El Ojo Crítico: "Intolerante"

El Ojo Crítico: "Intolerante"

Un quejoso con chispazos de originalidad.

EN SU HÁBITAT. Jefferies enfoca los temas de siempre con algunas perspectivas novedosas. EN SU HÁBITAT. Jefferies enfoca los temas de siempre con algunas perspectivas novedosas.

BUENO

STAND UP / POR NETFLIX

No es la primera vez que Jim Jefferies se para en un escenario y vuelca un monólogo de stand up sobre cientos de espectadores. Sin embargo, para muchos de nosotros en nuestro país será como un descubrimiento. Jefferies es un humorista australiano al que nos cuesta identificar de otras producciones. Cuenta con varios shows filmados y muchísimos otros pertenecientes a giras por Australia y y Estados Unidos (los menos) de los que seguramente no hay registro. Es por eso que “Intolerante” (recientemente estrenado por Netflix) será una aventura hacia lo desconocido, como varios de los contenidos que ofrece la plataforma.

El nombre del show, algo clásico para un humorista de estas características que suele quejarse y buscar complicidad, es honesto. No sólo porque es lo que hará durante poco más de una hora sino también porque tiene otro significado dentro de su vida, que desglosará con bastante gracia. Sobre esos dos términos -como si fueran rieles- transcurrirá todo el monólogo -como si este fuera el tren-. Podrá desviarse por momentos pero no tardará en volver a la ruta habitual, el hilo conductor de todas sus ideas. Es decir: es muy claro lo que nuestro nuevo amigo Jim quiere decirnos, y si bien se tomará su tiempo para hacerlo por completo, lo hará sin dudas.

Recién lo conocemos pero podemos arriesgar que la manera en la que nos lo dirá es graciosa, por momentos. Es ocurrente la mayor parte de las veces y provocativo casi siempre. En este último casillero es donde surgen dudas. Sobre todo si es nuestra primera vez siendo su “público”. ¿Es verdaderamente provocativo o simplemente una pose para obtener el enojo?

Su postura sobre temas sensibles generalmente es la “incorrecta” pero estamos tan atestados de estas posiciones falsas para crear controversia que nos invita a sospechar. Por ejemplo, lanza su chiste machista sin dejar de mencionar el revuelo que causará a causa del momento histórico que atravesamos. Tampoco se hace drama en validar el “bullying” a los gordos, por ejemplo, pero asumiéndose como uno de ellos y generando algo de empatía. Quizás eso también sea algo que descubrimos en Jefferies: si va a quejarse o criticar lo hará muy inteligentemente, aunque el blanco sea un lugar común. ¿Cuántas veces escuchamos chistes sobre el cuidado personal de la mujer y el tiempo que le lleva? Infinidad de veces. Él también lo hace, pero al menos con una teoría original.

Los baches están pero son salvados a tiempo.

Cuando parece que el show puede caerse aparece una idea original. Valorar a los asiáticos, por ejemplo, en medio de anécdotas con personas de distinto origen. Pocas son las voces a favor que los asiáticos obtienen en escenarios turísticos debido a las fotos que sacan todo el tiempo y a sus salidas en masa.

Quizás para una calificación definitiva sea necesario ver otro de sus trabajos. Una segunda cita con él, al que acabamos de conocer. Si todo se centrara en este monólogo digamos que no es lo más gracioso que verán, pero tampoco parece una hora perdida. Una evaluación equilibrada y con crédito para una segunda chance.

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