Cartas de lectores
14 Septiembre 2020

EL TRANSPORTE PÚBLICO

Se ha concretado otro episodio de la novela de rehenes que vivimos los tucumanos. El transporte público por definición debe ser prioritario; en ese entendimiento la Nación socorre a las provincias con subsidios millonarios que, hasta ahora, no bastan para satisfacer a las empresas de transporte ni a los choferes de ómnibus. Estos se agrupan en un sindicato que se llama UTA, y son por confesión de partes, dependientes del dinero que envía la Nación; o sea, para decirlo en criollo, son empleados de la Nación, y por lo tanto deberían estar asociados a ATE o a UPCN. Las empresas nucleadas en Aetat gracias al Estado nacional sostienen sus ganancias empresariales y su patrimonio. Juan Pueblo sigue esperando que se terminen las concesiones otorgadas por el estado y se vuelva a dar de nuevo la baraja, con la esperanza de que nuevos adjudicatarios de empresas del transporte brinden un buen servicio, sin que por ello tenga que aumentar el boleto. Aun en este Tucumán con 50% de pobreza, donde el transporte es una parte del presupuesto a considerar, la esperanza es lo último que se pierde.

René Carlos Roncedo


EL FANTASMA DEL DENGUE ACECHA

Muchas veces dejamos de lado el dicho “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” y después nos quejamos de las consecuencias de lo que la dejadez o la desidia conllevan. Esto viene al hecho que en plena pandemia, que por sus características persistirá unos meses más, con las secuelas sanitarias, económicas, laborales, de educación, sociales y psicológicas que tienen a la población sumergida en tristeza, desesperanza y pérdidas de vidas, las autoridades no están viendo el fantasma que acecha llamado dengue, que pronto agravará la situación sanitaria de nuestra provincia y en especial a nuestra ciudad, sumida en la actualidad a un significativo abandono representado por la suciedad, basurales, aguas servidas y ríos de agua potable en numerosísimas calles de San Miguel de Tucumán. De nada sirve el descacharreo domiciliario, si la SAT no soluciona de una vez por todas las falencias de la red de agua y cloacas que expone a los vecinos a accidentes, infecciones y plagas con las consecuencias que conlleva tamaña dejadez. De no tomarse medidas urgentes habrá que lamentar que numerosos ciudadanos sumen a sus penurias actuales otra de significativa importancia. Quizás llegue el momento que, de no solucionarse efectivamente este problema, la SAT debería ser demandada penalmente por atentado a la salud poblacional, y aquí creo que el Poder Legislativo y el Concejo Deliberante deberían tener un papel preponderante en este problema y nosotros los ciudadanos apoyar cualquier medida que se tome al respecto. De no ser así la suma de otra epidemia nos sumirá en un caos desde el punto de vista sanitario con la afectación en distinto grado en la salud de la población.

Francisco H. Palazzo

EJÉRCITO ARGENTINO (I)

¿Quién no tiene responsabilidades en la tragedia argentina, lector Guardia Bosñak? (carta “Ejército argentino”, 12/09), y puede arrojar la primera piedra? ¿Puede hacerlo el General Perón? Participó del golpe de Estado contra Yrigoyen, luego alentó la creación de formaciones armadas, creó las “tres A” y nos sumergió en un baño de sangre? ¿Acaso el Partido Justicialista, que aceptó la autoamnistía y luego apoyó el indulto de Carlos Menem cuando reasumió el poder? ¿Podrá arrojar la primera piedra el matrimonio Kirchner, que hacían negocios inmobiliarios en la dictadura, ambos abogados, que no presentaron ningún “habeas corpus”? ¿O quizás el actual Presidente, que fue candidato a diputado en el partido de Domingo Cavallo, quien presidía el Banco Central en la dictadura, en la misma época que Alicia Kirchner era funcionaria en Santa Cruz? Estuve buscando quién tiene derecho a arrojar la primera piedra y encontré dos, señor Guardia Bosñak: el subteniente Berdina y el soldado Maldonado, que perdieron la vida cumpliendo órdenes del estado argentino, presidido por Isabel Martínez de Perón.

