Cartas de lectores

- Doctor Amenábar

Es gratificante observar que una carta, publicada en este espacio que LA GACETA nos brinda a sus Lectores, genere el tan necesario debate que como sociedad nos debemos siempre, sobre todo con lo que tenga que ver con la relación Estado/Comunidad, ya que nos toca -para bien o para mal- a todos. Lo que quedó en claro es que en este cruce de misivas no se personalizó mi opinión o la del Dr. Jesús Amenábar, porque -en definitiva- el problema no es su visión o la que yo tenga sobre un tema en particular, sino el nivel de frustración social que hay hacia la política, el Estado y sus poderes, el sistema de Salud o el de Educación. Quizás debamos preguntarnos qué calidad de ciudadanos está formando la Educación primaria y secundaria, y qué calidad de profesionales está formando nuestra Universidad. Porque la condición de ciudadano no se limita sólo a votar periódicamente, sino que conlleva la activa participación e interés por todo lo que suceda a nuestro alrededor; porque participar en política no es estar condicionado a integrarse a la política partidaria y porque, finalmente, el mayor porcentaje de los espacios de los tres poderes del Estado y los de sus distintas estructuras son ocupados por profesionales surgidos de nuestra Universidad pública y gratuita. Por ese motivo, reitero la pregunta inicial y es la que nos debe interpelar: ¿qué calidad de profesionales y personas está formando nuestra Universidad? Porque de ella, en su gran mayoría, surgen nuestros políticos, representantes, jueces, médicos y funcionarios.

Javier Ernesto Guardia Bosñak



- Soberbia e indiferencia

Todo el espectro político nacional demostró quizás lo peor de la historia, no hay antecedentes de episodios tan tristes como el que vive el mundo y mucho menos la República Argentina, está pandemia destapó las falencias en distintos puntos y vale aclarar que no son falencias que provienen de tal o cual gestión de gobierno; todos los que pudieron hacer algo no lo hicieron y me refiero específicamente a salud en términos estructurales, salariales y otros; si no fuese por la incansable lucha de la medicina argentina por superarse seríamos un cementerio importante del mundo. Lo único que podemos ver de nuestros políticos del Congreso de la nación son gestos de soberbia e indiferencia; pretenden sacarse ventajas electoralmente y se olvidan de lo que pasa, no hicieron nada juntos, oficialismo y oposición, sólo chicanas y pases de facturas que nada aportan a esta maldita pandemia. Creo que están cómodos a la espera de una vacuna que borre sus negligencias e inoperantes maneras de hacer política; tales manera son dos y se simplifican a eso, o hacen bien las cosas o las hacen mal, y si siguen así no hará falta que se los califique, salvo honradas y casi nulas actitudes que no hacen al conjunto del poder quedan invisibilizadas por la soberbia e indiferencia de la mayoría.

Williams Fanlo




- La grieta

Salvo pocas excepciones, los políticos del país son responsables de la escandalosa deuda externa que se suma a la otra deuda, con los millones de familias que habitan en villas de emergencia y que siguen esperando que dejen de echarle la culpa al otro y se ocupen de gobernar en democracia y se termine el verso de la grieta. Quiero recordar que el 13/10/12 el buque insignia de la Marina de Guerra, nuestra Fragata Libertad, fue embargado con orden judicial en la República de Ghana, donde permaneció 77 días amarrado en el puerto. La deuda era de 284.000 millones de dólares. Los denominados “fondos buitres” habían conseguido sentencia favorable ante la negativa de nuestro gobierno de pagar; y finalmente depositando 20.000 millones en garantía se levantó el embargo y la nave pudo regresar al país. Fue ese mismo gobierno argentino el que el 14/10/10 había vetado la ley sancionada por el Congreso de la Nación ordenando el haber jubilatorio para todos con el 82% móvil del sueldo del activo argumentando que significaba “la quiebra de una empresa que es la Argentina” al no decir de dónde saldría el dinero. Esa mismo ex presidenta, que hoy integra como vice el Poder Ejecutivo, nos prometió a los jubilados y pensionados en la campaña previa que de ganar nos aumentarían un 20% porque estábamos cobrando muy poco; pero, ya electos y en funciones, hicieron todo lo contrario: nos bajaron los haberes, al suspender con un DNU la Ley de Movilidad. Nos escamotean todos los meses sumas importantes y necesarias para comprar medicamentos y alimentos con el argumento que el gobierno anterior les dejó muchas deudas; hoy, desentendiéndose de las necesidades de más de seis millones de jubilados y pensionados dictarán una nueva ley de movilidad para pagarnos muchísimo menos que lo que ordenaba la ley suspendida. Nos siguen empadronando y comprometiendo en el rol de partícipes responsables de la grieta para disimular la crisis que arrastran desde Bernardino Rivadavia, pero claro, son pícaros, los dineros de ellos no se toca. Carlos S. Menem en el año 1991 promulgó para sí y los que vengan después la Ley 24.018, ordenando que “los ex presidentes argentinos cobrarán una asignación mensual y vitalicia equivalente al sueldo de un ministro de la Corte Suprema y para los vicepresidentes será las tres cuarta partes de ese sueldo”, tenga o no aportes previsionales, condenas judiciales o causas en trámite, disponiendo también la pensión vitalicia para sus herederos en caso de fallecimiento . Es noticia pública que la actual vicepresidenta cobra la pensión como heredera de su esposo ex presidente fallecido, ahora integrando el Poder Ejecutivo estaría reclamando al Estado que le paguen también su asignación como ex presidenta, y además estaría percibiendo su sueldo como vice en actividad. Pero no hay dineros en el Estado o la Anses para aumentar el miserable salario mínimo de $18.000 de los jubilados y, ¿pretenden adjudicarnos el carácter de partícipes en la grieta política y económica irritativa, bochornosa, causada por los malos políticos que nos han colocado en los primeros puestos de países no confiables porque no pagamos las deudas? ¿En esa la nueva ley de movilidad se bajarán ese sueldo disfrazado de pensión vitalicia?

Ángel Ricardo Salguero




- No nos formaron para para ser

Pienso en cuán equivocados hemos estado los humanos al creer que alguien era inteligente por tener gran capacidad para resolver ecuaciones, problemas de reglas de tres simples, memoria para recordar todo o contar con títulos académicos. En la escuela nos enseñaron eso y no a cómo enfrentar situaciones difíciles de la vida, a liderar las emociones, a entender que el otro es otro y no como yo quiero que sea... En mis tiempos de niño y adolescente se ponía el rótulo de inteligente a quien tenía un promedio de 10, 9 u 8 en la escuela. Y las maestras se lo hacían saber a los estudiantes. La nota sobresaliente en una etapa de la vida escolar no asegura un futuro promisorio a las personas. Hay quienes nunca fueron excelentes alumnos y hoy son personas ejemplares en cada acto de la vida. Tenemos que reconocer que los contenidos académicos de décadas pasadas estuvieron orientados al saber y no tanto al ser, a ser mejores personas, a pensar más en el prójimo.

Marcelo Malvestitti




- Daño ambiental

El artículo 41 de la Constitución Nacional establece que “El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer según lo establece la ley.” En pleno desarrollo de la zafra azucarera, la quema de cañaverales no solo ensucia los patios y la ropa blanca tendida en las sogas tucumanas, también afecta los ojos y los pulmones de todos los tucumanos. Más claro, agua; el problema es ese, los desechos que se arrojan en el río no purifican el agua, en cuarentena sanitaria nacional y provincial contaminan el agua del río Salí. Enturbian el cauce. Dejan sin oxigeno la flora y la fauna que vive en el agua. Matan, impiden la propagación de la vida de la naturaleza. ¿Y el ecosistema social donde el ser humano desarrolla sus actividades? Bien gracias, eco significa equilibrio, eso que en la relación entre los poderes provinciales falta, el enrarecido ambiente que se respira no se debe solamente a las cenizas de la quema de los cañaverales; también hacen su aporte el descontrol del transporte y la pandemia debida al coronavirus. ¿Si recomponer es reparar, la FET querrá hacerse cargo también de las indemnizaciones a las víctimas del daño ambiental en el caso que sean producidas por sus asociados?

René Carlos Roncedo



- Un gran presidente

A fines de 1906 la Argentina ofrecía un panorama de prosperidad nunca visto hasta entonces. Un feliz bienestar gozaba el vasto sector de comerciantes, industriales, millares de inmigrantes --enriquecidos rápidamente--, y una gran parte de la población que supo aprovechar la corriente de progreso material y la afluencia de capitales extranjeros que robusteció el país. Las ciudades se extendían sin pausa, impulsadas por el crédito abundante y a largo plazo, que permitía adquirir lotes y construir viviendas sin mayores sobresaltos. En las vastas extensiones rurales se registraba un irrefrenable desarrollo agrícola-ganadero favorecido por las nuevas tecnologías y el ferrocarril. En el plano educativo y cultural, la Argentina sorprendía por su alto grado de alfabetización y por el justificado prestigio de sus intelectuales. Faltaban menos de cuatro años para celebrar el Centenario de Mayo y existía una sensación de confianza generalizada con respecto al porvenir. En ese contexto, en el lejano Sur se trabajaba afanosamente en busca del preciado “oro negro”. En 1901 el pionero italiano Francisco Pietrobelli había fundado la población de Comodoro Rivadavia. El nombre, impuesto por el presidente Roca, honraba al primer ministro de Marina, que acababa de morir. Entre las múltiples dificultades para consolidar su asentamiento, los primeros pobladores sufrieron serias dificultades para la provisión de agua. El 11 de diciembre de 1906 un equipo de técnicos encabezado por el alsaciano José Fuchs perforó un pozo del que, al llegar a los 500 metros, emanaba un fuerte olor a kerosén. La nueva riqueza, que cambiaría la fisonomía de Comodoro Rivadavia, del Territorio Nacional de Chubut y del país, abrió una senda que con múltiples logros generó riquezas, trabajo y bienestar para los argentinos. Durante ese inigualable período de nuestra historia gobernaba el país José Figueroa Alcorta, quien había asumido la primera magistratura tras el fallecimiento del presidente Manuel Quintana.

Luis Salvador Gallucci


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