El humo de las quemas agrava la emergencia sanitaria vigente por la pandemia de la covid-19

El humo de las quemas agrava la emergencia sanitaria vigente por la pandemia de la covid-19

El organismo se vuelve más vulnerable a la acción del coronavirus, según un experto.

INVESTIGACIÓN. Según un estudio de una universidad de Canadá, el impacto de la covid-19 (contagios y muertes) crece un 10% en situaciones de incendios. INVESTIGACIÓN. Según un estudio de una universidad de Canadá, el impacto de la covid-19 (contagios y muertes) crece un 10% en situaciones de incendios.
08 Agosto 2020

El Gobierno de Tucumán inició una acertada campaña publicitaria, en la que resalta el impacto negativo indirecto que tienen las quemas -de banquinas, pastizales, caña o residuos- en el combate contra la pandemia: por un lado, las personas afectadas por el humo podrían ocupar camas y respiradores en los hospitales; por el otro, el fuego podría dejar sin luz a centros de atención sanitaria, cuyas capacidades no pueden ser disminuidas, y menos en estos tiempos. Alejandro Valeiro, coordinador del Laboratorio Virtual del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Europa -Labintex-EU-, con sede en INTA Famaillá, refirió a tal campaña para explicar la relación entre estos temas, tan presentes en la actualidad de los argentinos y, en especial, de los tucumanos.

Se sabe que la contaminación del aire por partículas disminuye las defensas de las personas expuestas al humo de las quemas y perjudica su sistema respiratorio y cardiovascular. Pero ¿puede haber una relación directa entre el humo de las quemas y la expansión de la covid-19?

Estudios

“El humo de las quemas es una mezcla compleja de muchos contaminantes del aire con relevancia para la salud pública. Se caracteriza por concentraciones elevadas de partículas finas que pueden durar días, semanas o meses en el ambiente. Existen trabajos de investigación -referidos, más que nada, a incendios forestales- que determinan que, por cada 10 microgramos por metro cúbico de aumento de esas partículas en el aire se incrementan un 6% las admisiones de pacientes con asma en los hospitales”, indicó Valeiro.

Un artículo de Sarah Henderson (Universidad de British Columbia, Canadá), publicado en estos días en la revista de la Asociación Americana de Salud Pública, sostiene: “aunque hay evidencia limitada específica sobre el humo de los incendios forestales, la exposición a partículas finas se ha asociado de manera consistente con una mayor susceptibilidad a las infecciones virales respiratorias. Los mecanismos no se describen completamente, pero la mayoría de la evidencia sugiere que la exposición a la contaminación del aire conduce a inmunosupresión, inflamación y disminución de la inactivación de patógenos por los macrófagos (células del sistema inmunitario que se localizan en los tejidos). Si el SARS-CoV-2 continúa circulando y la temporada de incendios este año es extrema, la contaminación por humo puede aumentar la susceptibilidad de la población al virus y causar más casos graves de la enfermedad”.

Según Valeiro, en su artículo Henderson llega a especular que, en una situación contrafáctica en la que la actual pandemia de coronavirus coexistiera con una temporada de incendios forestales de magnitud e intensidad moderadas, como la del verano de 2018 en Estados Unidos (la actual recién está comenzando), tendría el potencial de aumentar el impacto de la covid-19 en aproximadamente un 10%; y calcula, incluso, cantidades mayores de contagiados y de decesos potenciales. “Aunque hay muchas incertidumbres en este ejercicio hipotético, ayuda a contextualizar la magnitud de la preocupación que plantea el asunto”, dijo el experto del INTA.

Precisa que si bien la contaminación del aire por las quemas en la Argentina -en Tucumán, en Santa Fe, en Formosa, en Entre Ríos, etcétera- puede resultar de una composición diferente a aquella provocada por los incendios forestales estadounidenses, no se puede descartar, a priori, que los efectos resulten similares.

Tareas

“Primero se deben redoblar los esfuerzos que ya se hacen para prevenir y evitar las quemas de todo tipo. Aunque todavía queda mucho por avanzar, las instituciones y empresas que participan de las iniciativas de la Mesa de Gestión Ambiental de Tucumán lograron disminuir y acotar las de caña de azúcar, mediante una estrategia clara y 10 años de esfuerzos. Sin embargo, persiste la asimilación cultural entre el fuego y la limpieza: no disminuyen las quemas de banquinas, pastizales, malezas, basura, entre otras; y, muchas veces, esos focos se descontrolan, pasan a los cultivos y arrasan con todo. Debemos redoblar esfuerzos con más campañas de sensibilización para la población en general”, aconsejó Valeiro.

Agregó que en caso de que las quemas igualmente se produzcan, la única forma de controlar la potencial amplificación de la covid-19 por el humo es reducir la exposición de la población, aunque sus opciones son bastante limitadas. “Por una parte, una de nuestras mejores defensas es un aire interior más limpio, dado que la mayoría de las personas pasan la gran mayoría de su tiempo adentro, por las bajas temperaturas o por la cuarentena. Pero este consejo choca con el de ventilar los ambientes para reducir la potencial contaminación por la covid-19. Habrá que buscar una solución de compromiso”, dijo.

Señaló que si bien el INTA no está en la primera línea de la lucha contra el coronavirus, su experiencia en temas productivos y ambientales les permite agregar una recomendación a las ya conocidas de quedarse en casa, mantener la distancia social, usar barbijo y lavarse las manos con frecuencia: “¡no queme!”.

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