“El sector ladrillero está en estado crítico”

“El sector ladrillero está en estado crítico”

El sindicato de obreros aguarda por la reglamentación una la ley y los empresarios piden controles para que se registre a más trabajadores.

PRODUCCIÓN. El faltante de leña por el cierre de límites aparejado a la pandemia paralizó la producción de ladrillos macizos artesanales en la provincia. la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll PRODUCCIÓN. El faltante de leña por el cierre de límites aparejado a la pandemia paralizó la producción de ladrillos macizos artesanales en la provincia. la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll

En Tucumán hay escasez de ladrillos, el stock disponible aumentó de precio y el presente para los pequeños productores es desesperante, según la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra). “La producción tucumana de ladrillo macizo artesanal está en estado crítico por la pandemia y por las dificultades para continuar su manufactura. Los ladrillos que hay en el mercado han tenido un incremento de precio que consideramos abusivo. El precio del ladrillo de la boca de horno cuando había producción rondaba los $ 5.500 para 1.000 ladrillos. Entre ladrillos de primera y de segunda suele haber una variación de entre $ 1.000 y $ 2.000. Entonces los grandes corralones lo han estacionado en un galpón y ahora venden los 1.000 ladrillos a $ 16.000 si son de primera y $ 11.000, de segunda. En algunos casos se multiplica por tres el valor, el productor se queda con muy poco y todo va para el vendedor mayorista al consumidor”, explicó José Bustos, secretario general de la Uolra en Tucumán.

La situación se replica en casi toda la provincia. Según Bustos, cerca de 2.500 familias se dedican a la producción del ladrillo macizo artesanal pero la situación aparejada a la pandemia hizo que muchos deban dedicarse a otras tareas para sobrevivir. “La situación es grave, los compañeros están sufriendo desde enero la problemática de las inundaciones y después no se pudieron recuperar por la cuarentena. No se puede trasladar leña desde Santiago del Estero así que la producción está en ladrillo crudo que no se puede quemar por esta situación de cierre de límites. De 500 hornos de ladrillos activos hay alrededor de 40”, describió Bustos.


Mirada empresaria

Alberto Guardia, titular de la Cámara Ladrillera provincial y de la Federación Económica Provincial coincidió con la mirada sindical en la importancia de la aplicación de la ley provincial que regula la actividad.

“Hemos reorganizado la Cámara hace poco y cuando comenzamos a movernos para regularizar la actividad ocurrió la pandemia. La ley de regularización de la actividad está pronta a ser reglamentada, se constituirá una mesa ladrillera para trabajar sobre esto. Avanzamos en gestiones con el Ministerio de la Producción y el sindicato. Lo que ocurre es que la actividad ladrillera es tradicionalmente marginal porque aunque es un insumo básico de la construcción son pocos los productores regularizados con personal en regla, autorizaciones y aptos ambientales, porque la producción de ladrillos comprende la actividad minera. Solicitamos al Gobierno una fuerte intervención para impedir la actividad ladrillera en negro, con personal sin registros y hasta casos de trabajo infantil”, consideró el dirigente empresarial.

Guardia explicó que la producción del ladrillo en la provincia, aunque tiene la misma disponibilidad de insumos durante todo el año, tiene precio estacional por las épocas del año en las que puede producirse. “Está sujeto también el precio al juego de oferta y demanda, por lo que el millar de ladrillos puede pagarse ahora a $ 12.000. Entonces entran ladrillos de otras jurisdicciones, como de Santiago del Estero, que tiene mejores condiciones y por eso es más barato. Apenas se reglamente la ley convocaremos a la mesa ladrillera para ordenar el sector, si aumenta la demanda y el precio es elevado aparecerán sustitutos más baratos, como bloques, paneles, suelo cemento, sistemas secos o mixtos. Lo que se debe hacer es encauzar y regularizar la actividad”, agregó.


Reclamo sindical

“Nosotros vemos que respecto a noviembre del año pasado se ha producido un 30% menos. La mayoría no produce o arma los ladrillos en adobe pero no los puede quemar, es decir, no hay ladrillos para construir. La leña viene desde Santiago del Estero, y como está bloqueado el sistema de traslados está paralizada la tarea. La leña de acá se comercializa a precios inclusive tan caros que se realizan trueques: un camión de leña cuesta 5.000 ladrillos. Un productor que quemará un tabique de 50.000 ladrillos necesita cuatro viajes de leña y le quedarán nada más que 30.000 ladrillos para vender. Al microproductor ladrillero, que realiza el ladrillo de barro artesanal, le queda un 13% de la producción, si puede quemar. Encima compran ladrillos de otras provincias, que son salitrosos, lo que afecta aun más al sector”.

Esta situación llevó a que se haya incrementado el precio del ladrillo en stock. La cúpula de la Uolra alerta que en el momento en que se pueda volver a producir ladrillos y se reactive la producción podría generarse una “burbuja” que eleve aún más el valor del ladrillo.

“Se produce una brecha como con los supermercados y los productores primarios: el ladrillo sale barato en la boca de horno, se estaciona en un galpón de acopio y el empresario determina el precio. Necesitamos que el Ministerio de la Producción convoque a la Mesa Ladrillera provincial”, expresó el sindicalista.

La mesa del sector fue creada por una ley sancionada en 2018, la ley de Registro Provincial Ladrillero (9.178), que está promulgada pero no reglamentada. Cuenta con dictamen favorable de la Fiscalía de Estado, por lo que se descarta su pronta puesta en vigencia.

“Entendemos que la mesa es el factor que determinará la política del sector. Si vemos que el precio del ladrillo es irrazonable para el consumo, queremos que se fije un precio máximo. Hoy el trabajador que quiere realizar una reforma pequeña en su casa, no puede. Si quiere hacer una habitación extra en su casa supongamos que necesite 5.000 ladrillos. Necesita 50.000 pesos. Queremos que se reconozca el trabajo de microporductores y de trabajadores de la economía popular, de las familias ladrilleras. Muchos son trabajadores golondrinas: venden ladrillos en otoño, invierno y primavera y en verano van a las cosechas del sur. Eso ocurre porque no se puede acopiar ladrillos como productores primarios, porque la gente vive en terrenos inundables para poder trabajar pisando tierra y haciendo adobe. En verano las lluvias hacen crecer los ríos y cada tormenta hace estragos”, puntualizó Bustos.


Sacar los pies del barro

José Bustos explicó que la tarea productiva continúa siendo artesanal, por lo que implica un elevado daño a la salud. La producción ladrillera, según el último Plan Nacional Minero, incluye al ladrillo macizo artesanal como actividad minera de tercera categoría. “La lógica de producción en el 90% de la provincia es con pies en el barro. En algunos lugares funciona -como en la Cooperativa Ladrillera del Este- una máquina que corta ladrillo, eliminando la metodología generalizada y milenaria: un ladrillero para hacer 1.000 ladrillos se agacha y se levanta 500 veces porque desmolda dos ladrillos por vez. Repite la tarea otras 500 para pararlo al ladrillo. Es la misma manera de hacerlo que hace miles de años, es un proceso de adobe que es lo más resistente. El período fuerte de los ladrilleros es invierno: a las 3 o 4 meten los pies en el barro para cortar ladrillos. Lo que queremos hacer es erradicar los pies del barro de una buena vez”, expuso.

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