La pandemia de covid-19 modificó la vida en el mundo. El virus irrumpió y desconcertó a los investigadores. Entre lo que se pudo descubrir es que hay una población de riesgo: adultos mayores de 60 años. Hasta que no se descubra la vacuna, todo lo que fortalezca al sistema inmunológico viene más que bien. Ahí es donde el deporte y la actividad física aportan un buen poder para combatir la enfermedad. A la lista de motivos para comenzar de grandes practicar un deporte se le suma la lucha contra el virus. Esa franja de edad vulnerable es bastante habitada por personas que practican y compiten. La edad, insisten, no es impedimento para iniciar cualquier deporte que los haría más fuertes frente a la covid-19. Ellos incentivan y cuentan sus experiencias para que sus pares que no practican deportes, lo hagan en casa para estar en buen estado hasta que las flexibilizaciones lleguen y se sumen a la “nueva normalidad”.
Miguel Reginato, a la izquierda
La ovalada los une
› Miguel Reginato, 66 años - Eugenio Rubino, 69 años
A Miguel Reginato es difícil encasillarlo en un deporte. Atleta, rugbier y piloto. En estas líneas estará sostendrá la ovalada, sólo porque se mezcla con Eugenio Rubino. Ambos forman parte de los Old Virgins, el equipo de rugby de mayores de 35 años. Los dos vendrían a formar parte del grupo de los súper veteranos, como cuenta Rubino. “Los veteranos, son los mayores de 35. De 50 para arriba estamos nosotros”, especificó. Con tres años menos, Reginato se siente igual que su compañero, lejos de ese grupo vulnerable. “Yo me siento fuerte”, sentenció. Más que por él, la preocupación al conocerse que los mayores de 60 años son una población de riesgo, vino por el lado de sus amigos. Esos que no cuentan al deporte entre una de las opciones para tener bienestar. “Me preocupo todos los días por entrenar, tengo una alimentación muy balanceada, tomo las vitaminas que hacen falta, todo para no perder inmunidad. Con todo eso, a lo mejor, yo me puedo sentir más tranquilo, pero hay que tenerle mucho respeto porque también hemos visto que deportistas profesionales tuvieron el virus”, advirtió Reginato.
Según Rubino, que lleva 50 años de práctica ininterrumpida, el deporte hace que la persona tenga una vida sana, más que otra. “Te ayuda mucho cuando llegás a la vejez como uno, pero yo no me siento viejo -aclaró con énfasis-, aunque los años no se pueden negar”, reconoció el productor asesor de seguros ya jubilado, que sigue ejerciendo. “Con los años vienen los problemas: hay que tomar un remedio para el corazón, la artritis y otras cosas. Eso también les pasa a los deportistas, pero le es más llevadero y fácil afrontarlo”, sostuvo.
Cuando comenzó a practicar Tai Chi su vida cambió
› Sara Ahumada, 83 años
“Practiquen Tai Chi. Lo recomiendo. Les va a cambiar la vida”. El mensaje es de Sara Ahumada, jubilada de 83 años, que encontró en las artes marciales la posibilidad de desarrollar una actividad física que le cambió la vida. “Me otorga un equilibrio físico y emocional que es muy importante para mi”, destaca la mamá de Elsa y Valeria que es abuela de Noelia, José y Anita y bisabuela de Evita. Ella asegura que fue “flechada”, como un amor a primera vista. “Me llevaron a una clase y no lo dejé más. Me gustó mucho. Es ideal para las personas de mi edad. Aquellos que puedan, no dejen de probar. No se van a arrepentir”, insiste.
FELICES. Sara Ahumada (segunda desde la izquierda) recomienda unirse a un grupo de Tai Ci.
El Tai Chi es un arte marcial que practican millones de personas en todo el mundo debido a los múltiples beneficios que ofrece, tanto a nivel corporal como mental, por la parte de meditación que incluye. Estos beneficios se hacen evidentes en poco tiempo, pues aunque se trata de un ejercicio que se realiza lentamente y de forma suave, con él se pueden trabajar todos los músculos del cuerpo, y además se tienen en cuenta otros factores como la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.
