Los colores y los dibujos tienen sonido en el mundo cotidiano de Ignacio Stesina

Los colores y los dibujos tienen sonido en el mundo cotidiano de Ignacio Stesina

Entre grafitis y murales, y los diseños profesionales, el dj se propone no abandonar ninguna actividad. “Seguiré jugando con las formas y la multidisciplina”, dice.

EN ACCIÓN. En las imágenes que desarrolla en las paredes, la geometría es una constante, aunque reconoce que disfruta de todos los estilos.   EN ACCIÓN. En las imágenes que desarrolla en las paredes, la geometría es una constante, aunque reconoce que disfruta de todos los estilos.

Ignacio Stesina cuenta que vive de su profesión. Pero la pregunta obligada es saber ¿cuál? Porque es grafitero, muralista, diseñador, dj y participa asiduamente en los triatlón.

“Creo que disfruto mucho la no responsabilidad de ser artista o dj o muralista, o atleta; juego a esos roles; entro salgo, guiado por mis inquietudes o intereses de los distintos momentos de la vida misma, lo que me permite distancia y descanso de lo demás”, le cuenta a este columnista.

A los 18 años abandonó la casa de sus padres; temporalmente vivía con amigos, abuelas y familiares. Confiesa que fue un chico conflictivo y lleva en su haber el recorrido por distintos colegios.

“Nacho” asegura tener una postura firme sobre la multidisciplina: “considero que componer un espacio, componer un diseño, componer un track de música, armar una escenografía, un mural, o la tapa de un Ep a pedido, es lo mismo; solo cambian los elementos de composición y los lenguajes, pero al final lo trabajo bajo las mismas mecánicas”, explica con claridad. Más adelante dirá que todo lo que hace, lo carga en la misma mochila.

Trabaja con sus aerosoles en las calles, dejando sus marcas en las paredes, pero también en el interior de algunas casas. Y lo mismo sucede con sus murales, públicos y privados, con colores que destacan las imágenes y hasta las letras. La geometría define bastante su actividad.

Como dj formal comenzó en Tjanaima pero después vinieron las residencias de varios años en Pollock y La Boite; igual, tocaba en la inauguración de algunas exposiciones, como en OSDE de Yerba Buena y otros eventos en el Centro Cultural Virla.

DESDE LA CONSOLA. Pasó de amateur a residente en diferentes clubes.  DESDE LA CONSOLA. Pasó de amateur a residente en diferentes clubes.

Ignacio Stesina tiene una hija de seis años y vive en pareja. Pasó su adolescencia en los recitales de punk, harcore-punk, letras y fanzines que hablaban de crueldad animal, abortos clandestinos, no banderas, no sexos, no raza, no color. Son luchas que hoy son visibles. La autogestión es el resumen de esa época, describe.

El artista se siente bien con el arte contemporáneo, que tanto observa como consume, pero aclara que algunas cosas le gustan y otras no.

En otras palabras: con facilidad transita de una disciplina a otra; mezcla géneros y estilos y actúa en los espacios públicos y privados. El color, el dibujo y el volumen pertenecen a su mundo cotidiano.

- Comencemos por la música o los murales...

- Como dj, me inicié en mi casa con amigos del palo del hip hop,. de la mano de un negro querido Juan Caminos, de Córdoba, que vino de visita y sembró algunas semillas del frondoso árbol del rap, y como todo crack, era un tipo muy desprendido, se volvió a Córdoba y me dejó en casa un mixer y dos tocadiscos que usé y usaron varios amigos, ya que yo vivía solo y se podía hacer ruido. En su estadía me enseñó mezclas, y scratching, y me dejó los equipos con la promesa de que practique. Igual el escuchar música era una actividad diaria desde que tengo memoria, como quien se sienta a leer un libro; yo me bajaba la discoteca de mi viejo, mucho folclore vocal, música latinoamericana. En Tjanaima toqué en un ciclo hiphopero. La electrónica era una evolución lógica desde la música negra del rap al funk, más tarde al house; después me cebé mucho con el minimal del 2000 y el techhouse, pero siempre me interesaba otra textura, algo que también se sienta latino. Y vinieron las residencias en las que siempre tuve mucha libertad de sonido.

