El “Viento rojo” se hizo huracán al final del milenio

El “Viento rojo” se hizo huracán al final del milenio

Huirapuca, el equipo que pasó de “perder por más de 100 puntos” a ser campeón del NOA.

EL PRIMER GRITO. Arriba, la potencia de Hugo Dande, vistiendo la camiseta que ellos mismos llamaban “la de Chacarita”. Abajo, José María Núñez Piossek, figura de la final, durante los festejos por el primer título. EL PRIMER GRITO. Arriba, la potencia de Hugo Dande, vistiendo la camiseta que ellos mismos llamaban “la de Chacarita”. Abajo, José María Núñez Piossek, figura de la final, durante los festejos por el primer título.

Durante su visita a Huirapuca por los festejos del 60° aniversario del club, en 2013, Emilio “Gringo” Perasso (ex entrenador de Los Pumas) confesó que siempre había sentido curiosidad acerca de ese club del interior tucumano que le había aportado tantos jugadores al seleccionado argentino. Figuras como José María Núñez Piossek (tryman histórico de Los Pumas), Tristán Molinuevo, Hugo Dande, Javier Belloto y Osvaldo Faccioli surgieron de Concepción, pero eso es más que nada historia reciente. Antes, y durante muchos años, las crónicas del club del sur estuvieron asociadas al fracaso, repletas de goleadas aplastantes, que le dieron fama de rival contra el que los demás equipos podían darle descanso a sus mejores jugadores y aún así asegurarse los puntos.

Huirapuca jamás se avergonzó de ese pasado; al contrario, lo usó como plataforma de despegue: de ser un equipo “que se comía de a 100 puntos” a uno capaz de ganarle a cualquiera y de ser campeón.

Ese proceso de transformación terminaría de consumarse en 1999, coincidiendo con el cambio de milenio. Algunos quizás recuerden que Núñez Piossek lo vaticinó un año antes, cuando Huirapuca ganó el torneo de ascenso. “El año que viene, ganaremos el de Primera”, había anticipado el wing.

¿Confianza o clarividencia? “¡Lo dije jodiendo!”, asegura hoy José María. “Era una forma de decir ‘acá vamos’, pero la verdad es que ni me imaginaba dónde íbamos a estar parados. Al final le terminé pegando, je”, se ríe de su presagio.

De todos modos, tampoco es que “Huira” viniera flojo de nombres: el equipo comandado por Floreal García contaba con varios que ya eran o iban a ser Pumas, por caso Núñez Piossek, Dande, Molinuevo, Belloto, Conrado López Alonso y Gerardo Lazcano Miranda.

“Siempre fuimos un club sacrificado. Pasamos años muy difíciles, con malos resultados, pero mucha gente trabajó para que nosotros llegáramos ahí. Varios habíamos debutado muy jóvenes en el plantel superior”, describe Dande.

Aunque venían de jugar el ascenso, el “Viento rojo” del sur fue un vendaval en el Anual 1999, el primer Regional de la historia: en 18 partidos, logró 13 victorias (incluyendo un 115-0 sobre Jockey de Santiago) y cinco derrotas, aunque tres de estas fueron por sólo un punto de diferencia.

Entre las claves de la gran campaña estuvo la experiencia de su primera línea (que contaba con el histórico Alejandro Carrier), la conducción y eficacia goleadora de Tristán (marcó 312 tantos) y la voracidad en el ingoal de Núñez Piossek, autor de 15 tries. Tres de ellos fueron precisamente en la final contra Cardenales, en cancha de Lince.

Más de 2.500 personas se amontonaron ese día alrededor del escenario principal del club de Silvano Bores al 800. En el primer turno, Gimnasia y Tiro (dirigido por el tucumano Lucio De Chazal) dio el gran golpe: al vencer a Lince, se convirtió en el primer (y hasta hoy, único) campeón no tucumano en la historia del Regional.

3 Regionales ganó Huirapuca entre 1999 y 2003. El cuarto lo ganó en 2013, junto con Cardenales

Luego fue el turno de Huirapuca. Cardenales se la puso muy difícil, pero con el buen trabajo del pack de forwards y el aporte ofensivo de José María y Tristán (entre los dos anotaron todos los puntos), el elenco del sur celebró su primer título. Que fuera compartido con los salteños no le restaba ni un gramo de valor. “Cuando metí el segundo try, ahí pensé ya está, es nuestro”, cuenta Núñez Piossek.

Tristán confiesa que no recuerda mucho de ese día, pero entre lo que rescata está su oposición a usar un juego de camisetas nuevo que les habían dado para esa final, por cábala. “Yo dije que no las usáramos. Recién las estrenamos al año siguiente”, revela.

EL PRIMER GRITO. José María Núñez Piossek, figura de la final, durante los festejos por el primer título. EL PRIMER GRITO. José María Núñez Piossek, figura de la final, durante los festejos por el primer título.

Como era de esperarse, la fiesta fue total. “Mucha gente de otros clubes nos transmitió su alegría por lo que habíamos logrado. Cuando volvimos en el colectivo por la ruta vimos muchas familias con la bandera del club. Y en Concepción caminábamos por las calles y la gente nos saludaba y nos aplaudía. Había hasta gente de Aguilares, Alberdi, Monteros... Fue increíble”, recuerda Hugo.

“Toda la ciudad nos esperó. Dimos la vuelta a la plaza y terminamos metidos en la fuente. Algo inolvidable”, cierra José María.

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