Estudiar una carrera en tiempos de brecha digital

Estudiar una carrera en tiempos de brecha digital

Un estudio realizado en la Facultad de Agronomía y Zootecnia desnuda las desigualdades entre los alumnos. Proponen la creación de un punto digital y becas para fotocopias.

Estudiar una carrera en tiempos de brecha digital

Pasar de largo estudiando para un parcial. Las esperas en los pasillos. Las colas en las fotocopiadoras para tener toda la bibliografía. Pasarse los apuntes. Para los estudiantes universitarios, la pandemia por covid-19 significó no solo perder las clases presenciales, sino también un montón de rituales. Todo pasó de un día para el otro a estar detrás de la pantalla. Esa virtualización está generando que muchos alumnos encuentren obstáculos para continuar sus estudios.

Aunque la brecha digital es la mayor causa de abandono, no es la única. Así quedó demostrado en un estudio que se realizó en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT, donde se dictan estas dos carreras y la de Medicina Veterinaria. Según el relevamiento llevado a cabo por la Comisión de Virtualidad, el 12% de los estudiantes dejó el cursado por no contar con una computadora o notebook o por no tener internet para entrar a las clases.

Además, el 27% no rindió o no cursó una materia porque no tenía cómo hacerlo, ya que sus computadoras no tenían micrófonos o cámaras, o directamente no contaban con acceso a la red, explicó el docente José María Prado, quien dicta la cátedra de Economía Agraria y además está en la Comisión de Virtualidad, que se formó para ayudar a los estudiantes a sobrellevar este año tan complicado.

Según la encuesta que propició desde esta Comisión, el 23% de los alumnos no tiene PC o notebook y un 8% no cuenta con un celular. El 34% comparte un dispositivo con otros miembros de su hogar. “Por lo tanto, cuando hay clases u otras actividades virtuales en esa casa hay que priorizar qué es lo más importante. Las clases por meet o zoom para estas familias son un verdadero inconveniente”, apuntó.

La encuesta también indagó sobre la calidad de internet que llega hasta las casas de cada alumno. “El 80% de los encuestados dice que sí cuenta con red de wi-fi. No obstante, más de la mitad de ellos no tiene un buen funcionamiento del servicio”, señaló. El 20% no tiene internet: el 13% accede al material universitario usando un paquete de datos en el celular, lo cual tiene un costo altísimo. Cada 45 minutos hay que pagar $200, ejemplificó.

Una de las situaciones más preocupantes, según Prado, es que cuatro de cada 10 estudiantes se tuvieron que trasladar a otros domicilios para tener conexión a internet y así acceder a los contenidos educativos. “Esto incrementa las posibilidad de contagios tanto de los estudiantes como de sus familiares”, evaluó el docente.

Economía y emociones

Más allá de la brecha digital hubo otros factores que influyeron en el abandono de una carrera universitaria. La encuesta (que es representativa, puesto que se realizó sobre 334 alumnos y la facultad tiene 2062) arroja algunos datos que tienen que ver con la situación económica y emocional de los estudiantes: un 80% aseguró que en los últimos meses empeoró su situación económica durante la pandemia, un 58% tuvo que trabajar en estos meses y un 72% siente que el aislamiento afectó su situación emocional.

“Para los estudiantes de primer año fue una situación desconcertante. Mi hijo Nicolás fue abanderado en la secundaria. Se inscribió en ingeniería. En casa tenemos todos los recursos. Empezó con las clases virtuales y no quiso seguir. No le gustó; nos dijo que apenas vuelvan las clases presenciales retomará”, cuenta Mónica Azucena.

A Verónica, la hija de Gabriela Bulacios, la desanimó la cantidad de textos que tenía que leer por celular, en una pantalla muy pequeña. “Lloraba porque no entendía. Además, por el mal servicio de internet no podía entrar a las clases por zoom y tampoco pudo rendir parciales”, remarca la mamá.

Prado ha recibido muchos de estos comentarios. “Presentamos dos proyectos para tratar de ayudar a los alumnos. Hay clases en las que el 50% no rindió o dejó de cursar. Aunque en el interior hay más inconvenientes, alumnos que viven en el Gran San Miguel de Tucumán también tienen dificultades”, explicó.

Una de las iniciativas propone crear un punto digital en la Quinta Agronómica. Consiste en disponer de un espacio con computadoras para que los alumnos puedan principalmente ir a rendir exámenes. “Ese lugar deberá estar organizado y cumplir con las normas de bioseguridad. De esta manera, evitaremos que los alumnos se estén trasladando a otras casas para estudiar o rendir y favoreciendo así a la circulación del coronavirus”, explicó. El proyecto ya presentado en la facultad y también ante el COE (Comité Operativo de Emergencia), contó el docente. “Si nos dan el OK, ya tenemos el espacio e internet, necesitaríamos conseguir financiamiento para comprar las máquinas”, explicó.

El otro plan apunta a resolver el problema que tienen los estudiantes que deben leer largos textos en los celulares, actividad muy desgastante y que los lleva al abandono. “Sabemos que no es lo mismo que tener un papel en la mano. La idea es poder conseguir, a través de las comunas y municipios, becas de fotocopias para los alumnos; que ellos puedan ir a buscar este material impreso cerca de sus casas”, adelantó.

“Las clases en vivo suelen ser fuente de conflicto en muchas casas; nos fuimos adaptando y hoy preferimos mandar videos para que los alumnos los vean cuando puedan. Fue un año complicado para todos. No estamos hablando de educación a distancia porque eso sería algo planificado. Aquí la pandemia por covid-19 nos tomó por sorpresa a todos, a los docentes también, y nos tuvimos que adaptar. En nuestra facultad, había un profesor que ni siquiera tenía celular. Tuvo que aprender de cero y hoy por suerte está dictando sus clases con normalidad”, concluyó.

Relevamiento: en Leales sólo el 50% de estudiantes tiene wifi

El relevamiento realizado en la facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT desnudó la brecha digital en el interior tucumano. Entre otros datos, mostró que en la capital o en Yerba Buena más del 90% de los alumnos tiene wi-fi mientras que en Leales solo tiene un 50% y en Tafí del Valle un 40%. Todos los alumnos se tuvieron que trasladar para estudiar durante la pandemia. Los que más lo hicieron viven en Río Chico. Chicligasta, Monteros, La Cocha y Alberdi. Más del 80% de los que viven en la capital tiene computadoras, mientras que en Trancas el 40% posee este recurso.

Cifras para tener en cuenta

- 2.062 estudian en la facultad de Agronomía, Zootecnia y Veterinaria.

- 40% de los alumnos se tuvo que trasladar de su casa para tener acceso a internet.

- 34% tiene un dispositivo en la casa y lo comparte con sus familiares.

- 80% no tiene un buen servicio de internet.

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