Luis Ovidio Pérez Cleip


EJÉRCITO ARGENTINO (II)

La guerra de los 70, ganada por el glorioso Ejército argentino, no fue precisamente una lucha interna entre hermanos, sino parte de un teatro de operaciones global, que trajo a nuestro territorio una disputa totalmente ajena a los intereses de los argentinos, a quienes forzaron a enfrentarse entre sí. Fue un escenario similar al replicado en distintas partes del mundo, comenzando por la guerra civil española, Cuba, Nicaragua, Perú, Colombia, África, Corea, Vietnam, etc. El Operativo Independencia, cuyos héroes se pretende ahora olvidar, nació del mandato legítimo de un gobierno constitucional. Fue ampliamente apoyado por la inmensa mayoría de la población, incluso por la dirigencia sindical, lo cual puede comprobarse a partir de la revisión objetiva de los periódicos o noticieros de la época, a pesar de que se pretenda ahora tergiversar aquella cruel realidad. Tristemente nos siguen manipulando desde afuera, sometiéndose toda nuestra dirigencia política a los mandatos del Nuevo Orden Mundial.

Santiago José Paz


VÍCTIMAS SIN DERECHOS

Llevo largo rato pensando qué tono darles a mis palabras y he decidido hacerlo desde el corazón. Nosotros, los parientes de víctimas de las organizaciones armadas llevamos profundas heridas en nuestra vida familiar. La locura de los 70 nos golpeó tempranamente. La muerte violenta (en estos casos por asesinato) de un ser querido deja surcos imborrables. Y si bien el tiempo aminora el dolor, la herida sigue presente y el sufrimiento aparece cada vez que alguien le arroja un puñado de sal o golpea nuestra memoria con medias verdades que terminan conformando una nueva mentira oficial. El Ejército, por orden del Ministerio de Defensa, retiró un tuit en el que se recordaba a un oficial y un soldado que murieron a manos de la organización armada ERP. Tanto el subteniente Berdina como el soldado Maldonado contaban con apenas 22 años. Argumentan que la decisión se tomó porque ofendió a algunos ciudadanos. Lo curioso es que no se tuvo en cuenta el dolor que causó en otros la falta de respeto, la indiferencia, el desmerecer haber cumplido con el juramento de defender la Patria y obedecer una orden impartida desde el Ejecutivo del gobierno constitucional, 1975. No intento reivindicar a ninguno de los actores que tuvieron parte en la violencia de los 70. Sin embargo, considero que, a más de 40 años, esta mirada maniquea lejos de contribuir a la paz entre los argentinos, profundiza las heridas. Haciendo un juego de palabras, la ausencia de nuestros parientes tiene cada vez más presencia y esto se da con el correr de la vida misma. Me gustaría saber si alguien dio una explicación que repare el espíritu a las familias de estas víctimas y en ese caso, ¿qué les dijeron? El dolor es infinito al negárseles el derecho a un sencillo recuerdo y homenaje. Se siente impotencia, profunda tristeza, desamparo. Perdieron lo más preciado, un hijo que como en este caso servían a la Patria, defendían la Constitución. Me gustaría saber qué explicación darán a los otros caídos en cada aniversario. Inexplicable actitud que se traduce en indiferencia, menosprecio y olvido. Sorprendente, penoso, indolente... Me pregunto cuál es exactamente el objetivo de tamaña actitud. No quiero permanecer en silencio sin expresar mi admiración y reconocimiento por la entrega de estos soldados, los cuales fueron ejemplo de lealtad, dignidad, honor, hombría de bien. Lamento el destrato y la actitud de negar la historia y el heroísmo de nuestros caídos.

