Si vamos de compras a un supermercado, gomería, casa de electrodomésticos y cualquier otro comercio que se le ocurra, al momento de concretar la compra, el cajero pasa los productos por una serie de rayos láser que leen algo que está impreso en el empaque y que se llama código de barras. Sí, esa bendita figura llena de rayitas verticales de diferente ancho, y debajo de ellas una serie de números. La definición dice que un código de barras es una imagen rectangular o cuadrada, formada por una serie de líneas paralelas y espacios blancos con un ancho variable, que puede tener dígitos numéricos en su parte inferior; esto permite que pueda ser escaneada. Es un elemento imprescindible para que los productos puedan estar en supermercados y tiendas para ser identificados unívocamente, es decir, que cada código corresponde con uno y sólo con un producto de todo el stock del comercio.
Cada franja del código tiene un valor distinto, ya que según el número de barras y la anchura de estas será su significado. Estas barras están organizadas en dos grupos separados por barras llamadas ‘guardias’, y son las únicas que no tienen significado. Cada barra está compuesta por 8 “sub-barras” horizontales, y cada una será de un color: negro o blanco. Dependiendo de los colores de cada sub-barra, la barra significa una cosa u otra, siempre usando el lenguaje binario en el que el negro es 1 y el blanco es 0.
Existen dos estándares para los códigos de barras y dependerá del país donde estemos para ver un tipo de código u otro. En casi todo el mundo se utiliza el estándard denominado EAN (European Article Number), que contiene 13 dígitos, mientras que en Estados Unidos y en Canadá usan el llamado estándard UPC (Universal Product Code), que contiene 12 números. En Argentina usamos normalmente el estándar europeo de 13 dígitos, que está en vigencia desde 1985 y fue creado en 1977. El sistema EAN-13 es la versión más difundida a nivel mundial y consta de un código de 13 cifras, aunque existe una versión corta de 8 posiciones que se utiliza cuando el espacio disponible para la impresión es pequeño.
Las tres primeras posiciones identifican al país (779 es Argentina). Las cuatro posiciones siguientes corresponden al código de la empresa. Los cinco dígitos restantes pueden ser administrados por el fabricante e identifican el producto. La decimotercera posición es una cifra de control que permite verificar si las cifras precedentes han sido correctamente leídas. Esta clave es para productos de consumo pero hay otras, un poco diferentes, que permiten identificar cajas o pallets de diferentes materiales. El dígito de control, como su nombre lo indica, sirve para controlar si todo está bien en el código y se obtiene haciendo una seria de operaciones matemáticas con el resto de los números.
La primera patente de código de barras fue otorgada el 7 octubre de 1952 (US Patent #2,612,994) por los inventores Joseph Woodland, Jordin Johanson y Bernard Silver en Estados Unidos. La implementación fue posible gracias al trabajo de los ingenieros Raymond Alexander y Frank Stietz. El resultado de su trabajo fue un método para identificar los vagones del ferrocarril utilizando un sistema automático. Sin embargo, no fue hasta 1966 cuando el código de barras comenzó a utilizarse comercialmente y recién tuvo éxito comercial en 1980.








