace la aplicación.
31 Octubre 2020

La eficacia del trabajo conjunto entre organismos públicos y la parte privada, en lo que respecta a la permanente lucha contra la langosta en la Argentina, volvió a quedar manifiesta esta semana, en Tucumán, en dos oportunidades.

La primera, a comienzos de la semana. El martes, a cinco kilómetros de la ciudad de Burruyacú se logró controlar una manga, gracias al trabajo entre el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la Dirección de Agricultura de la provincia y los productores.

“Estos dan aviso ni bien detectan la manga; el Senasa inmediatamente inicia su seguimiento, porque las langostas se desplazan durante el día y se asientan hacia la noche, ya para pernoctar. Entonces, el organismo hace una georreferencia del lugar donde se asentaron, y envía este polígono al piloto que hará la aplicación. Ya con eso, bien temprano se formula el insecticida, se carga el avión y se aplica”, contó Roberto Palomo, vicepresidente de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte (Apronor).

Ayer, el desafío fue mayor, ya que combatieron contra una manga muy importante, de alrededor de 12 kilómetros de longitud, según calculaban. “Los insectos aparecieron en Garmendia; pero por la noche (del jueves) el equipo del Senasa determinó la superficie sobre la que se asentaron, a tres kilometros hacia el oeste de la ciudad de 7 de Abril, al norte de Burruyacú. Y durante la mañana (de ayer), el piloto realizó un vuelvo sobre 135 hectareas; la aplicación resultó exitosa, se hizo un muy buen control, y el personal del Senasa luego completó el trabajo desde tierra, con el rezago de la manga”, contó Palomo, que precisó que el producto aplicado fue aportado por la Dirección de Agricultura de la provincia.

El productor indicó que este circuito de trabajo entre las partes pública y privada viene aceitándose desde hace un lustro. En especial, a partir de 2017, cuando se intensificaron las mangas, Apronor tomó la decisión de colaborar más activamente con el Senasa y con la Dirección de Agricultura de Tucumán, y creó un fondo especial para solventar las aplicaciones aéreas. “Todos los socios hacemos un aporte, porque los vuelos son lo más caro”, dijo. Pero precisó que no es obligatorio pertenecer a Apronor para recibir el servicio. “En nuestro programa de control no importa si la manga se asienta en un lote de un socio o no. Si el Senasa determina que están dadas las condiciones para la aplicación aérea el vuelo se hace, independientemente de quién sea el propietario del campo. Por supuesto que se localiza al dueño y se le solicita permiso para la aplicación del insecticida -se usa cipermetrina o deltametrina-; pero el objetivo es controlar las mangas”, afirmó.

Palomo indicó que el Senasa coordina todas las acciones y realiza el seguimiento de la plaga, que la Dirección de Agricultura de la provincia aporta insecticida y controles terrestres cuando el insecto se asienta en lotes donde hay producción en pequeña escala, y que los productores colaboran con el monitoreo, y el aviso cuando advierten la presencia de la langosta y, desde Apronor, con los vuelos.

“Este trabajo conjunto comenzó en 2015. Ese año reaparecieron las mangas en el sur de Tucumán; suelen oviponer en la zona tripartita con Catamarca y con Santiago del Estero, y también entre San Juan y La Rioja. Luego emigran hacia Bolivia, Paraguay y Brasil; y en algún momento, ya adultas, regresan al país para oviponer nuevamente”, explicó Palomo.

Personal del Senasa destacó el trabajo de tres patas -Nación, Provincia y productores- y, sobre todo, la predisposición de Palomo. “Roberto atiende a cualquier hora el teléfono. Trabajando juntos podemos ganar o, al menos, frenar la langosta. Felicitaciones a todos”, celebraron.

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