Silvia Ibarzábal


EL LADO B DE LA ZAFRA

En pocos meses habrá finalizado otra zafra azucarera en nuestra provincia. De nuevo la industria sucroalcoholera impactó negativamente en el medio ambiente y los ecosistemas, contaminando y dañando agua, suelo, aire y la salud de las personas (sistema respiratorio y órganos de la visión). Las actividades contaminantes provienen de la quema de cañaverales, de la emisión de gases y partículas sólidas por las chimeneas, de la cachaza y la vinaza. Además las rastras cañeras aumentan la inseguridad vial en las rutas. Los productos resultantes de la combustión de la caña de azúcar son: humos, monóxido y dióxido de carbono, óxidos de azufre y nitrógeno y traza de metales pesados y elementos cancerígenos, que provienen de la descomposición térmica de los agroquímicos usados en el cultivo del vegetal. La bibliografía especializada nos hace saber que al quemar los cañaverales, caen sobre el terreno aproximadamente 800 gramos de hollín por m2 (período de medición: mayo a octubre). La cachaza está compuesta por un 70 % de materia orgánica (ceras, grasas, proteínas, azúcar, fibras y medula) y un 30 % de sólidos inorgánicos (fósforo, nitrógeno, potasio y magnesio). Representa aproximadamente el 4 % del total de la caña molida. La vinaza contiene: potasio, fósforo, nitrógeno, calcio, magnesio y un PH ácido. Por cada litro de bioetanol, se generan aproximadamente 12 litros de vinaza. Ambos contaminantes, por su alta carga orgánica producen una demanda bioquímica de oxígeno (DBO), que consume el oxígeno disuelto en el agua. Consecuencias: olores nauseabundos, alteración de las propiedades físico, química y biológicas del agua y daño a los componentes bióticos de la cuenca Salí Dulce (esta cuenca, es la segunda más contaminada del país). De la eutrofización del lago del dique de las Termas de Río Hondo, mejor ni hablar. Las rastras cañeras en época de zafra, constituyen un peligro para los que transitan por las rutas tucumanas y los accidentes que protagonizan, son ya endémicos (muerte, invalidez, etc.). En la práctica, no se inspecciona como es debido a estos rodados, y si bien es el conductor quien participa del accidente, el corresponsable es el propietario, que permite que el vehículo circule violando las normas de transito. No se controla, ni inspecciona: horarios, largo, ancho, luces, señalización, frenos, dirección, cubiertas, etc. Lo expuesto se repite año tras año y la llamada madre de industrias, no se hace cargo de los residuos contaminantes que produce. Lo grave es que desde lo institucional y constitucional, los tres poderes del Estado tucumano, nada hacen. ¿Quién tutela y protege nuestros derechos, entonces?.

Juan Francisco Segura


ENSEÑANZA

Con respecto a la carta “Enseñanza” (12/09), de Rainer Wittich, es corta, concisa y acertada su reflexión. Yo resumiría...”el vivo vive del sonso y el sonso, de su trabajo”; y con menos palabras aun...”viveza criolla”.

Liliana Müller

EL CAMINO DEL HÉROE

Toda la sociedad tucumana se ha estremecido ante la muerte del doctor Jesús Amenábar, quizás porque su muerte pasará a ser el ícono de las luchas silenciosas e incansables de tantos profesionales de la salud que aliviaron y sostuvieron la vida de otros en este tiempo espantoso para la humanidad toda; este tiempo de incertidumbres, de miedos, de desprotección y de zigzagueos en las decisiones y en la información. De pronto un hombre escribió una carta sobre el hacer de sus compañeros, hablando de los héroes silenciosos, de las deficiencias de un sistema de salud que está quebrado por el desgobierno; y ese hombre atravesó todo el periplo del héroe antiguo: luchó, salvó, se arriesgó, batalló, ejemplificó, se enfermó, agonizó dolorosamente y murió rodeado de una comunidad que lo escoltaba con ruegos y plegarias. Pero antes legó unas palabras que resonarán en los corredores del tiempo como un emblema de los valores que dan sentido y que sostienen la existencia. Ha muerto un hombre y ha nacido un héroe. Vienen a mi memoria las palabras finales de la novela “Una hoja en la tormenta” de Lin Yutang: “El hombre no conoció mayor amor que este: que el hombre dé la vida por sus amigos”..

Graciela Jatib


VIDA DE ENTREGA SOLIDARIA

Su ejemplo y dignidad no contemplaron los riesgos de vulnerabilidad a que están sometidos cientos de profesionales en estas secuelas gravísimas de esta pandemia mundial, que cada vez cobra más vidas. Doctor Jesús María Amenábar, gracias por su acto incondicional de solidaridad; su lucha destaca una hombría de bien que merece ser difundida a los cuatro vientos. Todos los agentes sanitarios están expuestos al contagio masivo de la Covid-19; Dios los proteja en esta lucha sin cuartel, frente a un enemigo invisible. Vaya mi reconocimiento a todos ellos, fieles servidores de la salud humana...

Daniel Francisco Leccese


COMO UN FAVALORO TUCUMANO

Procede de tal forma en que así como hubo alegría y risas con tu llegada haya dolor y llanto con tu partida. Se nos fue un hidalgo caballero, gran médico y mejor persona. Un maestro en todos los sentidos. Una especie de Favarolo tucumano. Luchó sin pelos en la lengua contra el sistema “político” de salud... sin distinción de partidos... sólo guiado por su vocación de servicio. Sin miedo, sólo con la verdad y con su coraje muchas veces solo. No prometiste nada, sólo dignidad. No regalaste nada, sólo trabajo. No dividiste; sumaste. No te diste por vencido ni aún vencido, porque nunca te sentiste esclavo. No guardaste ni generaste rencores porque tu motor siempre fueron el amor y la entrega incondicional. No compraste los amigos; vinieron solos, a beber de la fuente de la sabiduría y a calmar la sed en la paz del remanso de tu alma. Como el Santo Solano, la música fue tu cielo lejos del diario infierno de rescatar cuerpos y almas doloridas. Te conocí eximio pianista, una noche de Año Nuevo, en que el querido Jorge Namur nos invitara a un festejo Amenábar-Paz, hace ya largos 30 años. Vos al piano, “Pilolo” al acordeón piano y tu elegante hermana a un instrumento de viento. ¡Qué inolvidable noche! Guardada en el corazón para lucirla en la mesa de luz. Tu vida no fue un pasar sino un andar. Hiciste camino; dejaste huellas profundas que ni los prepotentes mastodontes podrán borrar… y tu muerte no es muerte; es vida y esperanza basada en una fe inquebrantable. Ahora sabemos que nada fue en vano. Has dejado la semilla en tierra fértil. Que no vengan ahora, a la hora de los elogios, las vivas lenguas bifrontes a llenarte de halagos. Que se lleven tus oídos, como música y coro de ángeles el silencioso y respetuoso aplauso a una vida terrena plena, llena, rebosante de amor y dulzura en tu familia, tu mujer, tus hijos, nietos, hermanos, amigos, alumnos, discípulos y colegas, honrando el nombre que con el bautismo pareciera haberte signado para el futuro, emulando hasta con la última gota de tu sangre, la pasión en su significativo semántico y vivencial extremo: la entrega total por propia voluntad, renunciando a todo capital que pudieras fácilmente haber cosechado de haberte adorado a ti mismo con semejante capacidad y probado profesionalismo, habiendo decidido quedarte en tu sufrida y malograda tierra para devolverle en salud y alegría lo que otros le robaron con quimeras y fantasías. Descansa en paz, doctor profesor Jesús Amenábar. No sólo los médicos y enfermeras te aplauden, sino todos los que se sumaron con diferentes instrumentos sonoros a la orquesta contra la desidia y la injusticia.

Damián Paz

EL EJEMPLO DE JESÚS

A causa de esta incontrolable pandemia Tucumán perdió un médico. Debería decir, con mayúsculas, un gran médico. ¿Habrá sido premonitorio que lucía el mismo nombre de Jesús nuestro Señor? Al igual que Él, entregó su vida por la salvación de sus congéneres, con todo el amor del que pueden dar fe quienes lo conocieron y/o estuvieron a su lado, luchando con total entrega , en cumplimiento cabal de su juramento hipocrático, como no todos, lamentablemente, lo hacen. Ojalá su ejemplo sea valorado y respetado a ultranza por tantos colegas que anteponen intereses mezquinos a su profesión y pierden la posibilidad de ser honrados y/o laureados por la sociedad que los necesita y observa. No he tenido la oportunidad de conocerlo, pero la gigantesca manifestación de duelo por su muerte habla a las claras del gran respeto que inspiró su profundo amor por la salud de sus enfermos y la justicia en el trato a sus colegas. Dejó un ejemplo de vida y dedicación inquebrantable. Y esto no es común en una comunidad corroída por el egoísmo y el amor al vil metal. Propongo que su nombre -Jesús Amenábar- sea tenido en cuenta al bautizar a un Centro de Salud, como acto de comportamiento ejemplar, para incentivar a las futuras generaciones de médicos con su ejemplo de amor, justicia y abnegación cristiana.

Darío Albornoz

DIOS SE VALE DE LOS BUENOS

Hace 25 años llegó a mi domicilio mi querido cuñado “Pololo”, desde su Estación Aráoz natal para que lo acompañe al médico, por que tenía sería dificultad para respirar, fumador empedernido. El resultado de los estudios, al observarlo mi médico amigo, fue claro. Con simples palabras para que entienda una persona de campo, dijo: ”amigo, ya debe dejar de fumar; tiene un tumor canceroso en el pulmón por la nicotina; es del tamaño de una nuez y hay que extirparlo con urgencia”. Con el cigarro en mano, “Pololo” le dijo: “ ‘Dotorcito’, usted es mi ídolo, mi Jesusito; justo estamos en plena cosecha, yo le haré preparar unas ricas empanadas y se viene el cumpleaños de mi hija, para eso ya estaré bien”. Pasado el año volvió y el tumor ya era del tamaño de una naranja y no se podía operar. El “Dotorcito” Jesusito empezó el duro tratamiento en el Hospital Centro de Salud, hasta que un día en horas de la siesta dejó de respirar, con todas las asistencias médicas, ordenadas por su médico de cabecera y mi gran amigo, que en ese momento me sentenció: ”Vos dejá de fumar, mirá las consecuencias”. Las palabras sobraron y ya no volví a fumar; ese gran amigo en vida fue el doctor Jesús Amenábar. Hace mucho tiempo que no lo veía; el tono de su voz, en un video viralizado, me retrocedieron en el tiempo y sin analizar el contenido de sus dichos, me alegré de escucharlo, Dios se vale de los buenos y usted, Jesús Amenábar-, para orgullo de sus seres queridos, fue y seguirá siendo excelente esposo y jefe de familia y un gran profesional. ¡Descanse en paz, doctor Jesús Amenábar!

Francisco Amable Díaz


Pedro G. Sal 1.180 

B° 20 de Junio


San Miguel de Tucumán

DEJÓ UNA HUELLA PROFUNDA

Son pocas las personas por sus obras trascienden y nos reconcilian con la humanidad. La sociedad tucumana tiene la difícil misión de rendir homenaje póstumo a un hombre destacado, sensible y especial médico de vocación. No es lo que tiene lo que hace a la persona, sino lo que la persona hace por lo demás; un importante ejemplo que pudiera ser adquirido por algunos gobernantes y funcionarios. El doctor Amenábar vivió la vida con entrega, integridad y convicción. No es importante la edad a la que uno muere; lo que realmente importa es la intensidad con la que se vive; por ello, para consuelo de todos los que los conocieron, pacientes, discípulos, amigos y su familia, debemos estar seguros de que el doctor no está muerto; un hombre así, que a su paso por la tierra pisa fuerte y deja huella profunda, no se aleja del mundo. Su pérdida tan repentina ha conmovido profundamente, especialmente a quienes lo conocieron, para los que resultará muy difícil resignarse a ello; a los que compartieron parte de su vida, de su habilidad profesional y de sus valores éticos y humanos.

Pablo José Giunta


pjg1940yahoo.com.ar

PRACTICABA LO QUE PREDICABA

Ojalá los que lo conocieron tomen su ejemplo de vida, su coherencia entre lo que predicó y lo que hizo. Ojalá los políticos comprendan la diferencia entre autoridad y poder; para tener autoridad se necesita haber respetado mucho al semejante, lo que legitima su accionar naturalmente; para tener poder no sólo se necesita dinero que compre voluntades que la tan vilipendiada Constitución legaliza, lo que no significa autoridad. Ojalá se comprenda la diferencia entre bien común y narcisismos miserables, que es lo que atañe a la sociedad toda. Perdimos a un grande; que no sea en vano, sobre todo en los tiempos que vivimos, tan necesitados como estamos de coherencia y moral.

María Dolores González

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