El hipismo tucumano convocaba a los mejores

El hipismo tucumano convocaba a los mejores

En 2003, Ricardo Kierkegaard saltó con la yegua “Jazmín Z”, valuada en un millón de dólares.

El 2003 fue un año inolvidable para el hipismo tucumano. Los primeros días de junio, el “Jardín de la República” se convirtió en el centro de atracción de toda la Argentina. La Escuela de Equitación del Jockey Club de Tucumán recibió a varios de los mejores jinetes del país para competir en la duodécima edición del certamen internacional del Norte de la República. Ricardo Kierkegaard, Napoleón Weisbein, el belga Lionel Collard Bovy (era el actual campeón Nacional de Primera categoría), Aníbal Roldán, Iván Tagle, Leonardo Castañeira, Juan Carlos Taleb y el representante local Alejandro Laitán, que estaba radicado en Paraguay, fueron algunos de los que animaron la competencia principal del certamen de saltos variados disputado en las pistas de arena y de césped.

Kierkegaard, que venía de participar en los campeonatos mundiales de saltos variados de Italia y de España, en los Juegos Olímpicos de Atlanta y en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, llegó al concurso desde Buenos Aires con cinco ejemplares. Y entre ellos estaba la yegua “Jazmín Z”, nacida en Alemania y que en 2001, con la monta de Martín Mayo, se había adjudicado el campeonato Mundial para caballos nuevos en Bélgica. “Es un ejemplar muy valioso para este tipo de pruebas, pero la exigí por la gente y por los organizadores. Es una yegua de un millón de dólares”, le contó Kierkegaard a LA GACETA luego de ganar en la primera jornada del torneo.

Gran atracción

“Al día siguiente, hubo el triple de público en el certamen. Todos querían ver a Jazmín Z. Era la gran estrella. Decidimos llevarla a otro stud por una cuestión de seguridad. Y no era solamente por un posible robo, sino porque eran muchas las personas que iban a verla y se podía golpear. Para nosotros era una enorme responsabilidad tener un ejemplar de ese nivel en nuestro club”, recordó Jorge Niel Puig, que era presidente de Escuela de Equitación del Jockey Club de Tucumán y organizador de las competencias.

“Ese fue un año glorioso para el hipismo tucumano, porque además de saltar, esos jinetes hacían docencia. Nuestro torneo se había ganado un gran prestigio a nivel nacional. Tuvimos que hacer boxes de carpas para poder recibir la gran cantidad de caballos que llegaron de otras provincias. Venían representantes de todo el país. Todos querían estar en el Jockey Club. Estaba considerado entre los tres certámenes más importantes del interior del país. Sería muy lindo que se pudiera organizar nuevamente concursos de ese nivel, pero creo que es muy complicado”, agregó Niel Puig, uno de los dirigentes más importantes que tuvo el hipismo del NOA.

Gran esfuerzo

“En esa época hacíamos un gran esfuerzo económico para poder reunir a tantos binomios de primer nivel. Nos habíamos ganado un lugar en el hipismo nacional y fue gracias a un trabajo silencioso que realizamos durante muchos años. Debo reconocer que el jinete Alejandro Laitán, que era nuestro embajador en los principales certámenes, nos fue abriendo muchos caminos. Además entregábamos muy buenos premios, a los visitantes lo hacíamos sentir como en su casa, teníamos muy buenas pistas, buenos juegos de vallas y un jurado de primer nivel. Eran muchos factores”, indicó Niel Puig, que desde hace varios años se encuentra alejado del hipismo.

La edición N° 12 del internacional del Norte de la República fue ganado por Kierkegaard, pero no con “Jazmín Z”, sino con el caballo “Ciruja Z”, que antes de llegar a la Argentina competía en pruebas de primer nivel en Europa y que venía de adjudicarse cinco certámenes en forma consecutiva (tres en Buenos Aires, uno en Mendoza y uno en La Plata).

Sueño hecho realidad

Ese año, Josefina Manzur se consagró campeona de Segunda categoría montando a “LF Corsario”. La amazona reconoció que disfrutó tanto el título, como la presencia de los jinetes foráneos. “Era algo maravilloso, magnífico. Estábamos acostumbrados a ver a esos jinetes solamente por TV y de golpe lo teníamos a la par nuestra, saltando en la misma pista que nosotros. Aprendimos muchísimo de ellos, porque lo veíamos entrenar y luego competir”, expresó.

“En ese certamen estaban los jinetes que eran los número 1, con los caballos que también eran los mejores. Era increíble ver esos ejemplares que habitualmente competían en Europa. Realmente fueron concursos espectaculares, muy bien organizados por Jorge Niel Puig. Espero equivocarme, pero creo que en Tucumán nunca tendremos torneos de ese nivel otra vez”, concluyó la amazona de La Foresta.

Tucumán vivió tiempos de oro en el hipismo y todos los disfrutaron, especialmente en 2003.

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