“Hablar de Bernabé Aráoz es hablar de tucumanidad pura, es hablar de nosotros”

“Hablar de Bernabé Aráoz es hablar de tucumanidad pura, es hablar de nosotros”

A 200 años de la creación de la República de Tucumán, José María Posse -biógrafo del prócer de la independencia- destaca el valor de su figura.

“Hablar de Bernabé Aráoz es hablar de tucumanidad pura, es hablar de nosotros”
20 Septiembre 2020

“Bernabé Aráoz, el tucumano de la independencia” se titula la biografía que José María Posse escribió sobre el presidente de la República de Tucumán. Desde hace años el historiador está abocado a rescatar la figura de Aráoz y a colocarla en el lugar que se merece dentro del panteón de héroes provinciales. No es una tarea sencilla, porque -como sostiene Posse- hasta hace poco se trataba de un “ilustre desconocido”. Pero los tiempos cambian y hoy la reivindicación de Aráoz, pieza clave en la gesta independientista en el norte, avanza con firmeza.

- ¿Por qué es importante Bernabé Aráoz para la historia tucumana?

- En 1812 era el líder natural del pueblo tucumano. Fueron a verlo a su casa de la calle Congreso primera cuadra y le pidieron que hablara con Manuel Belgrano, que tenía orden de abandonar Tucumán y retroceder hasta Córdoba. El pueblo le reclamaba a Belgrano que se quedara con el ejército para defenderse en batalla. Y si tenían que morir, lo harían dignamente. Aráoz fue con su tío, Pedro Miguel Aráoz -congresal después en 1816-, y con sus primos Cayetano Aráoz y Diego Aráoz. Se encontraron con Belgrano en La Encrucijada, el 10 de septiembre, y le plantearon la situación. Belgrano respondió: “oiga Aráoz, usted está loco. Yo para quedarme a pelear acá necesito tal cantidad de hombres, dinero y armamento”. Aráoz respondió: “quédese general, los tucumanos le vamos a entregar el doble”.

- Y así sucedió...

- Esa desobediencia fue fundamental. Se regimentó un pequeño ejército de milicias, que no llegaba a 1.800 hombres; la mayoría eran gauchos que nunca en su vida había escuchado un clarín. Les dieron la mínima instrucción militar y es con esos hombres que Belgrano dio la batalla imposible que salvó la suerte de la revolución sudamericana.

- ¿Cuál fue el protagonismo de Aráoz en combate?

- La mayoría de las tropas milicianas que dieron pelea fueron de las haciendas de los Aráoz. Fue un hombre que demostró un temple extraordinario en las batallas de Tucumán y de Salta, las más importantes que se han peleado en territorio nacional. Belgrano le dio el grado de Coronel Mayor del Ejército de la Patria. Después Aráoz arma una milicia gaucha, los famosos “Decididos de Tucumán”, que eran de Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca.

- ¿Cómo siguió la historia?

- Cuando San Martín se hizo cargo del Ejército del Norte, en reemplazo de Belgrano, determinó separarnos políticamente de Salta. Entonces armó la Provincia Autónoma de Tucumán y lo hizo nombrar a Aráoz primer gobernador, el 8 de octubre de 1814. Fue una gestión extraordinaria en la que, por ejemplo, trajo el agua potable a Tucumán a través de canales. Pero hay más: en 1816 alentó y organizó el Congreso de Tucumán. Hablar de Bernabé Aráoz es hablar de tucumanidad pura, es hablar de nosotros.

- ¿Piensa que los tucumanos no valoramos en su justa medida la figura de Aráoz?

- Hasta hace unos años era un ilustre desconocido. Esto pasaba por la negación que hizo Bartolomé Mitre de los caudillos federales. Aráoz no mereció el destrato que recibió de la historia. Si buscás en Google vas a ver cosas tremendas, como que estuvo atrás de una revolución de 1819 y que mandó a engrillar a Belgrano, cosa que es absolutamente falsa y lo tenemos recontraprobado. El doctor Ramón Leoni Pinto, que trabajó en LA GACETA y era doctor en Historia, un investigador fabuloso, fue el primero que empezó a sacarlo del olvido, y lo hizo con trabajos muy bien fundamentados. El doctor Carlos Páez de la Torre aportó numerosos artículos periodísticos y libros. Fueron los que empezaron a poner en el lugar que se merece a Aráoz, especialmente Ramón.

- Es una tarea de años...

- Claro, el trabajo de ubicar a una figura en su contexto y entidad lleva generaciones. A los salteños les llevó mucho tiempo poner a Güemes en el lugar merecido que hoy tiene. En el ámbito de la música están escribiendo canciones, chacareras, zambas y demás sobre Bernabé Aráoz. Federico García Hamilton escribió una poesía lindísima sobre él. O sea que desde distintas áreas están tomándolo como una inspiración artística. Hoy está a punto de ser nuestro primer héroe nacional. Otro tema me parece importante. Actualmente se enseña historia de Tucumán como parte de la currícula de primaria y secundaria, y allí se está trabajando con mucha decisión en poner en entidad a nuestros valores y personajes históricos más importantes. Bernabé Aráoz ocupa un lugar especial.

- ¿Cuál es su opinión sobre la República de Tucumán?

- Nació como consecuencia de la crisis del momento. Había caído el Directorio y las provincias habían quedado desarticuladas, no había un poder central que amalgamara todo. Entonces Bernabé Aráoz creó esta entidad jurídica. En ese momento república era sinónimo de provincia, con el fin de preservar justamente la unidad regional. Bajo ningún punto de vista pretendió separar a Tucumán del resto, todo lo contrario. Al conformar esta república, con una convicción y un sesgo federal, de alguna manera dio el puntapié inicial a la institucionalización normativa de la provincia y de la región, rogando que algún día fuera así también el país. Bernabé Aráoz en eso fue un adelantado. ¿Qué opino? Que realmente fue un logro extraordinario.

- ¿Cómo debe leerse la constitución de esa República de Tucumán?

- Fue una normativa totalmente adelantada a su época. Tiene cosas como un instituto que se puede asemejar tranquilamente al Defensor del Pueblo. Es realmente extraordinario lo que logró Aráoz a través de esta constitución. Tiene que ser estudiada de una manera profunda, seria y contextualizándola, porque el gran problema que tienen los historiadores modernos es que miran el hecho histórico desde una perspectiva actual, entonces dicen que la constitución tiene un sesgo patriarcal, paternalista y religioso, pero ¿cómo no va a tener la religión un rol fundamental en el Estado en una sociedad que se regía por las campanas de la Iglesia?

- Como muchas figuras de la época su final fue trágico. ¿Cuáles fueron los hechos?

- Aráoz fue un líder, un caudillo que trabajaba por el federalismo. Por eso tuvo enemigos tanto en Buenos Aires como en Tucumán. En nuestra provincia entra en conflicto con Javier López, que tenía ideas unitarias. Hubo desencuentros entre ellos que terminaron con revoluciones y contrarrevoluciones. En 1824 Aráoz es derrotado, huye a Salta, y ahí empezó a conspirar nuevamente contra López, por lo que el gobernador salteño lo entregó en Trancas, donde lo tuvieron prisionero. Hasta que le llegó a López una carta de Juan Gregorio de Las Heras, mano derecha de Bernardino Rivadavia, padre del unitarismo argentino. López entrega esa carta a la Legislatura del momento y dos días más tarde Aráoz apareció fusilado. Bernabé se convirtió en el padre del federalismo tucumano y del norte, y en el mártir de ese federalismo. Él entregó su vida en función de un ideal.

- ¿Qué ocurrió en los años posteriores?

- Cuando empezó la revolución Aráoz era uno de los hombres más ricos del NOA. Antes de morir le dictó su última voluntad al cura Miguel Laguna y le dice a su mujer, palabras más palabras menos, que vendiera los candelabros de plata para pagar sus acreencias, no le había quedado nada. Fue de esos hombres que dieron todo a la patria: vida y fortuna.

- ¿Y en cuanto a la descendencia?

- Es bastante interesante en la provincia. De él desciende el doctor José Ignacio Aráoz, que fue presidente de la Corte Suprema de Justicia, uno de los fundadores de la UNT y miembro rutilante de la Generación del Centenario. Padre a la vez de otro Jose Ignacio Aráoz, primer decano de la Facultad de Derecho de la UNT y padre de la profesora María Florencia Aráoz de Isa. La rama de los Aráoz López Pondal lleva hoy el apellido. No son muchos los que llevan el apellido pero sí son muchos los que llevan la sangre. Hay otra rama en Buenos Aires y mantienen el nombre Bernabé en las generaciones actuales.

- ¿Por qué le interesa a usted la figura de Bernabé Aráoz?

- Porque soy un amante de la historia de Tucumán, y soy un amante de que seamos los tucumanos los que hablamos de nuestra provincia. Tengo una postura muy firme en eso. Entiendo que no puede venir un Felipe Pigna a hablarnos de la historia de Tucumán, si nunca vimos a ese señor en un archivo investigando. Uno viene quemándose las pestañas en archivos públicos y privados, leyendo la bibliografía existente, hablando con historiadores, investigadores, familiares, con gente que realmente sabe... No puede ser que venga un tipo de afuera a contarte tu historia. (Colaboración de Homero Terán Nougués)

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios