Algunas despedidas del rugby que deberán esperar por la pandemia

Algunas despedidas del rugby que deberán esperar por la pandemia

Los jugadores que tenían previsto retirarse en 2020 ya se preparan para hacerlo en 2021.

DIVERSIFICANDO. Para matar el tiempo, Santiago Pérez hace boxeo y enduro. la gaceta / foto de Foto Juan Pablo Sánchez Noli (archivo) DIVERSIFICANDO. Para matar el tiempo, Santiago Pérez hace boxeo y enduro. la gaceta / foto de Foto Juan Pablo Sánchez Noli (archivo)
28 Agosto 2020

Con la hoja de agosto prácticamente lista para ser arrancada del calendario, la gravedad de la situación epidemiológica en Tucumán le va dando cabida al pronóstico más pesimista: el de que este año no habrá rugby a nivel local. Cientos de partidos que no se jugarán, debuts en Primera que deberán ser postergados hasta 2021 y despedidas que tampoco podrán ser. En este último caso, la cuestión es más compleja: para quien ya tiene en la cabeza la idea de retirarse, esperar un año suena mucho más largo que para un debutante. Habitualmente, la decisión viene fundamentada por desgaste físico, obligaciones laborales y/o familiares, cuestiones que a veces no pueden dilatarse. Sin embargo, entre quienes tenían pensado dejar en 2020, la sensación general es que nadie puede digerir una verdad tan incómoda como la de haber jugado el último partido sin saberlo.

“Si el ocaso de tu carrera te agarra mal parado físicamente, viene bien un impasse para ponerte a punto. El problema es que este impasse se hizo muy largo. Y si tenías en mente retirarte, no te podés ir así, sin pena ni gloria. Tenés que hacer un último intento, dar lo mejor de vos y despedirte lo más alto que puedas. Es como cuando uno se muere. ¿Cómo querés que te recuerden? ¿Cuál es la última imagen que querés dejar adentro de una cancha?”, reflexiona Javier Villafañe, pilar de Los Tarcos, uno de los que había elegido 2020 para su último acto. “Sabiendo que 2021 puede ser mi último año, ya me estoy entrenando para eso”, agrega “Mapuche”.

“El año ya está perdido, no creo que se juegue nada”, certifica Jesús Albornoz, hooker de Huirapuca, que para matar el tiempo se subió a la bici. “Empecé con el mountain bike, es muy lindo, pero lo tomo como una actividad más para hacer en el verano. Para mí nada se compara a jugar al rugby”, asegura “Sapo”, para quien la temporada 2020 hubiera sido la decimoctava consecutiva en el plantel superior del club de Concepción. En estas condiciones no piensa irse, así que deberán ser 19. “Quiero tener un buen año y despedirme como creo que me merezco”, sostiene el monterizo.


Recalculando

Mantener la cabeza y el cuerpo ocupados es una buena forma de no pensar en lo que todavía falta para volver a jugar. Y así como Albornoz agarró la bici, a Santiago Pérez se le dio por el boxeo y el enduro. Además de seguir con las pesas en el gimnasio, claro. “Cómo será que el rugby me ocupa tiempo que me puse actividades para llenar ese espacio”, cuenta. El de Lawn Tennis también se había preparado mentalmente para tirar los últimos cartuchos en la segunda línea (una posición físicamente demandante), pero la cuarentena lo hizo cambiar de idea. “Estuve pensando y mi cabeza me dijo: vas a jugar al rugby hasta donde puedas. Te va a retirar el cuerpo, no otra cosa. Así que veré de tirar un añito más, y si es posible dos, para poder jugar con mi cuñadito, Juan Cruz Calliera, que está en M19”, explica “Tati”.

Lo interesante de este largo paréntesis rugbístico es que, en cierto modo, sirve como un vistazo de lo que será el retiro para quienes analizan esa posibilidad. “En mi club creo que somos varios, je. Yo tenía pensado jugar este año y parar, pero el ‘amigo’ covid nos obligará a esperar un año más”, lamenta Ricardo Salas, pilar de Cardenales: “esto me hizo vivo una especie de retiro adelantado, y es impresionante lo que se extraña, así que vamos a hacer los deberes para que en 2021, si Dios quere, todo sea normal y podamos jugar. Porque ni loco me retiro sin jugar”.

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