Alrededor de 300 personas forman la comunidad artística tucumana

Alrededor de 300 personas forman la comunidad artística tucumana

Aunque aún no puede definirse quién es artista, se realizó un sondeo que ayudará a la política sobre el sector. Necesario relevamiento.

INTERVENCIÓN EN EL TIMOTEO NAVARRO. Un 65% de los registrados e inscriptos son artistas mujeres.  INTERVENCIÓN EN EL TIMOTEO NAVARRO. Un 65% de los registrados e inscriptos son artistas mujeres.

Como todavía está y seguirá estando sin respuesta el interrogante de quiénes son artistas, será necesario y más apropiado hablar de los miembros de la comunidad artística.

En una nota anterior, ya lo había indicado a este diario Fernando Farina que, como asesor, curador, docente y crítico ha recorrido el país y no pocos centros mundiales del arte. “Nunca se hizo ese trabajo por la imposibilidad de decidir quién se puede considerar artista. Cuando comencé a escribir en el diario (La Capital, de Rosario) hace 30 años, me di cuenta que todas las personas tienen un pariente artista o un amigo, o son artistas. Es como que levantás una piedra y hay un artista”, afirmó en una entrevista con LA GACETA.

La Dirección de Artes Visuales lanzó un mapeo de artistas en mayo y concluyó este fin de semana: se inscribieron 240 personas y 29 colectivos. La encuesta, bastante amplia, involucró a todas las actividades del sector (pintores, grabadores, escultores, diseñadores, curadores, críticos, montajistas).

“Estamos aún en la etapa de análisis de los datos, pero la participación ha sido muy buena. Las cifras muestran un porcentaje mayor de artistas mujeres (un 65%). El 85% de los inscriptos trabaja de manera independiente y el mayor porcentaje de la actividad se desarrolla en la Zona 7: San Miguel de Tucumán (86% ), y luego le sigue la Zona 6, comprendida por Tafí Viejo, Las Talitas, Trancas, Lules y Yerba Buena”, contó Raquel Zeitune, directora de Artes Visuales del Ente Cultural a este columnista. “Si bien muchos de los datos que arroja el registro es información que se conoce, es importante poder sistematizarla y que sirva como herramienta para generar futuras acciones”, agregó.

Con estas cifras, se podría decir que la comunidad artística de la provincia está integrada por alrededor de 300 personas.

En una nota publicada por LA GACETA se recordaba que el conocido marchand Ignacio Gutiérrez Zaldívar afirmaba que en el país había 20.000 pintores y escultores. “Pero artistas, no sé si 100”, aclaraba. En 2018, Milo Lockett, estimaba en 10.000 el número de artistas en el país. El tucumano Segundo Ramos (también marchand) opinaba: “no hay más de 40 o 50 en Tucumán”.

En ese mismo artículo, este columnista indicaba que la base no era inferior a los 300: “seguramente no hay menos de 300 pintores, escultores y grabadores que habitualmente trabajan” (LA GACETA, 2 de julio).

Sean ese número o más, importa para el Estado esa base para fijar una serie de políticas en relación a apoyos, acuerdos, convenios y trabajos. Y también para los integrantes de esa comunidad que tiene la pesada carga del individualismo desde hace siglos.

Pero también es útil para delimitar un área que funciona con alto grado de precariedad, sin salarios, ni beneficios sociales.

Por zonas

Entre algunas situaciones relevados se puede remarcar el carácter independiente así como precario de la actividad: el 86% no tiene personería jurídica, por ejemplo, ni relación de dependencia; ese mismo porcentaje se define como artistas visuales, y gran parte de ellos, son (igualmente) gestores, formadores e investigadores. El 76% se mantiene con recursos propios (un 45% no tiene una facturación propia) y más de la mitad tiene espacio físico para su actividad. Pese a ello, más del 40% exhibe una preparación académica universitaria.

ENCUESTA. Así se identifican los que respondieron la convocatoria. ENCUESTA. Así se identifican los que respondieron la convocatoria.

Alrededor del 86% reparte su trabajo en esta capital y Tafí Viejo, Yerba Buena y Las Talitas. La denominada zona 5 (Famaillá, Chicligasta, Monteros y Río Chico) quedó lejos, con un 3% (llamativamente, Aguilares, se encuentra en este grupo, una ciudad que tiene su propio Departamento de Artes de la UNT y el Centro Cultural Ricardo Rojas).

Conviene aclarar pues, que la inscripción era voluntaria y que establecía una serie de opciones entre las cuales los interesados debían elegir.

El mapeo, se insiste, involucra a todas las actividades del sector, y no se conoce en otras provincias una iniciativa similar. No hay, en rigor, relevamientos específicos de las artes visuales.

Los colectivos

La responsable del Museo Timoteo Navarro Cecilia Quinteros Macció contó que las presentaciones de los grupos son proyectos colectivos de gestión y producción en su mayoría; muchos son conocidos y están trabajando hace tiempo. “Solo un par de proyectos son relativamente nuevos: como Espacio Cobalto que es una propuesta virtual nacida en cuarentena de Facundo Cañazares y Florencia García Otta, o Revista Las Gárgolas que trabaja hace un año según el formulario”, describió. Únicamente El Taller se anotó como galería, un espacio que lleva una actividad de muchos años. Lateral y Fulana se registraron como proyectos de producción y gestión. Y en cuanto a ONGs los proyectos son Infoto, Fundación Las Margaritas y FACT.

Los grupos El Bondi, Maleza y Le Pasaje se inscribieron como proyectos de gestión. “Creo que generar los espacios para producir es un don de los artistas tucumanos. El tema es cómo se sostienen esos espacios y cómo la precariedad puede ser muchas veces la única opción pero no es el deseo real” sostuvo Quinteros Macció. “Hoy la virtualidad también abre nuevas posibilidades a los espacios de trabajo, sobre todo en este contexto de pandemia”, asegura.

Autoencuesta

No debe olvidarse que, por su cuenta, un grupo de artistas visuales autoconvocados decidieron realizar un autocenso con el propósito de fortalecer el diálogo entre las escenas del país conociendo la realidad de cada artista y trabajador de las artes, explicaron. La iniciativa la tomó Tavit en esta provincia, que llamó a inscribirse para potenciar la organización colectiva.

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