Que desfilen los modelos no aceptados y los marginales

Que desfilen los modelos no aceptados y los marginales

“Éramos muy felices”, describe el artista Jorge Lobato Coronel, quien explica qué ideas se discutían. Un museo vivo.

POR DOS PESOS. Hubo varias funciones a sala llena. POR DOS PESOS. Hubo varias funciones a sala llena.
14 Junio 2020

Jorge Lobato Coronel tiene el archivo y una memoria emotiva y emocional que le permite disfrutar de los 90, con perfil bajo y sin verborragia. “Éramos muy felices”, sostiene. Tenor Grasso tuvo su jornada conmemorativa con videos y fotos cuando se realizó una muestra antológica del artista en 2011, en el Centro Cultural Virla.

- ¿Cómo plantearon el discurso?

- Conversamos mucho, hablábamos de los que no tenían lugar, de visibilizar los modelos no aceptados, lo marginal, lo gay, los gordos en la pasarela como sitio común. En un principio, en el desfile iba a haber carteles con lista de calorías, se serviría merengue rosa todo en exceso. Pensábamos que podía desfilar la gente mayor, también.

- Y en términos artísticos...

- Buscamos algo alternativo en la lectura de lo instituido de la moda, en la necesidad de construir un lenguaje plástico y no las muestras aburridas que había. La idea de lo espectacular, del espectáculo del cuerpo como soporte y su riesgo en escena. Hablábamos mucho sobre si la pasada solo era conceptual, si solo era diseño, si toda performance denuncia, lo objetual y todo eso. Los debates eran permanentes.

- Era otra forma de exponerse.

- Con el desfile en el Museo de la UNT (en septiembre de 1995) cambió el concepto de exposición, y la institución se convirtió en un museo vivo. Con camarines, ensayos, fotógrafos, móvil de exteriores y transmisión por televisión y un público que llenó el local. Albergó la espectacularidad de la representación y un quiebre en el arte de la provincia.

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