04 Octubre 2020
HUMAREDA. El humo que salía desde el interior del cerro San Javier podía verse desde cualquier punto de Yerba Buena.
Fueron días agotadores para todo el personal que estuvo trabajando en el cerro San Javier, luchando contra un enemigo que, por momentos, parecía descontrolado. Con actividades que comenzaban a las 6.30 y se extendía hasta las últimas horas del día, decenas de héroes anónimos (empleados y servidores públicos de distintas dependencias) evitaron que el fuego creciera y que las consecuencias fuesen mayores a las ya sufridas. A ellos se sumaron los pilotos de avión y todos los que colaboraron desde el Aeroclub de Yerba Buena para ayudar en la lucha contra el fuego.
ESFUERZO. Personal del Aeroclub de Yerba Buena abasteció sin parar a los aviones hidrantes.
Pese al descenso de la temperatura ayer, algo que ayudó a pilotos y bomberos, el clima no fue un gran aliado casi en ningún momento de la batalla. Por el contrario, en general el viento desplazó el fuego de lugar y provocó nuevos focos de incendio, lo que dificultó la tarea de los trabajadores y su esfuerzo por detener las llamas.
HERRAMIENTAS. Los bomberos se valieron de diferentes instrumentos.
Ante esta situación, el llamado a la solidaridad llegó casi de inmediato, y la respuesta de la gente no se hizo esperar. Por todas las redes sociales se solicitó la donación de agua, comida, frutas y cualquier insumo que pudiera ser útil en una circunstancia de tales magnitudes, petición que la gente logró cumplir con creces, y demostró un sentimiento de fraterno compromiso con quienes se encontraban en las sierras de San Javier.
Después de tres intensos días de mucho movimiento, la sociedad, preocupada por la situación, y los equipos que trabajan en la zona, esperan que hoy culmine defintivamente el proceso de contener un incendio que por momentos parecía salirse de las manos.
COOPERACIÓN. Manuel Pachado, jefe de Emergencias del Parque Sierra de San Javier, se comunica por handy con los guardaparques que estaban adentro del cerro trabajando para apaciguar el fuego.
Para el futuro queda esperar que estas catástrofes generen conciencia en las personas que visitan la montaña, y que se propongan no armar fogatas, tirar cigarrillos, dejar vidrios en los cerros y seguir todas las recomendaciones de los expertos. Y que se articulen campañas oficiales más eficientes de prevención de estos siniestros.
AYUDA AÉREA. Los aviones hidrantes dejaban caer una “lluvia” de 1.500 litros en el cerro.
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Incendio en San Javier
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