¿Sabías qué?: una aerolínea y una aceituna menos

¿Sabías qué?: una aerolínea y una aceituna menos

¿Sabías qué?: una aerolínea y una aceituna menos

Reducir gastos tanto en empresas como en el Estado se plantea en muchas ocasiones como una salida frente a una crisis. En muchas oportunidades esa operación no es fácil de encontrar, pero la historia en ocasiones da respuestas creativas y eficientes para ello. Amigo lector, qué pensaría si le dijera que colocar una aceituna menos en la ensalada puede ser un gran ahorro para una empresa. Si considera que no sería importante, siga leyendo y se sorprenderá. En 1987 una empresa aérea norteamericana dejó de poner una aceituna -o más bien puso una menos- en las ensaladas que servía a bordo en cada uno de sus vuelos, con lo cual logró un ahorro de 40.000 dólares anuales por avión. Esa medida, que parecía ser insignificante y que ninguno de sus pasajeros notó al degustar la ensalada, permitió cumplir el objetivo de reducir costos y dio un ejemplo de austeridad al mundo de los negocios. Los ejecutivos de otras compañías quedaron atónitos, pues no daban crédito a los resultados reportados por la aerolínea. Para muchos es una leyenda urbana, o sea una historia inventada y difundida por interés pero la medida fue real y contundente en sus efectos. Unos 20 años más tarde, para 2007, la misma aerolínea hizo otra jugada. Si retirar una aceituna fue sorprendente, en esta ocasión la reducción fue encarada hacia los carros para transportar las bebidas. Decidió cambiarlos por otros 9 kilogramos más livianos y ello implicó, aunque no lo parezca, una reducción importante en el peso total. De tal manera, fueron 190 kilogramos para un Boeing 777 y de 54 para un MD-80. Esta reducción significó un ahorro importante en combustible. Según cifras aportadas por algunas fuentes indicaron que reducir unos 45 kilogramos de peso en los aparatos supuso un ahorro anual estimado en 2,8 millones de dólares. En el caso de los 777 se estimó una reducción de casi 12 millones de dólares y en los MD, de 1,2 millón. Para muchos el responsable del retiro de la aceituna, Robert Crandall, fue un héroe; para otros, el mayor de los villanos, ya que fue el primero en comenzar con los recortes en las comodidades a los pasajeros que con el paso del tiempo fueron siendo mayores. En muchas de ellas el refrigerio que se sirve, a excepción de las bebidas, se cobra. Otras aerolíneas encararon reducciones en los cubiertos que se entregaban. Una empresa aérea oriental redujo en un centímetro los cubiertos y se eliminaron comidas que necesitaran del uso de cucharas; con ello aligeraron el peso del avión en decenas de kilogramos y por ende, ahorraron combustible. Otra de las medidas fue la reducción de la distancia entre filas de butacas para incorporar más plazas de tal manera que haya más pasajeros a bordo. Y si se sorprendió con la aceituna, tenga en cuenta que al fusionarse dos aerolíneas estadounidenses se dieron cuenta de que podían reducir peso si cortaban las limas para las gaseosas en trozos más pequeños. Mientras una obtenía 16 trozos, la otra tenía apenas 10. Con este cambio, ir por 16, se redujo la compra de limas en un 60% y bajaron el peso y la producción de desechos. Se llegaron a ahorrar medio millón de dólares al año por vuelo.


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