La rueda del fútbol en una final mágica: Sevilla campeón de la Europa League

La rueda del fútbol en una final mágica: Sevilla campeón de la Europa League

Sevilla, con Banega y Ocampos de titulares, se consagró otra vez. Los goles.

LOS MEJORES, OTRA VEZ. Sevilla logró la sexta copa de su historia; hasta acá nunca perdió una definición.  LOS MEJORES, OTRA VEZ. Sevilla logró la sexta copa de su historia; hasta acá nunca perdió una definición.
22 Agosto 2020

“El fútbol es la dinámica de lo impensado”, definió alguna vez el periodista Dante Panzeri. “Es una rueda, siempre da revanchas”, aseguran hasta el día de hoy muchos protagonistas. Y la final de la Europa League es una muestra clara de todas esas afirmaciones. Sobre todo los casos de Romelu Lukaku y de Diego Carlos.

En el amanecer del duelo, el defensor brasileño de Sevilla derribó dentro de su área al atacante belga de Inter (el mismo Lukaku cambió penal por gol para el 1-0) y cometió la falta sobre Diego Godín en la previa al transitorio 2-2.

Inter soñaba con volver a los primeros planos europeos de la mano de Lulaku y gracias a las torpezas de Carlos. Pero al igual que el alocado desarrollo de un juego novelesco en el Rhein Energie Stadium de Colonia, la rueda siguió girando y encontró un final totalmente diferente para los protagonistas de una final histórica, cambiante y llena de emoción

El 2-2 le caía bien al juego. Sevilla e Inter se habían repartido virtudes y defectos. Pero la definición contó con el condimento en dosis exactas de esos ingredientes que hacen muy diferentes al fútbol por sobre el resto de los deportes: mucha pasión y poca lógica.

Lukaku y Diego Carlos volvieron a ser protagonista en la recta final del juego; justo cuando la curva de rendimientos generales parecía comenzar a apagarse.

Primero el delantero desperdició una situación clarísima, de esas que no suele dilapidar. Tras correr casi 50 metros con pelota dominada, le apuntó al pecho al arquero marroquí Yassine Bounou. Y minutos más tarde, terminó de consagrarse como el villano del juego.

En una pelota parada, Diego Carlos ensayó una chilena pero su remate se iba ancho. Lukaku, en su afán por despegar el balón, puso la pierna donde no debía, venció su propio arco y erigió como el primer futbolista en convertir un gol a favor y otro en contra en una final europea.

Así, la rueda dio toda una vuelta y en el final premió al que había comenzado cabizbajo y castigó al que en el inicio sonreía con fuerzas.

La segunda copa más importante a nivel equipos del viejo continente viajó a España de la mano de Éver Banega y Lucas Ocampos (tuvieron un mejor torneo que final) que triunfaron en el duelo de argentinos por sobre Lautaro Martínez, quien realizó una gran campaña y sufrió como pocos el golpe del final.

Pero el fútbol es una rueda y así el que hoy está abajo mañana puede volver a lo más alto; tal cual sucedió ayer en Alemania.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios