El Ojo Crítico: “7500”

El Ojo Crítico: “7500”

Emociones desde la cabina de un avión.

SOLO Y ENCERRADO. Un notable trabajo de Joseph Gordon-Levitt. SOLO Y ENCERRADO. Un notable trabajo de Joseph Gordon-Levitt.

MUY BUENA

PELÍCULA / POR AMAZON PRIME

“Hubo una época en 2015 cuando un montón de jóvenes, sobre todo de Europa, dejaban sus casas para unirse al ISIS. Vi una noticia sobre un chico que cuando cumplió 18 años volvió después de haber estado en el ISIS... Totalmente desilusionado y desradicalizado.” El tema le pegó fuerte a Patrick Volrratch y así lo expresó durante una entrevista con Variety cuando le preguntaron acerca de las motivaciones que rodean su opera prima: “7500”.

Protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, la película nos cuenta la historia de un vuelo rutinario de Berlín a París que se ve atacado por terroristas a poco de despegar. Pero el atractivo de la narración no gira precisamente sobre esa circunstancia. Gordon-Levitt interpreta al copiloto del avión, Tobbias Ellis, que permanece encerrado en la cabina y por ningún motivo puede abrir la puerta, ya que los terroristas tomarían el control de la aeronave. Ellis queda así separado de los pasajeros y de las azafatas, por lo que la cámara será su única compañera. El film se condensa entonces en lo que sucede en esa cabina.

A este llamativo enfoque se le suma la atinada decisión del director de no utilizar música ni cortes en las escenas. “7500” sigue la acción en tiempo real. Para el espectador esto se traduce en una experiencia más verídica: la película lo instala en el corazón del avión, viviendo segundo a segundo la tensión de los acontecimientos. Claro que la buena actuación de Gordon-Levitt ayuda mucho en ese sentido.

El guión, obra de Vollrath y de Senad Halilbasic, no pretende retratar a héroes y villanos, prescindiendo de esa visión simplista que suele caracterizar a este tipo de historias. Por el contrario, “7500” apunta a mostrar personas reales, que encerradas en un espacio muy pequeño exhiben su verdadera humanidad.

“Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”. Con esa cita de Gandhi arranca “7500” y marca la mirada política del realizador. Sin intentar concientizar ni ensayar una bajada de línea, la película es un exponente puro del género, con un sólido manejo del suspenso y de la tensión. Nunca pierde el foco.

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