Se viene el virus electoral

-Venga intendente, ¿por qué no se lanza para senador?

-Tranquilo gobernador. No hay que acelerar los tiempos. Me voy a quedar aquí. Tal vez si digo que sí (a una candidatura para 2021), usted quiera avanzar con la reforma.

El diálogo fue una chicana preelectoral. El gobernador Juan Manzur anduvo ayer por Yerba Buena para el acto de lanzamiento de la Tecnicatura Superior en Desarrollo de Software junto con el jefe municipal, el radical Mariano Campero. Las bromas siempre tienen algo de veracidad. Más allá de que las fuerzas estén concentradas, institucionalmente, en la pandemia de la covid-19, ningún espacio descuida el rumbo político hacia las urnas. Falta mucho tiempo. O no. El gobernador sigue tejiendo porque necesita sacar, el año que viene, el mejor resultado si es que quiere avanzar con cambios en la Carta Magna Provincial. Esa es una vieja aspiración. La continuidad del poder es el sueño de todo gobernante. Pasó con Antonio Bussi, pero las causas judiciales y las “triquiñuelas” internas conspiraron contra ese proyecto. Julio Miranda también tenía esa aspiración, pero la crisis de fines de 2001 derrumbó su estantería política por más de que dos años después haya podido sacar de circulación los bonos, con la ayuda de Eduardo Duhalde. José Alperovich pudo sostenerse tres mandatos consecutivos en la Casa de Gobierno y cuando la Constitución le puso un freno no pudo cambiarla. Hoy lucha en Tribunales para demostrar su inocencia en la denuncia sobre presunto abuso sexual, mientras se agota su mandato senatorial. A todos les desvela el poder. También a la oposición.

Manzur jugó todas sus fichas a Alberto Fernández. Así, se convirtió en uno de los principales aliados del presidente de la Nación. Sin embargo, el tucumano aún no puede romper el hielo con Cristina Fernández de Kirchner. La vicepresidenta dice que no es rencorosa... pero no se olvida de que el gobernador había dicho que ella era “un ciclo político que está concluido”. Esa declaración fue realizada hace casi dos años; un año después Cristina nominó a Alberto como el candidato del Frente de Todos. Las heridas siguen abiertas y seguramente volverán a verse las caras (o hablar telefónicamente) para definir las candidaturas a senador para 2021. Cristina ha dicho que necesita la mayor cantidad de voluntades afines dentro de la Cámara Alta. Y, por esa razón, puede llegar a tener injerencia en la confección de la lista del PJ. Manzur, a su vez, precisa robustecer su imagen y también poner a andar el aparato oficialista en la provincia.

La reunión del viernes a la noche entre el gobernador y el intendente capitalino Germán Alfaro desató una serie de especulaciones no sólo dentro del oficialismo, sino también en la oposición. Manzur sólo dijo que habló con el jefe municipal del cierre de los parques y plazas y de las licencias al personal que no reside en la ciudad. En Juntos para el Cambio leyeron que era otro encuentro con miras a 2021. En el PJ, varios dirigentes coinciden con la oposición, pero afirman que serán orgánicos. Incluso hay algunos que sostienen que Manzur está replicando con Alfaro lo mismo que hace Alberto Fernández con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. En la misma sintonía se inscriben los contactos más frecuentes con Campero, en una ciudad considerada vidriera y siempre esquiva al PJ en tiempos electorales. En la charla de ayer, Manzur también le tiró un centro a La Olla a Campero por el viejo predio que alguna vez fue elegido como potencial estadio mundialista. El mandatario provincial cree que en ese emplazamiento pueden construirse planes de vivienda en el marco de los programas nacionales. El intendente, a su vez, había proyectado ejecutar allí obras para instalar un Polo Cívico, Deportivo y Cultural, con emprendimientos privados que contribuyan a instalar dependencias públicas como una nueva sede de la intendencia, un polideportivo y una casa de la cultura. Eso es a largo plazo. A corto, el gobernador trata de contener, con obras, a otros dos intendentes de la oposición: Roberto Sánchez (Concepción) y Sebastián Salazar (Bella Vista).

La oposición prefirió quedarse en casa el feriado del lunes. La protesta callejera contra la gestión nacional y provincial no encontró liderazgos claros. No era momento para capitalizar y posicionarse, señalan en Juntos por el Cambio. Temían por una emboscada si había sobreexposición pública en la plaza principal de Tucumán. El gobernador, en tanto, guardó silencio. Pero el vicegobernador Osvaldo Jaldo, ministros y legisladores cercanos a la Casa de Gobierno tildaron de irresponsables, en medio de la pandemia, a los manifestantes.

De todas maneras, nadie quiere quedar fuera de foco en la foto política provincial. Radicales, dirigentes del PRO, de la coalición cívica y también del agro moverán sus piezas la próxima semana para rearmar una mesa chica de conducción. El objetivo es sostener el 36% alcanzado en la última elección. ¿Con o sin el intendente capitalino? “Las puertas están abiertas para todos”, señala el diputado nacional José Cano. De lo que sí están seguros en esa alianza es que la sociedad no admitirá grises en la contienda electoral del año que viene. Será blanco o negro. En la oposición, hay quienes sostienen que habría que repetir los mandatos en el Congreso; otros ya piensan en 2023 y también hay quienes aspiran a una renovación del espacio.

La política se despereza y trata de salir de la cuarentena para que no los sorprenda el virus electoral.

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