Cómo está Tucumán en las noches de pandemia

Cómo está Tucumán en las noches de pandemia

Desde anoche se limitó el tránsito en la vía pública entre las 23.30 y las 7, salvo excepciones. Qué se ve en la calle cuando cae el sol.

CALLES VALLADAS. En la esquina de 24 y Chacabuco, la Policía montó un vallado sobre la calle para restringir el tránsito en el centro de la ciudad.  la aceta / fotos de juan manuel montero CALLES VALLADAS. En la esquina de 24 y Chacabuco, la Policía montó un vallado sobre la calle para restringir el tránsito en el centro de la ciudad. la aceta / fotos de juan manuel montero

Desde anoche no se puede circular entre las 23.30 y las 7, a no ser que la persona esté comprendida dentro de las actividades esenciales determinadas por el Gobierno o con autorización laboral. Las quejas al respecto se hicieron sentir. Pero, ¿cómo está Tucumán durante las noches de pandemia? Se imponía una recorrida para saber cuánto cambiaría la situación entre el domingo y el lunes, cuando ya estuvieran vigentes las medidas.

Salimos pocos minutos después de la 0 en una travesía que duró hasta las 5.30. Fueron 175 kilómetros recorridos entre San Miguel de Tucumán, Banda del Río Salí, Tafí Viejo y Yerba Buena, circulando por las principales avenidas, calles internas y por los sitios de mayor afluencia de gente en un día común.

“No pueden prohibirnos que circulemos, eso va contra la Constitución. Tampoco es que durante los días de semana uno se anda paseando por todos lados, pero creo que tienen que ser un poco tolerantes”, se quejó Martín Arancibia, quien pasada la medianoche compartía un rato con otros tres amigos en la rotonda de El Corte, en Yerba Buena. “Espero que no se les ocurra llevar gente presa con todo lo que está pasando. No detienen a los delincuentes pero sí a los que quieren salir a tomar un poco de aire”, agregó uno de ellos, Santiago García. No tuvieron problemas en dar sus nombres, pero no quisieron fotos. “Ya no sabés hasta dónde llega tu libertad”, afirmó Arancibia.

Las principales avenidas de la capital están llenas de motos y bicicletas conducidas por los cadetes de las mensajerías. La pandemia reavivó el sector y el delivery (hasta ayer) era casi el único modo de subsistencia de muchos bares y restaurantes. Se los ve incluso a las 4.30, llevando pedidos desde algún quiosco.

En horas de la madrugada, cuando el flujo de gente es casi nulo, sólo se notaban amontonamientos en dos sectores bien definidos: las guardias de los hospitales Padilla, Centro de Salud y Avellaneda, y en oratorios, como el de la avenida Aconquija. Allí, decenas de personas con barbijos esperaban por novedades de algún paciente, en el primero de los casos, o rezaban frente a la capilla, en el segundo. “En momentos duros Dios nos escucha”, dijo al borde de las lágrimas Yolanda Gutiérrez.


Inseguridad y penumbra

En las estaciones de servicio, que pueden estar abiertas, los pocos empleados hacían tareas de limpieza. “A esta hora no viene casi nadie. Igual los que nos quedamos a trabajar estamos adentro, te pueden robar en un minuto”, dijo Mario Carabajal, cerca del parque 9 de Julio. Las plazas, acordonadas, no había nadie. Lugares simbólicos, como la Casa de Gobierno, las dos sedes del Poder Judicial, la Legislatura y hasta el complejo Belgrano, donde se lleva personas aprehendidas por incumplir la cuarentena, estaban vacíos. Lo mismo para la terminal de ómnibus. Pero, en cambio, el movimiento en la sede del 107, al lado de la terminal, era incesante con entrada y salida de ambulancias en forma constante.

En Tafí Viejo y en Banda del Río Salí el panorama era similar, muy poca gente en las calles. Se entiende: madrugada de lunes.

En la esquina de avenida Alem y Crisóstomo Álvarez aún reinaba la tristeza. La noche del viernes un delincuente mató allí durante un asalto a Ana Elvira Dominé, de 52 años, quien esperaba dentro de una camioneta a su hijo, que había bajado a un quiosco. Una estación de servicios y una farmacia todavía atendían al público en las primeras horas del lunes. “Vivo aquí cerca y conocía el negocio de la señora. Es muy triste. Ya no podés hacer nada que te matan. Encima ahora paso por aquí para ir a mi casa y no vi ni un policía”, se quejó Diego Solórzano, que volvía de su trabajo. Sin nombres, en la estación de servicios dijeron que la zona es bastante insegura y que la presencia policial es casi nula.

Extrañamente, los alrededores de la plaza Independencia y de la Casa de Gobierno había sido vallados. Había puestos en todos los accesos y egresos hasta esa zona. “Nos ordenaron poner vallas desde las 23 y hasta las 7. No se puede pasar”, dijo un agente que prefirió no identificarse.

Desde que comenzó su recorrido hasta su finalización, nueve patrulleros se cruzaron en el camino de LA GACETA. Todos con sus balizas encendidas. En dos casos se notaba que era un operativo de seguridad. Sobre avenida Siria, antes de llegar a México, cuatro camionetas, tres de la policía y una de gendarmería, más dos motociclistas circulaban lentamente. Se detuvieron frente a un almacén a comprar bebidas y uno de los oficiales del grupo Cero se acercó al cronista a averiguar por qué estaba sacando fotos. Tras la identificación, siguieron su camino. “Estamos haciendo controles en la zona de la comisaría 5 y después vamos a jurisdicción de la 10”, dijo el oficial, que se identificó como Miguel Vizcarra. El otro puesto de control, con cuatro policías y un patrullero estaba en la esquina de Ejército del Norte y Uruguay. “Control de tránsito”, dijeron al ser consultados.


Después, casi nada de presencia policial.

Desde anoche, dijeron desde la fuerza, todo será distinto. Los controles serán mucho más fuertes teniendo en cuenta la orden del COE. Habrá que ver si eso, además de evitar aglomeraciones, influye en la seguridad.

Los tucumanos están preocupados por la pandemia del coronavirus, pero mucho más los las consecuencias del virus de la delincuencia. A pesar de que el Gobierno dispuso diversas restricciones, las estadísticas vinculadas a la inseguridad continúan en ascenso y parecen lejos de aplacarse.

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