Asesinos seriales de Tucumán: una banda fue acusada de cometer tres crímenes en siete meses

Asesinos seriales de Tucumán: una banda fue acusada de cometer tres crímenes en siete meses

A los sospechosos les imputaron los homicidios que se cometieron en la zona de Burruyacu. Antecedentes.

Fueron tres homicidios que movilizaron al sector productivo de la provincia. En los tres expedientes figuran cinco nombres, pero los de José “Gordo Walter” Rojas (26) y de Ismael Antonio Sánchez (24), se repiten en las tres causas. En un hecho muy poco frecuente en la Justicia provincial, ambos fueron acusados de haber cometido los tres crímenes en poco más de siete meses.

¿Pueden ser considerados asesinos seriales? Los libros de criminología denominan así a la persona que mató a tres o más personas en un lapso de tiempo mayor a un mes, dejando, entre un asesinato y el otro un tiempo y cuya principal motivación a la hora de cometer un homicidio se encuentra en la satisfacción psicológica que le proporciona el acto de matar. En este caso ese término no puedo utilizarse, puesto que los sospechosos aún no fueron condenados por los delitos de los que fueron acusados.

La Justicia se encontró con un grupo criminal integrado por, al menos, cinco personas que operaba en las zonas rurales. Se sospecha que cometieron varios hechos, pero la sangrienta historia homicida comenzó a escribirse el 19 de noviembre de 2020.

Ese día, según la acusación fiscal, Rojas y Sánchez, después de haber cortado el cable del suministro eléctrico, ingresaron al domicilio de José Antonio Gómez (55), en La Marta (Burruyacu). “Con intenciones de causarle la muerte maniataron con cables y alambres y amordazaron con una tela color celeste impidiéndole la respiración, causándole al mismo un sufrimiento extraordinario y no necesario, aumentando el lento padecimiento del nombrado, quedando su cuerpo tirado en el suelo, a la intemperie, inmovilizado y soportando altas temperaturas”, se pudo leer en la imputación que le realizaron. Después de apoderarse de dos linternas y dos machetes, se marcharon del lugar dejando abandonado al hombre que fue encontrado al día siguiente sin vida.

El 5 de enero, Rojas y Sánchez, acompañados por Pedro “Gallina” Reynaga, Juan Alfredo Acosta, se presentaron en la casa de Damián “Changuillo” Gómez (76) de Tala Pozo, donde funcionaba una especie de almacén. Tomaron varias cervezas y, después de haberse ganado la confianza de la víctima, según la acusación, lo redujeron, le ataron los pies y luego lo estrangularon hasta quitarle la vida. Los delincuentes se llevaron una escopeta de un caño calibre 16, paquetes de cigarrillos, un teléfono celular y dinero.

El último hecho se registró el 26 de junio. Rojas y Sánchez, en complicidad con Acosta y Marcelo Alderete, se presentaron en la finca de José “Pepe” Porcel, de La Ramada. Redujeron al empleado Iván Guillermo Luna y se dirigieron a la casa del productor. La víctima intentó defenderse, pero recibió un disparo que le terminó costando la vida en el acto. En este hecho, los delincuentes se llevaron el celular del trabajador rural.


El rompecabezas

El crimen de Porcel fue la primera pieza de un rompecabezas que se armó con suma paciencia. Después de este hecho, Alderetes y Acosta sufrieron un accidente y terminaron siendo aprehendidos. Al analizar los celulares que llevaban los sospechosos, descubrieron que se habían comunicado con varias personas antes del hecho, entre ellos Rojas y Sánchez. Por ese motivo, en una serie de allanamientos realizados por la división Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib, Diego Bernachi y Juana Estequiño, los detuvieron y fueron señalados como los autores del hecho en una rueda de reconocimiento.

Alberto Lebbos, padre de Paulina, la joven que fue asesinada hace casi 15 años y cuyo crimen aún está impune, no se cansa de repetir la misma frase: “no hay crímenes perfectos, sino investigaciones mal hechas”. La fiscala de Homicidios, Adriana Giannoni, que investigó todos los casos, encontró ciertas similitudes en los tres asesinatos, por lo que decidió profundizar la investigación y pidió que a los cuatro sospechosos se le extrajeran muestras para realizar una pericia genética. El tiempo le terminaría dando la razón.

En el caso de La Marta, el trapo celeste que habían utilizado para amordazar José Gómez tenía rastros genéticos que correspondían al ADN de Sánchez. El prosecretario Marcelo Sallas consiguió otra prueba para implicar a Rojas: puso el chip que estaba a su nombre en el celular que le habían robado a la víctima.

El crimen de Tala Pozo también tuvo un increíble desenlace. Del pico de la botella de cervezas que habían consumido tenía rastros de ADN de Sánchez, Rojas, Reynaga y Acosta. También fueron reconocidos por varios testigos en ruedas de reconocimientos.


Perfiles

Tanto Rojas como Sánchez negaron su participación en los tres crímenes de los que fueron acusados. El primero dijo que era víctima de una persecución policial, y el segundo, que no conocía a ninguno de los otros imputados y que jamás estuvo en la zona donde se produjeron los hechos.

Rojas, de acuerdo a fuentes policiales, tiene varios antecedentes de violencia de género, amenazas y lesiones. Tenía un pedido de captura vigente por haber golpeado a una persona. Los antecedentes de Sánchez son un misterio porque es un indocumentado. La fiscalía solicitó un análisis dactiloscópico para determinar si fue imputado por algún otro delito.

Los imputados fueron acusados de homicidio doblemente agravado por ensañamiento y criminis causae y tienen dos cargos por homicidio en ocasión de robo. En todos estos delitos las penas que se otorgan superan los 25 años.


 Carlos Conti Carlos Conti

La duda persiste

El misterio de Carlos Conti

A Carlos Conti lo condenaron a reclusión perpetua por los homicidios de los remiseros Carlos Julio Salazar y Claudio Pereyra, asesinados en 2004. También fue investigado por otro homicidio y mencionado en un cuarto, pero ninguna de esas dos pesquisas avanzó y los hechos terminaron quedando impunes. Han pasado 16 años de esos homicidios y no se respondió un interrogante: ¿el joven fue un doble homicida o un asesino serial?

Ricardo Décima, de blanco. Ricardo Décima, de blanco.

Un hecho insólito

El caso del “Jinete asesino”

En un hecho sin precedentes en los tribunales de Concepción, Ricardo “El Jinete Asesino” Décima recibió dos condenas a prisión perpetua en una semana por los crímenes de Walter Garzón (17 años), ocurrido en diciembre de 2013 y de Luis Pinilla (22), registrado en diciembre de 2016. Los policías lo definieron como uno de los más peligrosos homicidas que engendró en los últimos años el submundo de la delincuencia en el interior tucumano.

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