
AVANCES. El estudio permite saber más del comportamiento de las células.

Un nuevo estudio ha encontrado respuesta a la pregunta de cómo el cáncer elude las defensas del organismo: se comprobó que las células tumorales se ‘comen’ un aminoácido clave, y así privan a las células inmunes de ese aminoácido, y en consecuencia, no pueden combatir el cáncer.
El estudio -informa la agencia Europa Press- fue publicado en la revista Nature. Los investigadores ejemplifican: si el cáncer es una serie de acertijos, este estudio analiza cómo se conectan varios de esos rompecabezas. Así, una pieza importante es el sistema inmunológico y la pregunta por qué ciertas células inmunes dejan de hacer su trabajo. Otra pieza trata sobre cómo se alteran las histonas dentro de las células inmunes. Una tercera pieza es cómo el metabolismo de una célula procesa los aminoácidos.
“Nadie sabía si todas esas preguntas estaban conectadas. Pudimos juntar varios de estos acertijos y ver cómo funcionan”, explica Weiping Zou, director del Centro de Excelencia en Inmunología e Inmunoterapia del Centro de Cáncer Rogel de la Universidad de Michigan, Estados Unidos.
El estudio encontró una conexión entre estos tres acertijos que sugiere que apuntar al transportador de metionina de aminoácidos en las células tumorales podría hacer que la inmunoterapia sea efectiva contra más cánceres.
Comienza con las células T, los soldados del sistema inmunológico. El cáncer puede convertir estas células en anormales, evitando que las células T organicen un ataque contra él. La pregunta es: ¿qué causa esto?
El descubrimiento
Los investigadores observaron cómo los tumores metabolizan los aminoácidos y descubrieron que un aminoácido llamado metionina tenía el mayor impacto en la supervivencia y función de las células T. Las células T con niveles bajos de metionina se volvieron anormales. La metionina baja en las células T también alteró los patrones de histonas que causaron que las células T se deterioraran.
La introducción de células tumorales en la imagen crea una lucha entre las células tumorales y las células T por la metionina. Una y otra vez, las células tumorales ganan, tomando la metionina de las células T y volviéndolas ineficaces.
“Existe una competencia entre las células tumorales y las células T por la metionina. Las células T también la necesitan -explica Zou-. Si privas de metionina a las células tumorales, las células T tampoco la obtienen”. Según el estudio, complementar la metionina restaura la función de las células T. Los niveles suficientemente altos de metionina significa que hay suficiente tanto para las células tumorales como para las células T.
Una clave es que las células tumorales tienen más transportadores que entregan metionina. Los investigadores descubrieron que alterar esos transportadores daba como resultado células T más saludables, ya que las células T podían competir por la metionina.
“Todavía hay muchos detalles mecánicos que no hemos resuelto, en particular las vías metabólicas detalladas del metabolismo de la metionina”, explica Zou.







