Artes plásticas: los museos atesoran planos de obras para un futuro montaje

Artes plásticas: los museos atesoran planos de obras para un futuro montaje

El Guggenheim de Nueva York incorporó a su colección 14 páginas con instrucciones para pegar una banana a una pared. En Tucumán.

“COMEDIANTE”. La banana pegada con una cinta deberá ser reemplazada cada siete días cuando se exhiba. “COMEDIANTE”. La banana pegada con una cinta deberá ser reemplazada cada siete días cuando se exhiba.

¿Puede una banana integrar la colección de uno de los espacios artísticos más importantes del mundo? ¿Puede un puñado de tierra pertenecer al patrimonio luego de ganar el primer premio de un salón, en el principal museo de Tucumán?

Desde el fin de semana, “Comediante”, de Maurizio Cattelán, es parte del Guggenheim de Manhattan. Fue donado por uno de los tres visitantes a Art Basel Miami, que pagaron U$S 120.000 por cada versión. Desde diciembre, el Museo Provincial de Bellas Artes Timoteo Navarro se quedó con los restos de una instalación de Sofía Noble.

Pero ni el espacio tucumano (cerrado antes de la cuarentena) de 9 de Julio 44 ni el edificio emblemático de Nueva York, recibieron más que papeles.

Papeles, solo papeles quedaron de ambas obras.

Desde fines de los 60 se instaló la desmaterialización y la condición efímera del arte; conceptos que en la actualidad se acentúan en materias perecederas, propias de tiempos virtuales.

El donante anónimo de la obra de Cattelán entregó un certificado de autenticidad con 14 páginas detalladas de instrucciones sobre cómo instalar y mantener una banana pegada a la pared. Entre las instrucciones se encuentra la obligación de ser reemplazada cada siete o 10 días y que la fruta debe estar adherida con cinta adhesiva a 175 centímetros del suelo y en un ángulo de 75°, informa la revista Forbes.

“Estamos agradecidos de recibir el regalo de ‘Comediante’, una demostración más de la hábil conexión del artista con la historia del arte moderno -dijo el director del Guggenheim, Richard Armstrong-. Más allá de eso, ofrece poco estrés a nuestro almacenamiento”.

“PERSPICERE”. El Timoteo Navarro tiene la información para su montaje. “PERSPICERE”. El Timoteo Navarro tiene la información para su montaje.

La instalación había llamado la atención del mundo del arte durante Art Basel Miami Beach en diciembre del año pasado, cuando durante su exhibición en la feria dentro del espacio de la Galería Perrotin generó debates entre críticos, así como un montón de memes de Internet y tuits enojados de usuarios de la red que estaba desconcertados por su precio. “La sencillez de la idea choca ahora con la cuestión de su conservación, ya que se trata de materia orgánica perecedera” analiza el New York Times, citado también por Forbes.l

En carpetas

Sofía Noble obtuvo el máximo galardón en el salón de esta provincia de 2019, con “Perspicere”, un conjunto organizado de prismas de tierra. Quedó en la carpeta toda la información necesaria para ser reproducida a futuro, incluso videos de como se debería hacer cada bloque de tierra.

En diciembre de 2017 en la sala pequeña del Timoteo Navarro, los limones encendieron las luces para iluminar un altar con una escultura de Donald Trump. Eran 38 frutas, pero fueron muy pocos los que conocían las propiedades energéticas de convertirse en una pila.

El autor de esta instalación, David Fernández Garvich, le contó a LA GACETA que no fue fácil conseguir esos limones. “No son los que vemos en la vida corriente ni los que consumimos; son de exportación y tienen gran energía. He tenido que traerlos desde lugares muy difíciles de acceder”, expresó. Los frutos comenzaron a pudrirse a los cinco días y el costo de reposición era muy alto; por lo que el Museo decidió retirar la obra en exposición.

En el Salón del MUNT de 2010, Guillermo Stéfani conquistó un premio por “Marylin”, una imagen olftativa, que despedía a cierta distancia una fragancia, un perfume femenino. El artista trabajó con la imitación de Chanel 5, aquella esencia que hizo famosa la diva de Hollywood. Se activaba con un dispositivo que cada cierto tiempo se disparaba automática, y el espectador ingresaba a la sala para disfrutar de aroma.

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