El Sagrado Corazón celebra 120 años de tradición e historia

El director general del colegio, Guillermo Di Lella, recrea los pasos previos a su fundación. Un milagro que permitió la llegada de lourdistas.

EMBLEMÁTICO. La puerta de entrada del colegio Sagrado Corazón, institución clave de la enseñanza local.  EMBLEMÁTICO. La puerta de entrada del colegio Sagrado Corazón, institución clave de la enseñanza local.
26 Julio 2020

Se están cumpliendo 120 años de la fundación del colegio Sagrado Corazón, uno de los más tradicionales de la provincia. Desde el rectorado de esa institución planearon diferentes actividades que debieron ser suspendidas a causa de las medidas de confinamiento.

Sin embargo, Guillermo Di Lella, su director general, no quiso que el aniversario pasara inadvertido y repasó la historia de la fundación del colegio en tres videos que compartió a los alumnos, y que luego subió a YouTube.

Habían pasado casi 200 años desde la aparición de la Virgen del Valle en Catamarca, según explica el director, y los sacerdotes que animaban el santuario de Nuestra Señora del Valle, junto con el obispo Pablo Padilla y Bárcena, querían hacer una gran fiesta por ese bicentenario, en la que tenían en mente coronarla. “En esos años se necesitaba una autorización del Vaticano para coronar una imagen de la Virgen”, aclaró Di Lella.

Para sortear ese tema, el obispo le encomendó a fray Bernardino Orellana conseguir el permiso en la Santa Sede y que fabriquen en Europa la corona. Además, se le encargó conseguir una congregación religiosa que se hiciera cargo de un seminario en el norte argentino.

Para lograr esto, Orellana necesitaba dos condiciones: que la Virgen fuera una devoción popular (lo cual ya era) y que se le pudiese adjudicar un milagro.

Milagro y celebración

En esa época, cuenta Di Lella, en la familia Méndez de Tucumán había una niña que estaba desahuciada por los médicos y, siempre siguiendo con su relato, se esperaba que se produjera su deceso en cualquier momento. La familia acudió a la Virgen para encontrar una solución y se dio el milagro: la niña se curó totalmente. Fue un hecho inexplicable para los médicos de la época, que le atribuyeron el hecho a la intercesión de la Madre de Dios. A partir de ello, Orellana partió a Roma, consiguió la autorización por parte del Vaticano, pero aún faltaba el orfebre que fabricara la corona, para lo que debió viajar a Francia.

Tenía una tarea más: le faltaba conseguir la congregación religiosa. Al no conseguirla en París, Orellana viajó hasta Lourdes y allí encontró a los misioneros de la Inmaculada para viajar a Argentina.

“Cuando llega la congregación se hace una gran fiesta de coronación de la Virgen en Catamarca, y los padres lourdistas empezaron a hacerse cargo del seminario. La celebración tuvo repercusión nacional, hubo invitados de todo el norte e incluso viajó una delegación de autoridades de la Nación y otra del Vaticano encabezada por el nuncio apostólico de ese momento”, explicó Di Lella.

Fundación del colegio

Algunos años más tarde, la Iglesia determina que cada provincia del norte tenga su diócesis. Se forma así la de Tucumán y los padres lourdistas invitan a las autoridades de la Iglesia en la provincia a formar un seminario local.

Es entonces cuando el obispo Padilla y Bárcena le pide al grupo de sacerdotes que soliciten la autorización a su superior en Francia para que puedan fundar un colegio.

“Pasaron los meses y entre misiva y misiva, en las que consultaban y acordaban qué iban a hacer, dónde lo iban a ubicar y con qué medios lo harían, se acepta la propuesta y se habilita la construcción del colegio para el año 1900. Esa autorización termina con la firma de los miembros del Concejo General de la congregación bajo la frase ‘bendito sea el Sagrado Corazón’, a partir de lo cual se le da el nombre el colegio”, continúa la historia.

Los padres lourdistas fundaron la institución educativa sobre la calle Rivadavia (actualmente Virgen de la Merced), en un edificio que constaba de una serie de pequeñas habitaciones pegadas entre sí, por lo que se lo llamaba la “vizcachera”. Así, siguiendo la narración, se consolidó la formación del colegio que recibió a miles de jóvenes durante tantos años.

“Todas las promociones de alumnos, que son 120 con la de este año, marcaron y siguen marcando la historia de Tucumán”, destacó Di Lella, quien luce orgulloso su rol como autoridad del Sagrado Corazón.

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