Por Álvaro José Aurane
09 Junio 2020
LO QUE DICEN LAS CIFRAS. El mayor porcentaje de denuncias corresponde a mujeres de entre 30 y 39 años (33,3%) y con secundario completo (25,9%). NEWS WORLD
Hay dos noticias. Una es buena y la otra es mala. Aunque muchos chistes comienzan con esa fórmula, el asunto es serio. Tanto en lo referido a la buena nueva como a su antítesis.
La buena noticia es que, en materia de lucha contra la violencia de género, el Poder Judicial tucumano lleva invertido mucho tiempo y muchos recursos humanos en educar a los agentes del Estado para el combate y la erradicación de este flagelo social.
Suman 2.573 los miembros de la Justicia, en sus tres estamentos (empleados, funcionarios y magistrados) han tomado capacitaciones en esta materia impartidas por la Oficina de la Mujer, en sus ocho años de existencia. “Y se han registrado 5.724 asistencias, es decir, personas que han asistido a más de una actividad” organizada por esta dependencia, precisa la presidenta de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, Claudia Sbdar.
La Oficina de la Mujer fue creada en 2012 mediante la acordada 721/12, dictada por la Corte a iniciativa de Sbdar y comenzó a brindar capacitaciones en marzo del año siguiente. “Fue a partir de un trabajo coordinado con la Oficina de la Mujer de la Nación para la incorporación de la perspectiva de género en las decisiones judiciales. La oficina de Tucumán trabaja con los mismos protocolos de formación que la oficina de la Nación, que han sido validados por la Organización de las Naciones Unidas”, puntualizó la magistrada.
La mala noticia es que los números de la violencia de género en Tucumán, relevados también por el Poder Judicial tucumano, revelan no sólo la magnitud de ese horror, sino que además permite discriminar entre sus pliegues aterradores.
Edades y formación
Para cuantificar la mala noticia hay que acudir a otra oficina: la de Violencia Doméstica (OVD). Es la hermana mayor de la Oficina de la Mujer: Sbdar precisa que propuso su creación en 2008, para atender justamente a las víctimas de la violencia doméstica. Nació al año siguiente, mediante la acordada 810/09 de la Corte tucumana. Al igual que en el caso anterior, la dependencia tucumana fue orquestada en articulación con la Oficina de Violencia Doméstica de la Nación.
Entre el 10 de abril de 2010 y ayer, la OVD del Centro Judicial de la Capital atendió a 32.736 personas, según la estadística que la presidenta de la Corte facilitó a LA GACETA. Lo que equivale, prácticamente, 10 personas por día durante cada jornada de la década de existencia de esta dependencia judicial. Dentro de ese universo de casos hay que distinguir a las personas que asisten a denunciar una situación de violencia sufrida por otros, y que se clasifican como “terceros”; y a quienes manifiestan ser víctimas de una situación de violencia, que son categorizados como “afectados”.
En los 10 años de la existencia de la OVD tucumana, hubo 17.530 personas afectadas. De ellas, 16.696 fueron mujeres. Es decir, el 95% de los casos.
El total de las personas denunciadas fue de 19.384. De ellas, 17.073 fueron hombres, es decir un 88% del total.
En cuanto a la edad de las mujeres afectadas por la violencia doméstica (la estadística habla de personas, pero queda claro ya que ellas son casi excluyentemente el blanco de las agresiones), casi ocho de cada 10 casos se da en las menores de 50 años. El 33,3% tiene entre 30 y 39 años. El 24,3 tiene entre 22 y 29 años. El 20,2% tiene entre 40 y 49 años. Entre esos tres grupos etarios se reparte casi el 78% de los casos.
Las mujeres de entre 50 y 59 años representan el 8,5%. Las de entre 18 y 21 años son el 7,1%. Y las de 60 a 74 años, el 5%.
Respecto de la relación entre las mujeres que denuncian ser víctimas de violencia y las personas denunciadas (que son predominantemente varones), en más del 80% de los casos hay una relación sentimental. O la hubo.
• El 35% son ex parejas.
• El 28,5% son cónyuges.
• El 17,2% son concubinos.
La estadística de la Oficina de Violencia Doméstica de Tucumán revela, además, casi la mitad de las víctimas son solteras (el 44,4%). El 28,5% son casadas. Y casi el 10% se encuentran en una unión convivencial. Las separadas son otro 10%. Las divorciadas representan el 4,1%. Y las viudas, el 2.6%.
Las cifras también están discriminadas según el nivel de instrucción, en materia de educación formal, de las mujeres afectadas.
• El 25,9% tiene el secundario incompleto, mientras que el 16,4% completó el nivel medio.
• El 10,1% no completó el primario; y el 23,4% sí logró terminar ese ciclo.
• El 6,2% terminó un terciario y el 5,1% no llegó a hacerlo.
• El 4,2% representa a las profesionales y el 7,1% a las que no terminaron la carrera universitaria.
• Sólo el 1,5% de las mujeres que denunció ser víctima de la violencia es analfabeta.
Finalmente, una última clasificación recoge las “situaciones particulares de personas afectadas”.
• El 18,3% no tiene ingresos propios.
• El 4% padece alguna discapacidad.
• El 3% son embarazadas.
La OVD tucumana, finalmente, puntualiza que la mitad de los casos que atendió (49,6%) en esta década “fueron calificados como de alto o de altísimo riesgo”. Y el 32,4% fue considerado de riesgo medio o moderados. Son en total poco más de ocho de cada 10 denuncias.
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