La pandemia obligó a Sara a recluirse en su casa, pero no le impidió seguir desarrollando sus actividades físicas. “Hago ejercicios en casa. Cuando algo te gusta, no lo dejas por nada”, le contó a LG Deportiva. Ella se define como una persona alegre. “También me encanta el baile. Muchos me dicen bailarina en lugar de llamarme por mi nombre. Aprendí a bailar folklore, cha cha y hasta tengo la vestimenta de tanguera”.
El aislamiento obligatorio la mantiene en su casa desde hace varios meses y por eso extraña las reuniones sociales con sus amigas de Tai Chi. “Después de realizar nuestra actividad acostumbrábamos a juntarnos para tomar un cafe y charlar un rato. Ojalá pronto podamos retomar esa ruitna”, indica la alumna del profesor Juan José Naranjo, quien está a cargo de un importante grupo que antes de la pandemia asistían dos veces por semana a Villa Luján.
ACCIÓN. Yurcovich pega de drive.
Genética y esfuerzo al servicio del tenis de mesa
› Carlota Helguera, 78 años - Federico Yurcovich, 82 años
Para Carlota Helguera el hecho de moverse para un lado y para el otro jugando al tenis de mesa, con agilidad y a los 78 años, no sólo es posible por una ordenada vida deportiva. “Es una parte genética también porque mi mamá murió a los 100 años y ella no hacía deportes, pero fue un ama de casa muy activa”, explicó. La ex profesora de Educación Física empezó a sentir el impacto de la pandemia no cuando las estadísticas apuntaron a personas de su edad, sino cuando las competencias comenzaron a suspenderse. “Tenía que competir en marzo, en Carlos Paz, y me había anotado para el Sudamericano Maxi de Salta”, contó.
ACCIÓN. Helguera espera la pelota con Ousset de fondo.
La tenismesista dice que ya está “medio triste”. “Es mucho tiempo. Salgo un poco, pero no puedo hacer la actividad, ese es el problema más serio”, indicó Helguera que. “Sí, se puede empezar a practicar de grande un deporte”, afirmó. Ella incluso es ejemplo porque estuvo más de 50 años alejada del tenis de mesa. Uno que piensa que es mejor comenzar desde la niñez es Federico Yurcovich. “Pero toda edad es buena”, opinó también. “De niño se debería empezar y continuar mientras nuestro estado de salud lo permita, no bajar los brazos y hacer siempre el esfuerzo”, analizó el jugador que está a poco de cumplir 83 años.
Hay que incentivar la mente, no sólo el músculo
› Lucila Vélez de Macor, 93 años
A sus 93 años, Lucila Vélez de Macor hace las actividades que pueden considerarse habituales: vive sola, recibe visitas, disfruta de sus hijos y nietos. El “ruido” se produce cuando cuenta que sigue jugando al tenis. Competir se complica un poco porque en el país no hay jugadoras de su edad y, en consecuencia, no existe una categoría, pero ella va lo mismo y que el mundo se adapte, como toda la sociedad se está acomodando para convivir con el virus. “Yo no me preocupé porque al que le toca le toca”, contó “Lucy” su reacción ante la aparición de la covid-19. “El deporte tiene mucho que ver y por eso vivo muchos años, pero también está en mis genes que vienen de mis predecesores”, contó.
Si bien la jugadora estuvo desde pequeña vinculada a la actividad deportiva, considera que no es una condición excluyente. “Es la mente la que te lleva a hacer todas las cosas. Si es que tienen ganas de hacer deportes después de los 60, es porque tienen esa visión. Si a la mente no la incentivás con ‘vamos, vamos lo hagamos’ no vas a hacer nada”, afirmó Macor.
Eugenio Rubino
El consejo
“Si es una persona que nunca practicó un deporte, debe tener sumo cuidado porque debe estar propenso a enfermedades ya que su sistema inmunológico no está fuerte. Le diría que empiece a caminar y que después se suba a la bici”, recomendó Reginato.“Siempre está la oportunidad de hacer algo. Caminar es un deporte que una persona grande, que no practicó nunca antes, puede hacer. Debe ir aumentando ritmo y tiempo y, en algún momento, puede llegar hasta trotar”, arengó Rubino.
