Hojeando el Diario: Firpo y su combate con el italiano Priano en Tucumán

Ya era un ídolo del público argentino. Apenas habían pasado cuatro años desde su debut en diciembre de 1917 y 17 combates realizados en Buenos Aires, Mendoza, Montevideo, Chillan, Santiago de Chile y Valparaíso. Los tucumanos lo esperaban con gran expectativa. Su llegada se produjo el 4 de noviembre de 1921 en el tren Internacional y la estación Sunchales se vio abarrotada de fanáticos del boxeo que querían ver de cerca a su ídolo. ¿Quién era esa figura tan esperada? Nada más y nada menos que Luis Ángel Firpo, el famoso “Toro de la Pampas”. Aún restaban dos años para su famosa pelea con Jack Dempsey en la que lo sacó del ring.

Nuestra crónica de entonces señalaba: “el campeón sudamericano de todos los pesos viene con el propósito de realizar un match de demostración con el campeón italiano y atleta Fernando Priano cuya actuación es también conocida en los círculos boxeriles de Sud América”.

Sobre Priano

Firpo visitó nuestra redacción junto a su representante, Eduardo Carbone. Según el cronista su “conversación franca y serena pronto dio oportunidad para entrar en materia”. En referencia a si su contendiente, el italiano Fernando Priano, será fuerte expresó: “así lo creo, dado que en la actualidad, el campeón italiano se prepara en buena forma para el box”. Luego relató algo de su carrera: “en Chile sostuve trece peleas, diez de las cuales vencí por knockout y tres por puntos”. También destacó que tenía todo listo para viajes a los Estados Unidos: “pienso embarcarme en los primeros días de marzo próximo”. El 20 de marzo de 1922 derrotó al local Tom Maxted.

Firpo ya se encontraba en Tucumán. Todo estaba listo en el teatro Odeón (ahora San Martín), que iba ser el escenario para el combate. Pero las dudas crecían porque Priano no llegaba, cosa que ocurrió en la mañana del día anterior al combate, que tuvo lugar el 6 de noviembre de 1921.La envergadura del combate se reflejaba en nuestras páginas: “es verdad que nunca tuvieron los rings tucumanos un match que interese tan de cerca y tan de veras a los amantes del “punch”, precisamente porque intervienen dos figuras descollantes, superiores, indiscutibles. Por una parte el ídolo argentino, promesa evidente y orgullo de nuestros boxeadores. Que tantas y tan terminantes pruebas ha dado de su valer y de sus condiciones, y por la otra parte, un campeón digno de Firpo que desde luego es ya una garantía de lucha”. Priano, que recorrió las calles tucumanas y recibió los saludos de aquellos que lo reconocieron y aseguró: “se sentía satisfecho de estar aquí. Espero con ansiedad el momento de ponerme al frente de Firpo”. Los entrenamientos del argentino fueron seguidos por los periodistas que indicaron: “pudimos apreciar algunas características de su metódica y cuidadosa preparación, notando en él una rapidez de movimientos excelente”. La charla con nuestros cronistas no podía evitar rumbear hacia el campeón del mundo, Jack Dempsey.

“¿Cree ponerse frente a Dempsey?

-Primeramente debo preparar mi cartel y luego si encuentro posibilidades, no será difícil. No puedo asegurarlo”. La charla se produjo mientras recorría las instalaciones de nuestro diario.

El campeón argentino llegaba con 101 kilogramos mientras que el italiano alcanzaba los 98. El match estaba previsto a ocho rounds y con guantes de cuatro onzas. El árbitro fue Guillermo Remis mientras que el “time-kepeer” fue Luis Ciafardini.

Llegó la hora

Había llegado la posibilidad tan esperada por los tucumanos. Ver sobre un ring al ídolo del guante. El teatro se encontraba colmado y el público poblaba hasta las escalinatas de acceso en pos de poder ingresar. Todo estaba listo. Sonó la campana y la lid se puso en marcha.

Los boxeadores no se tomaron un tiempo para estudiarse. Priano buscó al argentino con una derecha que fue neutralizada. Firpo, como respuesta, impactó en la cara del italiano. Los nervios jugaban en contra del visitante que apuraba sus ataques mientras el argentino esperaba y respondía en consecuencia. Poco antes del final del primer round, el Toro golpeó con justeza y derribó al italiano que tras un cuenta de cinco segundos se puso en pie. La campana salvó a Priano.

El segundo asalto se presentó ya con dominio del argentino. Poco después y tras una serie de golpes en el estómago del visitante, un swing impecable lo tiró por segunda vez. La cuenta llegó a siete segundos. Luego cayó en otras dos oportunidades, en la última la cuenta llegó a nueve segundos. Sólo su espíritu de boxeador mantenía en pie a Priano, que poco después de los dos minutos recibió una derecha en la mandíbula que lo puso knockout. La pelea había concluido. Firpo ayudó al vencido a levantarse mientras el público ovacionaba al campeón argentino. Apenas cinco minutos sirvieron para que el mito de Firpo creciera aún más en la provincia.

El cronista, en referencia al combate, expresó: “cada aficionado o espectador mide y opina a propio paladar el resultado de este encuentro, pero entendemos que es justo y correcto admitir que como tantos otros es un match epilogado con un resultado lógico: el campeón argentino es muy superior a Priano”.

La pelea en tierra tucumana fue la segunda entre ambos peleadores. La primera había tenido lugar en abril de 1919 en Montevideo y también fue ganada por el púgil argentino.