28 Septiembre 2020
Pablo Buabse
Ex jugador del seleccionado tucumano
Me parece que lo que pasó para pasar de una cosa a la otra es muy sencillo. Hubo una generación de jugadores que le dio mucho a Tucumán, en una época en la que la provincia no estaba bien en el plano deportivo.
Surgió esta camada que enamoró a la gente, porque la identificaban con el sacrificio, con poner el corazón, luchar y superar las adversidades. Hay que tener en cuenta que el seleccionado tucumano en la década del 90 se midió contra equipos que eran técnicamente superiores y físicamente mucho más grandes. Se plantaba ante cualquiera, y eso generó una comunión muy fuerte entre los jugadores y el público.
Después, como pasa con todas las cosas, se cumplió un ciclo. Quizás no hubo un gran recambio de jugadores, aunque me parece que la principal causa fue la llegada del profesionalismo, que tapó todo. Se comenzaron a ver partidos de otro nivel, y eso provocó que lo nuestro fuera decayendo. La grieta se hizo demasiado amplia.
Recuerdo haber leído la entrevista a (José) Santamarina que salió en LA GACETA el otro día, en la que decía en que hay que apuntar a desarrollar los clubes. Me parece que es así, que ahí está el secreto. Por supuesto, por la situación que estamos viviendo actualmente, es difícil.
A mi entender, entonces, fue un ciclo que se cumplió. Un vínculo mágico que se produjo entre la gente, el rugby y el seleccionado. Pero al final todo concluye.
¿Si se puede recuperar? Para ser sincero, lo veo muy difícil.
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