- Estabas identificado en el ambiente...

- La identificación es algo que me cuestioné mucho, la sufrí por momentos, pero finalmente disfruto la no etiqueta; es algo que el mercado te empuja para ser identificable en términos comerciales como un producto cultural, intelectual o de la naturaleza que fuere. Siempre admiré mucho el concepto griego y posteriormente renacentista del artista completo, que incluso contemplaba cultivar el cuerpo y el perfil atlético del ser. Juego a esos roles, entro y salgo, guiado por mis inquietudes o intereses en distintos tiempos.

- ¿Y el muralismo?

- Los temas de mi muralismo siempre fueron el grafiti tipográfico, a veces más clásico con línea expresiva, fondos rellenos, luces esfumados, sombras, recursos pictóricos propios del estilo y en otras etapas más de mucha mano libre sin boceto. Ahora empecé a salir de ese tema; pinto en soportes chicos; algo que no hacía, pero se podría decir que la geometría es algo constante, en mis dibujos, en murales, en diseños, algunos más otros menos; tu estilo termina definiéndose por tus limitaciones, más que por tus facilidades o virtudes. Me representan algunos de los últimos, donde aparecen grafitis, imágenes prehispánicas, hojas de coca, siempre entre lo local y lo extranjero, entre lo propio y lo ajeno, lo heredado o lo adquirido, si se quiere. No pienso dejar de hacer nada, y en simultáneo. seguiré pintando, seguiré jugando con sonidos, formas, materiales, herramientas, lo mecánico o lo electrónico, lo nuevo lo viejo, lo seriado lo artesanal. Pero hoy por hoy me sigo formando como profesional del diseño. Soy más sistémico ahí. y es también mi lucro. Aunque haya proyectos que los haría gratis.

- Banksy... un debate pendiente.

- Banksy creo que es el identificable dentro de un movimiento muy mixto que derivó en un macro grupo llamado arte urbano; yo prefiero el concepto “posgrafiti”; me gusta y respeto y admiro su obra. Pero me inclino más por Does, Daim, Hombre-Suk Arsek &erase, de afuera, y nacionales, miles... podríamos estar horas. Porque otra vez caigo en que disfruto de la existencia de todos los estilos.

- Hay toda una teoría que asegura que el artista es como un dj.

- Sin duda se labura en todos los campos sobre lo anterior, lo existente, el hombre ordena y parametriza el universo en base a sí mismo; la evolución del conocimiento funciona pisando sobre estas certezas y sobre su resignificación, y su traducción a nuevos idiomas. Tecnologías o paradigmas, quizá los mayores beneficios de la multidisciplina, sea lo útil y lo automático que resulta para establecer paralelos comparativos entre las ramas, los fenómenos, lo teórico y lo práctico de cada cosa. Entiendo y aprendo más de esa relación entre las cosas, los paralelos y lo comparativo.

- ¿Cómo te va con el arte contemporáneo?

- Al arte contemporáneo le tengo siempre curiosidad, lo consumo, voy a los museos; también porque suelen ser edificios muy atractivos y eso suma a la experiencia “museo”; en cuanto a la producción, como en todo hay cosas que me gustan mucho y otras a las que seré menos sensible.

- ¿Hay relaciones precisas entre las distintas artes que hacés?

- Entre lo que se dibuja, o pinta, el diseño o las formas de diseñar, o fabricar y la música, siempre hay mucha ida y vuelta. Grafitás un boceto de un suplicante de la cultura alamito, o loopeás una guitarra de Atahualpa arriba de una base de hip hop o un vocal de Soledad Bravo encima de un loop de tech house. O veo una foto de un mueble de la casa de mi abuela, un lugar que ya no existe, y hago mi versión de eso con los usos y materiales actuales, mecanizados en control numérico. como un mash up. También me pasó que como era dj, los primeros trabajos de diseño fueron cabinas, pantallas, boliches, y por ejemplo, tenés otra data a la hora de diseñar, idea de luz de sonido, de acústica, funcionamiento, como navega el espacio la gente, en definitiva son herramientas que vas metiendo el la mochila.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios