“El principio del fin de la covid-19 llegó en tiempo récord”

Dos infectólogos tucumanos ponderaron la celeridad con la cual se desarrollaron potenciales vacunas para combatir la nueva enfermedad.

MADE IN ARGENTINA. García González y Alberto Fernández anuncian la fabricación en el país de la vacuna. MADE IN ARGENTINA. García González y Alberto Fernández anuncian la fabricación en el país de la vacuna.

Desde el instante en que estalló, la pandemia de la covid-19 estuvo envuelta en varias sospechas; en especial, por parte de grupos escépticos, que suelen cuestionar la propia ciencia. Que era un invento, que no era tan grave, que ocultaba otros fines.

Con el correr de los días, de las semanas, de los meses, las cifras de contagiados y de muertos fue echando por tierra la mayoría de las dudas. Y hoy pocos descreen de la realidad pandémica. Pero estos, en su pasión por el descrédito, también cuestionaron la veracidad del desarrollo de vacunas contra la nueva enfermedad.

“No es de extrañar ni tampoco algo fantasioso lo que ocurrió en el mundo de la investigación. Por el contrario, sucedió como se suponía que debía suceder”, iluminó la infectóloga tucumana Aída Torres. “Ya el genoma viral se había descubierto en tiempo récord; un adelanto único. Pero, además, en el mundo hay muchísimos laboratorios -en todos los países, y en algunos casos, hasta cinco en un mismo país-; y muy desarrollados en biotecnología. Estos, unidos a las compañías farmacéuticas y a otras entidades que brindan apoyo económico, comienzan a desarrollar al poco tiempo una vacuna que, en ocasiones, toma como base elementos con los cuales ya se han fabricado otras vacunas”, explicó. Y trascartón añadió: “con el adelanto tecnológico, biotecnológico y de ingeniería genética en el mundo no puede resultarnos extraño que varias compañías intenten desarrollar una vacuna”.

Torres explicó que no hay una única manera de desarrollar una vacuna, sino que los laboratorios aplican distintas tecnologías. “En algunos casos, se atenúa el virus, que deja de ser un patógeno; entonces, se lo inyecta al cuerpo, y este genera sus anticuerpos que lo defenderán de una futura agresión del coronavirus. Otra aprovecha el ARN viral; acopla una ‘partecita’ del virus que produce antígeno más importante y cuando se lo inyecta, el cuerpo lo desconoce y produce anticuerpos. Con otra tecnología se extrae una proteína antigénica del virus, para acoplarla al plásmido, y se fabrica antígenos”, enumeró, entre otras.

La especialista insistió con que a nadie puede sorprender el avance del desarrollo de varias vacunas. “Un rasgo muy propio de nuestro tiempo es la celeridad. Una, porque se puede, desde el aspecto del adelanto tecnológico; y otra, debido a la urgencia de la situación, por las vidas en juego y por el desastre económico que genera esta pandemia”, subrayó.

En cuanto a la vacuna desarrollada por investigadores de la Universidad de Oxford -la cual, según había anunciado el miércoles el presidente, Alberto Fernández, se producirá en la Argentina-, Torres resalta que a la velocidad con la cual está avanzando debe sumársele un hecho que la hace única en la historia de la humanidad. “Se les permitió saltar la etapa de pruebas en animales y probarla directamente en humanos. Esto es histórico, y plantea un avance para las vacunas que vayan a desarrollarse a partir de ahora. Además, los resultados de cada fase son enviados a los organismos regulatorios que, en esta ocasión y debido a la urgencia, aceleraron las cuestiones burocráticas de las respuestas”, contó la infectóloga. Y celebra: “el principio del fin de la covid-19 llegó en tiempo récord”.


“Un hito”

Su homólogo y comprovinciano Gustavo Costilla Campero celebró en términos similares la velocidad en el desarrollo de vacunas contra la covid-19. “Esto es un hito histórico en la investigación de vacunas. Fijate que para que comiencen los ensayos de la vacuna contra el SARS pasaron casi dos años. Y para empezar con el movimiento de la vacuna contra la H1N1 pasaron de cuatro a seis meses. ¡En en el caso de la covid-19 apenas pasaron dos, y hay 54 candidatas!”, festejó el especialista. Y para resaltar la importancia de la noticia, recordó que algunas investigaciones aún prosiguen: “la posible vacuna contra el ébola sigue en desarrollo y la del VIH lleva 15 años”.

Costilla Campero indicó un par de cuestiones a las cuales se deberá atender en lo que respecta a la vacuna. “La memoria y la especificidad. Esta última, como el nombre lo indica, genera un anticuerpo para un antígeno determinado. La memoria tiene que ver el tiempo en que se mantiene la respuesta inmune; puede ser una dosis de por vida, o varias dosis cada tanto. En el caso de la vacuna de la Universidad de Oxford se evalúa la posibilidad de dos dosis”, precisó.

Sin menguar su entusiasmo por la noticia de la producción en la Argentina de la vacuna que están desarrollando científicos de Oxford, Costilla Campero señaló un par de cuestiones muy importantes. “No se trata sólo de tener la vacuna. El desafío es garantizar el acceso equitativo para todos los países, como pasa con las otras vacunas. Y eso tiene que ver con la parte logística y operativa. Las dosis deben llegar, los países deben incluirlas en sus calendarios. Y otro tema, para nada menor, tiene que ver con a quiénes se vacunará primero, porque resulta imposible vacunar masivamente. Deberán ser los integrantes de grupos de riesgo -adultos mayores, personas con enfermedades de base y personal sanitario-”, puntualizó el infectólogo.


Aspectos clave de la vacuna Oxford

1- La probaron en 1.077 personas sanas de Reino Unido (de 18 a 55 años). Los resultados se publicaron en la famosa revista “The Lancet”.

2- Al menos el 90% desarrolló anticuerpos (neutralizan el patógeno) y linfocitos T (destruyen las células infectadas). Sin efectos secundarios.

3- Para crear la vacuna se modificó genéticamente un adenovirus que suele resfriar chimpancés, para que lo detecte el sistema inmune humano

4- El adenovirus que utiliza esta vacuna no puede replicarse en el cuerpo humano. Entonces, es más segura y no causa daños colaterales.

5-
Pero a raíz de que no se replica quizá no baste una inoculación para repeler el coronavirus. Se cree que serían necesarias dos dosis.

6- La vacuna que desarrolla la Universidad de Oxford superó con éxito la fase I (mide la seguridad) y la fase II (mide protección).

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